En Australia se enteraron de que el ejército chino estaba realizando la semana pasada ejercicios navales con fuego real cerca de sus costas porque un piloto comercial alertó a las autoridades utilizando una transmisión de radio en una frecuencia de emergencia. Nunca antes la armada de la superpotencia asiática había hecho maniobras en aguas tan lejanas del Pacífico.
Tres buques de guerra de China (una fragata, un destructor Tipo 055 y un buque de reabastecimiento) llevan desde mediados de febrero navegando en aguas internacionales del Mar de Tasmania, que se extiende a lo largo de 2.000 kilómetros entre Australia y Nueva Zelanda. Después de que el piloto de la aerolínea Virgin Australia diera el aviso sobre los simulacros de combate, las autoridades australianas desviaron más de medio centenar de aviones de sus rutas de vuelo para evitar que sobrevolaran la zona donde se encontraba la flota china, liderada por un destructor que tiene la mayor potencia de fuego de los buques de su clase: está equipado con un enorme cañón naval, dos helicópteros antisubmarinos, sistemas de torpedos y capacidad para disparar distintos tipos de misiles.
El Gobierno australiano, encabezado por el laborista Anthony Albanese, presentó una queja diplomática ante Pekín, que respondió acusando a Australia de «exagerar» los ejercicios militares chinos. «Cumplen con el derecho internacional y no afectan a la seguridad aérea», manifestó un comunicado del Ministerio de Defensa de China.
No existe ninguna obligación legal de que los buques de guerra extranjeros, si se encuentran a más de 300 millas náuticas de distancia de naciones costeras, notifiquen sus actividades. En esto se escudó Pekín para decir que sus maniobras cumplían con la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar de 1982, la cual no impone restricciones a las operaciones militares en alta mar, siempre que se realicen en aguas internacionales. Además, las autoridades chinas dicen que su armada avisó la semana pasada de su intención de realizar un posible ejercicio de fuego real en alta mar.
Pero lo que preocupa a Australia y Nueva Zelanda es que este inédito movimiento del ejército chino trate de proyectar la capacidad de la fuerza militar del gigante asiático de ir mucho más allá de sus propias costas. Concretamente, en una región del Pacífico llena de pequeñas naciones insulares donde el Gobierno de Xi Jinping lleva muchos años tratando de expandir su influencia con la diplomacia de chequera: la construcción de infraestructuras, como aeropuertos, carreteras y puentes, a cambio de lealtad, como cuando los estados de Kiribati e Islas Salomón rompieron en 2019 relaciones con Taiwan y reconocieron la soberanía de China.
Tras estas últimas maniobras, muchos analistas sugieren que se trata de una nueva demostración de fuerza por parte de la armada china en una región en la que Pekín ambiciona una mayor presencia. «China ha buscado con ahínco llegar a acuerdos de seguridad con pequeñas naciones insulares en todo el Pacífico Sur, lo que ha generado ansiedad en Australia y Nueva Zelanda ante la perspectiva de una feroz disputa territorial en sus patios traseros», sostiene Donald Rothwell, profesor de Derecho Internacional en la Universidad Nacional de Australia. «Este tipo de actividades también son importantes ejercicios de recopilación de información. Cada visita de la armada china le permitirá adquirir más experiencia en aguas en las que no navega con frecuencia«.
Fuentes diplomáticas chinas, en conversaciones con este periódico, aseguran que no entienden las quejas de las autoridades australianas y neozelandesas, ya que los ejércitos de estos países hacen frecuentemente maniobras militares -también con fuego real- en el Pacífico Sur, a las que se suman en muchas ocasiones barcos de guerra estadounidenses, británicos, franceses y japoneses.
«Hace dos semanas, buques australianos, estadounidenses y franceses realizaron maniobras conjuntas en el Mar de China Meridional, que está muy próximo a nuestras costas, y nosotros no actuamos de ninguna manera ni presentamos quejas diplomáticas por ello«, señala un funcionario chino. Hace 15 días, desde el Ministerio de Defensa de Australia denunciaron que, precisamente sobre el Mar de China Meridional, un caza J-16 del Ejército Popular de Liberación (EPL) de China se había acercado a apenas 30 metros de un un avión de reconocimiento australiano P-8, lanzando bengalas durante la peligrosa aproximación.
Esas aguas en disputa, cercanas a la costa del sur de China, han estado estos últimos días también agitadas por nuevos ejercicios de combate con fuego real del ejército chino. Estos apuntaban directamente hacia Taiwan, donde denuncian que Pekín está aumentando su presión militar al desplegar una cantidad cada vez mayor de cazas y buques de guerra alrededor de la isla.
En Taipei, ante la permanente amenaza de China, llevan tiempo buscando un guiño por parte del presidente estadounidense Donald Trump. Estados Unidos ha sido durante los últimos años el principal aliado de Taiwan y su gran proveedor de armas. Sin embargo, a diferencia de la anterior Administración Biden, en la Casa Blanca están manteniendo una actitud mucho más distante. Hace unos días, el propio Trump se negó a responder a preguntas sobre si su ejército defendería a Taiwan de una invasión china.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.elmundo.es
Publicado el: 2025-03-02 22:02:00
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