Berlín evalúa enviar a Kiev misiles Taurus si se reprograman para evitar alcanzar Rusia

El Gobierno alemán está debatiendo si autoriza el envío a Ucrania de misiles Taurus del Ejército Federal siempre que se limite su alcance para que no pueda ser utilizado contra territorio ruso, según ha informado el semanario ‘Der Spiegel’.

El Ministerio de Defensa y representantes de las empresas fabricantes están manteniendo contacto basados en buscar la reprogramación de los misiles para limitar su radio de alcance.

Algunas fuentes del sector estiman que esa modificación es posible pero que se tardarían varias semanas hasta que esta se pudiera aplicar a los proyectiles. ‘Der Spiegel’ asegura que el canciller alemán, Olaf Scholz, aprobaría el envío solo cuando esté convencido de que es factible ese cambio.

Vuelo bajo

El radio de alcance del mísil Taurus KEPD 350 es de más de 500 kilómetros y tiene una cabeza múltiple de 450 kilogramos. Con la combinación de varios sistemas de navegación puede alcanzar objetivos de manera precisa y a largas distancias, según el semanario alemán. «Después de la integración del sistema con los aviones de combate ucranianos, que técnicamente no debería representar un obstáculo importante, Alemania podría poner el Taurus a disposición de Ucrania como un arma de lagro alcance», añade.

El fabricante, Taurus Systems GmbH, afirma que los este modelo «idealmente se acerca al objetivo en vuelo de contorno a una altitud de menos de 50 metros. El vuelo bajo hace que el Taurus sea difícil de detectar por los radares convencionales«.

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Tal y como apuntan algunos medios alemanes, el Ejército alemán actualmente dispone con unos 600 misiles de este tipo pero por afirman que tan solo unos 150 están preparados para ser utilizados.

Kiev ha estado presionando a Berlín para conseguir los misiles Taurus tras lograr que el Reino Unido y Francia le suministraran proyectiles Storm Shadow y Scalp. Los misiles de crucero como estos son difíciles de detectar por los radares y vuelan a baja altitud. Nomalmente son utilizados para atacar objetivos tras las líneas enemigas como búnquers de mando, depósitos de municiones y combustible, aeródromos y puentes. Las autoridades alemanas se habían mostrado hasta ahora reacias por el potencial uso contra objetivos dentro de Rusia.