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China investiga una banda musical de Taiwán por hacer ‘playback’ en un concierto

China investiga una banda musical de Taiwán por hacer 'playback' en un concierto

No necesita Taiwán ya recibir armas ni políticos estadounidenses para calentar el estrecho de Formosa, le basta con enviar a una banda con sus pistas de sonido grabadas a China. La penúltima crisis la protagoniza el célebre grupo taiwanés Mayday, presunto culpable de ‘playback’ y probable víctima del chantaje político. De las acusaciones y negaciones emerge una certeza: estas semanas previas a las cruciales elecciones presidenciales en la isla serán entretenidas.

Un popular bloguero chino generó el tsunami a mediados de noviembre. Analizó con programas informáticos un concierto reciente de la banda en Shanghái y concluyó que el cantante no cantaba en al menos cinco temas. El mensaje pronto sumó cientos de millones de visitas en Weibo, la plataforma análoga a Twitter, y acabó en la televisión pública. La Oficina de Cultura y Turismo de Shanghái, ente municipal que supervisa la oferta lúdica, anunció dos semanas después una investigación y dijo contar ya con los audios y videos para su «análisis y evaluación científicos». La discográfica desdeñó las acusaciones como «ataques maliciosos, rumores y calumnias» y admitió que dañaron la reputación de su banda.

El ‘playback’ es un asunto serio en China. Trasciende la ética e ingresa en la ley. Un artículo del Diario de la Fiscalía recordó en los días más fragorosos que es un fraude al público y animó a extremar la vigilancia. Un veredicto de culpabilidad le supondría al grupo multas de hasta 100.000 yuanes (casi 13.000 euros) y, mucho peor, dificultades para las futuras giras en China.

Presiones chinas

Con el grupo en sensato silencio, su compañía achicando agua y el público ansiando la sentencia. Así estaba el asunto cuando ayer denunciaron dos agentes de inteligencia taiwaneses que Pekín había presionado a la banda para que aclarara durante los conciertos, entrevistas y reuniones con los fans que China y Taiwán son una sola. La Administración Nacional de Radio y Televisión de China habría pedido a la banda que se sumara a la «propaganda sobre Taiwán», según la nota del espionaje isleño.

La insistencia empezó en mayo con el inicio de la gira y sus negativas tercas, según las mismas fuentes, provocaron la investigación. También aseguran que sus conclusiones llegan de sus propios canales de información y no del chivatazo del grupo, un encomiable intento para no sumarle problemas con Pekín, y que mucho han tenido que ver las elecciones en la crisis. «Hemos decidido desvelar el incidente porque nunca se había atacado a los grupos taiwaneses a esta escala», han aclarado. El objetivo, concluye, es acercar el voto joven taiwanés hacia las opciones más amistosas con Pekín. De ser cierto, y no es un condicional despreciable, probaría de nuevo que no hay propaganda más burda, incompetente e inocua que la china.

Pekín lo ha negado. Su oficina para Asuntos Taiwaneses ha hablado de «noticias falsas» y «puras invenciones». «Es una artera y maliciosa manipulación política. Esperamos que nuestros compatriotas taiwaneses identifiquen esta trama y no sean engañados», ha dicho su portavoz.

Los ‘Beatles asiáticos’

Mayday no son unos cualquiera. Algunos los llaman, sin riesgo de originalidad, los ‘Beatles asiáticos’. Son cuarentones y desde finales de los 90 despachan un pop menos idiota que la media en el continente. Son conocidos por sus largos y vigorosos conciertos y sus aficionados habían ansiado su regreso tras el paréntesis pandémico. En cinco segundos vendieron las entradas para sus seis conciertos en Pekín y despacharon ocho actuaciones en diez días en Shanghái para una audiencia acumulada de 660.000 personas en ambas ciudades. Y son, como cualquier artista con un pie en el mercado chino y sin tendencias comerciales suicidas, muy discretos en sus opiniones políticas.

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Aquellas protestas en Hong Kong de años atrás empujaron a una situación delicada a los cantantes y actores de la excolonia, empujados a pronunciarse con las juventudes locales y del continente enfrentadas sin remedio. Lo de Taiwán es estructural, setenta años ya. La vía habitual es el silencio y las rápidas disculpas tras cualquier desliz. Las ofreció este año un grupo de rock taiwanés, y también la devolución del precio de las entradas, tras haberse felicitado sobre un escenario shanghainés por tocar por primera vez en China, asumiendo que Taiwán no lo era.

El contexto es complicado y las elecciones lo empeoran. Integra ya la liturgia que Taiwán denuncie las intromisiones y Pekín las niegue. El uso de un grupo de pop como arma demuestra lo poco que necesitan para reñir.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.elperiodico.com

Publicado el: 2023-12-30 06:00:23
En la sección: El Periódico – internacional

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