Gennaro Sangiuliano, ministro de Cultura italiano, ha notificado este viernes por la tarde su dimisión “irrevocable” y con efecto inmediato. La decisión ha llegado después de casi dos semanas en las que Sangiuliano ha estado en el centro de un escándalo por supuestos favores a una amante, la influencer Maria Rosario Boccia. Tras la renuncia, que ha sido aceptada por el presidente de la República, Sergio Mattarella, se ha nombrado al nuevo titular de la cartera, Alessandro Giuli.
Es el epílogo de un culebrón que ha provocado un gran revuelo en la política italiana, sobre todo a causa de la sospecha —desmentida por Sangiuliano— de que el político, de 62 años y también ensayista, podría haber usado dinero público de forma inapropiada en actos y viajes en los que habría participado la mujer; tanto que el Tribunal de Cuentas está investigándolo. «Después de haber reflexionado largamente, tras días dolorosos de odio hacia mí, he decidido presentar en términos irrevocables mi dimisión como ministro de Cultura», declaró Sangiuliano en una carta difundida por el Ministerio de Cultura.
La propia Boccia, supuestamente en venganza por un nombramiento no obtenido, fue quien dio el pistoletazo de salida al escándalo al divulgar en redes sociales fotografías, documentos internos del Ministerio e incluso billetes de avión para demostrar su relación con el ahora exministro. Esto, a su vez, desembocó en decenas de artículos en los medios de comunicación transalpinos y, posteriormente, en que Sangiuliano reconociera haber mantenido una relación afectiva con la mujer.
Extraordinario trabajo
Según algunas reconstrucciones, sin embargo, Giorgia Meloni habría rechazado la renuncia de Sangiuliano la primera vez que él la presentó e incluso le obligó a disculparse en televisión, algo que el político finalmente hizo. «Agradezco sinceramente a Gennaro Sangiuliano, persona capaz y hombre honesto, el extraordinario trabajo realizado hasta ahora”, ha dicho la primera ministra italiana, después de que la información fuese difundida públicamente. «Continuará la acción de relanzar la cultura nacional, consolidando esa discontinuidad con respecto al pasado que los italianos nos han pedido», ha añadido.
El escándalo es el enésimo de muchas polémicas que han acorralado a Sangiuliano durante su mandato. Ejemplo de ello fue cuando informó de su intención de preparar una exposición sobre Antonio Gramsci, fundador del Partido Comunista Italiano, lo que suscitó malhumores en la derecha y fue visto como un intento de apropiación cultural por parte de la izquierda. «Gramsci es una parte activa de la dialéctica del siglo XX y un actor fundamental de la ideología italiana”, dijo en otra ocasión.
Giuli, el nuevo ministro de Cultura, es un periodista cercano al grupo de los intelectuales que apoyan a Meloni y había sido nombrado —después del triunfo electoral de Meloni en las elecciones generales de 2022— como presidente de la fundación del Museo Nacional de las Artes del Siglo XXI (MAXXI). Una maniobra, la de Meloni, que ha sido interpretado como una forma de minimizar los daños, después de que el caso pusiese en la diana la credibilidad del Ejecutivo de Meloni, tal y como llegó a denunciar la oposición italiana.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.elperiodico.com
Publicado el: 2024-09-06 12:29:22
En la sección: El Periódico – internacional