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La campaña presidencial en Argentina, bajo la sombra de Lula y Bolsonaro

La campaña presidencial en Argentina, bajo la sombra de Lula y Bolsonaro

Argentina y Brasil son vecinos distantes. Salvo las provincias fronterizas (Misiones y Corrientes), que tienen una fluida relación comercial, la mayoría de los habitantes de ambos países sabe poco o nada del otro. Los argentinos visitan las playas brasileñas y conocen algo de su música. Los brasileños inundan la ciudad de Buenos Aires, donde compran de todo por las ventajas de su moneda, o atiborran los hoteles patagónicos. Solo el fútbol produce una relación de intensidad que se disuelve después de los partidos. Ahora son las elecciones presidenciales argentinas las que, en un punto se han «brasileñizado». La sombra de la disputa de octubre de 2022 entre Luiz Inácio Lula da Silva y Jair Bolsonaro se proyecta de un modo inédito en la segunda vuelta que enfrenta al ultraderechista Javier Milei y el representante del oficialismo y ministro de Economía, Sergio Massa.

El segundo turno se ha transformado de esta manera en un nuevo combate entre la izquierda y la ultraderecha brasileñas. Como había detectado Bernardo Mello Franco, columnista del diario carioca O Globo, el Partido de los Trabajadores (PT) y el bolsonarismo «intentan hacer autostop en las elecciones argentinas«. El excapitán del Ejército respaldó al anarcocapitalista en la primera vuelta y prometió visitarle en caso de una victoria en las urnas. Fue sin embargo su hijo, Eduardo Bolsonaro, quien viajó en octubre a Buenos Aires. Se le espera también este fin de semana.

Lula tuvo un mensaje más político y sin precedentes. Nunca antes había tomado la palabra en una contienda del país vecino. «Le pido al pueblo, teniendo en cuenta el voto soberano de ustedes, que a la hora de votar piense en Argentina, piense en qué tipo de Sudamérica quiere, qué tipo de América Latina, qué tipo de Mercosur quiere crear». «Juntos», subrayó el presidente de Brasil, «seremos fuertes y separados seremos débiles». La alusión fue entendida de inmediato. Milei había amenazado con cortar los lazos comerciales con el principal socio regional. Esa ruptura representaría la pérdida de al menos un millón de puestos de trabajo en este país. Para mitigar el impacto negativo de la bravata, la ultraderecha intentó hacer saber a los brasileños que no deben tomar literalmente lo que se dice en una fervorosa campaña electoral.

Los mismos golpes de efecto

La campaña de Massa es desde las primarias tutelada por un grupo de 20 expertos brasileños enviados por Lula. La intervención se ha advertido de manera patente en el debate del pasado domingo entre los candidatos. El peronista acorraló a Milei con una batería de preguntas que debía responder por «sí o no». Lo mismo había hecho el líder del Partido de los Trabajadores (PT) frente a Bolsonaro. En ambos casos, el «interrogatorio» mostró su eficacia por su capacidad de desconcertar al contendiente.

Si se se recurre al símil del combate de boxeo, Massa abolló con esas interpelaciones la mandíbula del economista. Sin embargo, no avanzó en esa dirección y se abstuvo de vencer por ‘nock out’. Lo hizo por expresa recomendación de los asesores. Ellos debieron tener presente lo que ocurrió en las elecciones para gobernador de Brasilia, en 1998. En aquella oportunidad, Cristovam Buarque, el gobernador petista que aspiraba a su reelección, aplastó frente a las cámaras a Joaquim Roriz, del PMDB (centro). Pero el vapuleado en el debate fue sin embargo el vencedor de los comicios. Parte del electorado se había disgustado con la primacía argumentativa de Buarque y sintió como propia la paliza del rival. El sentimiento de humillación se tradujo en un voto a favor de Roriz. Eso, debió escuchar Massa, no podía ocurrir en la segunda vuelta argentina. Y el candidato peronista acató la sugerencia. Los encuestadores no tienen todavía claro si lo que sucedió en el debate será determinan en las urnas el 19 de noviembre.

Milei frente al espejo de Bolsonaro

Durante el debate, Milei se quejó de la injerencia de esos especialistas brasileños. Nada dijo sobre la influencia del bolsonarismo en sus discursos. Como la ultraderecha brasileña, el candidato de La Libertad Avanza (LLA) calificó a Lula de «corrupto» y «comunista». Al igual de lo que sucedió hace un año en Brasil, el economista destila en cada momento una gota de sospecha sobre la transparencia de las elecciones del domingo.

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La conexión con los equipos del excapitán del Ejército es ideológica y práctica. Milei cuenta con la colaboración de Fernando Cerimedo, fundador del portal La Derecha Diario, quien ya había trabajado en las campañas de Bolsonaro y el chileno José Antonio Kast. Cerimedo fue uno de los nexos entre el anarcocapitalista y el hijo del expresidente brasileño. Esa confianza se funda en el papel que había desempeñado en 2022 al propagar en Argentina y la región las fake news sobre un fraude electoral en Brasil que beneficiaba a Lula.

De acuerdo con distintos medios locales, a Milei no le faltan en esta encrucijada electoral otros lazos de la misma progenie política, desde Vox a Roger Stone, un consultor político que trabajó con Richard Nixon, Ronald Reagan y Donald Trump.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.elperiodico.com

Publicado el: 2023-11-16 07:37:19
En la sección: El Periódico – internacional

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