Somos cercanos a los neandertales, pero ¿qué tanto?

Efectivamente, somos cercanos a los neandertales

La historia evolutiva del ser humano suele estar acompañada de algunas imprecisiones. Considerando que la mayoría de las evidencias antropológicas son increíblemente antiguas, resulta difícil sacar conclusiones enteramente certeras o precisas. Por ejemplo, uno de los debates más comunes en la comunidad científica es sobre lo cercanos que somos los seres humanos (o no) a los neandertales.

Ludovic Slimak es un arqueólogo experto en neandertales y escribe cientos de estudios al respecto. En una entrevista para Live Science señaló que todos los primeros sapiens contaban con ADN neandertal reciente; es decir, que evolutivamente se puede confirmar que -efectivamente- estamos emparentados con ellos.

«Hay una cierta percepción de un Neandertal como una bestia, o desde hace 20 a 40 años en Europa, tenemos otra percepción de los Neandertales como otro ‘nosotros mismos’. Y creo que todo eso estaba simplemente equivocado», menciona Slimak para Live Science. 

Entonces, si bien no podemos considerarnos neandertales, tampoco podemos negar estar relacionados a ellos. Ahora, cabe recalcar que -aunque existen restos de ADN neandertal en los primeros sapiens- no hay un solo neandertal con material genético relativo a un sapiens. Esta es una evidencia clave para entender la interacción entre las dos poblaciones.  

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La interacción entre los neandertales y sapiens

Fue hace unos 40 mil o 50 mil años que los neandertales y los sapiens interactuaron. Es decir, los últimos neandertales compartieron el espacio-tiempo con los primeros sapiens. Las dos poblaciones establecieron una relación patrilocal que principalmente beneficiaba a la población más antigua.

La patrilocalidad es un concepto que hace referencia al cómo las mujeres sapiens se mudaban con los hombres neandertales. Se cree que este tipo de interacción era -a grandes rasgos- la más importante entre las dos poblaciones. Además, es probable que las mujeres neandertales no se mudaran con los hombres sapiens, explicando así la ausencia de material genético sapiens en los neandertales. 

La evolución del ser humano es tan compleja que resulta arriesgado asumirnos como hermanos de los neandertales. Sin embargo, también sería equívoco negar categóricamente que somos cercanos a ellos. Finalmente, los neandertales son una pieza más del enorme y milenario rompecabezas genético que nos ha traído hasta aquí.

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