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A 40 aos del regreso de la democracia, Argentina vota con normalidad, pero con seales preocupantes | elmundo.es

A 40 aos del regreso de la democracia, Argentina vota con normalidad, pero con seales preocupantes

Cuando Javier Milei, el sorprendente ganador de las primarias presidenciales y favorito en la primera vuelta de este domingo, habla de la democracia argentina que est cumpliendo 40 aos, varias seales de alarma se encienden.

«Probablemente hayamos pasado el desierto de los 40 aos para recuperar la libertad«, declar el mircoles en su acto de cierre de campaa. Acaso no hubo libertad durante el perodo democrtico ms extenso en un siglo? O haba libertad entre 1976 y 1983, cuando el pas era regido por una dictadura militar? O entre 1973 y 1976, cuando la ultraizquierda y la ultraderecha peronistas iniciaron el bao de sangre que se multiplic en la dictadura?

Milei no responde a esas preguntas porque en las ltimas semanas se esfum de los medios que, fascinados por los niveles de audiencia que generaba, lo encumbraron en los ltimos aos y le dieron alimento a las redes sociales que lo transformaron en un fenmeno popular. Y no responde, tampoco, porque en sus entrevistas pone lmites previos: sobre esto no voy a hablar. Y si no, no hay entrevista.

Se sentar Milei el 10 de diciembre en el despacho principal de la Casa Rosada para dirigir un pas del G-20? Y si sucede, est en peligro la democracia argentina?

Eso es ir demasiado lejos, aunque Jess Rodrguez, ex ministro, ex parlamentario y hoy al frente de la Auditora General de la Nacin, marca un deterioro. «La combinacin de populismo y necrofilia ideolgica contribuye a entender que la gente vote cualquier cosa», explica Rodrguez a EL MUNDO. «Hay un cuestionamiento de ciertas cuestiones que creamos internalizadas para siempre. As como est en duda el orden internacional que conocimos, tambin se cuestiona la infraestructura institucional de Occidente».

Rodrguez fue estrecho colaborador de Ral Alfonsn, el padre de la democracia argentina, un socialdemcrata lder de la Unin Cvica Radical (UCR), que gobern entre 1983 y 1989. Tiene muy claro el trabajo que hizo aquel presidente, que fracas con la economa, para inocular el «virus» de la democracia en los argentinos, que llevaban casi seis dcadas resolviendo sus tensiones polticas con golpes militares.

Ya no es as, y ese es un mrito que todo el arco poltico argentino, que rara vez se pone de acuerdo en algo, le reconoce a Alfonsn y al radicalismo, hoy integrado en la coalicin social-liberal Juntos por el Cambio (JxC), que lleva como candidata a Patricia Bullrich. Todo el arco poltico… salvo Milei, que confes hace un tiempo que, cuando quiere quitarse el estrs y descargar tensiones, golpea hasta la extenuacin un mueco con el rostro de Alfonsn, al que define como «el fracasado hiperinflacionario».

Es ms, Milei insiste en que los problemas argentinos comenzaron en 1916 al elegir como presidente a Hiplito Yrigoyen, uno de los lderes histricos de la UCR. Define a Yrigoyen como «socialista». Lo llamativo es que aquella eleccin marc el comienzo del sufragio universal en Argentina, una verdadera conquista democrtica.

Rodrguez no tiene dudas: «Milei cuestiona la democracia representativa, liberal y republicana. Eso est en la anttesis del pensamiento de Milei. Como lo era el peronismo original».

Hace 40 aos, Alfonsn hizo campaa recitando el prembulo de la Constitucin argentina, definido en ese entonces como un «rezo laico» que conmovi a vastas franjas de la clase media y le permiti al lder radical una indita victoria con el 52 por ciento sobre el peronismo. Hoy, Milei, un ultraliberal populista, hizo campaa blandiendo una motosierra. Smbolo del recorte del gasto pblico, s, pero imagen ominosa en una democracia.

Habla eso tanto de Milei como de la sociedad argentina? «No hay dudas», dice Rodrguez, que recuerda que en el acto de cierre del peronismo en 1983 «se quem un atad que deca Alfonsn», y remata: «Para que la democracia sobreviva tiene que haber demcratas, y esos a veces no abundan».

Pero la teora poltica es una cosa, y la realidad es otra. Milei fue recibido este domingo como una estrella de rock en su centro de votacin. Entre fans, periodistas y curiosos, muchos de ellos con banderas venezolanas y gritando «viva la libertad!», demor eternos minutos en llegar hasta su mesa.

Cuando finalmente lo hizo, salud y enfil directamente a la cabina de votacin. Las autoridades electorales le hicieron notar que deba mostrar su DNI. El candidato dio marcha atrs. Milei, de muy fuertes vnculos con Vox, recibi este fin de semana el apoyo en persona de Eduardo Bolsonaro, hijo del ex presidente brasileo Jair Bolsonaro.

Sergio Massa, el candidato del peronismo, vot casi a la misma hora que Milei. Lo hizo junto a su familia y habl de la vocacin democrtica de los argentinos, con un nivel de participacin que se perfilaba elevado.

Bullrich vot poco despus, tambin rodeada de medios, votantes y curiosos. «Fuerza, Patricia, fuerza!», le gritaban.

Aunque las encuestas estn sumamente desprestigiadas en Argentina, la mayora de los sondeos marc en las ltimas semanas una ventaja para Milei, que tendra asegurada su presencia en la segunda vuelta del 19 de noviembre. Bullrich, que fue segunda en las primarias por detrs de Milei, disputa con Massa el otro lugar en el balotaje, al que el ex presidente Mauricio Macri ve como un hecho.

«Va a haber ballotage«, asegur el hombre que gobern entre 2015 y 2019, lder de un JxC que hasta hace pocos meses senta ganada la eleccin y que hoy sabe que Milei es el favorito, aunque no est escrito que el 10 de diciembre sea l quien se instale en la Casa Rosada.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.elmundo.es

Publicado el: 2023-10-22 12:49:38
En la sección: Internacional // elmundo

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