Agua de pozo: el negocio que prospera en frontera frente a la sequía en las tuberías

Al menos 18 carros cisternas se surten de los llenaderos del barrio Lagunitas

Jonathan Maldonado

En la calle 0 del barrio Lagunitas, en San Antonio del Táchira, es común ver filas de camiones cisternas a la espera de su turno para llenar sus tanques de agua de pozo, la alternativa de los habitantes del municipio Bolívar frente a la constante sequía en las tuberías de los hogares.

Cerca de 18 carros prestan el servicio. Los precios varían de acuerdo con el tamaño del tanque. Hay carros con un espacio de 10 mil litros, otros de 8 mil, 5 mil, 3 mil y los de mil, que son los más pequeños. La demanda ha permitido que muchas familia vivan de transportar el vital líquido hasta las casas o comercios.

Tres son los llenaderos que hay en el barrio que colinda con las trochas ‘La Siete’ y ‘La Platanera’. “Mi carro tiene un tanque de mil litros. Cobro 15 mil pesos por el servicio a cualquier vivienda o negocio en San Antonio”, dijo Isidoro Ochoa, dueño de un cisterna pequeño.

En los días en que ni el Acueducto Regional del Táchira (ART), ni El Mesón, envían agua potable a las comunidades, suele hacer entre 10 a 15 viajes como mínimo. “Llevo cuatro años en esto”, sentenció mientras llenaba el tanque en uno de los establecimientos.

En los llenaderos cobran mil pesos por cada mil litros de agua de pozo. “Los vehículos, con un tanque de 5 mil litros, cobran el servicio de 35 mil pesos. Si van hacia la parroquia El Palotal o hacia Ureña, el precio sube”, recalcó, al tiempo que reconocía el crecimiento del negocio.

De los pocos comerciantes que persisten en la frontera, gran parte acude al servicio pues no pueden esperar los 15 días, mes o mes y medio que demora el ART o El Mesón en restablecer el agua.

El agua que va quedando sobre el asfalto, denota las frecuencia con la que pasan estos vehículos, por ciertas arterias viales, para llegar a los diversos hogares que requieren del servicio.

“Uno hace el esfuerzo. Entre varios de los integrantes de la casa reunimos el dinero para poder adquirir el agua de pozo. No es fácil sacar 35 mil pesos, pero se busca la manera. No hay de otra”, remarcó Julio Mora, habitante del barrio Miranda.