El chavismo purga en los cuarteles | elmundo.es

El relato de lo acontecido en el patio de un cuartel el martes pasado en Caracas, con la degradacin y expulsin de 33 militares acusados de traicin, ha sorprendido a un pas que crea haber perdido para siempre esa capacidad. Como si fueran los dreyfuss del chavismo, aquel militar francs repudiado por su ejrcito vctima de una ola de antisemitismo, retratado por Emile Zola en Yo acuso, pero por multiplicado.

«Todos los oficiales llegaron esposados en una sola cadena, de manos, pies y cintura, excepto el capitn nyelo Heredia, que lleg en silla de ruedas y que estaba en muy malas condiciones. Claramente no poda caminar», desvel Tamara Suju, reconocida activista de derechos humanos. Los 33 militares, incluidas cuatro mujeres, fueron obligados a desnudarse delante del alto mando militar chavista y cientos de sus compaeros.

Entre los degradados se encuentra el general de divisin Toms Martnez Macas, dos coroneles, seis tenientes coroneles, nueve mayores, dos capitanes y seis sargentos. El chavismo les acusa de formar parte de «operaciones terroristas que buscaban desestabilizar el pas».

La activista Suju llevaba das exigiendo al rgimen una fe de vida del capitn Heredia, detenido cerca de la frontera tras regresar al pas. En 2019 haba protagonizado una sonada fuga de la prisin militar de Ramo Verde. «Todos, absolutamente todos los oficiales, encabezados por el ministro de Defensa, Vladimir Padrino; el jefe de Jefe del Ceofan (Comando Estratgico Operacional), jefes del Redi y Zodi (reas militares), Direccin General de Contrainteligencia Militar y otros que presenciaron este acto vil, violatorio de derechos humanos, donde exhibieron a un torturado en silla de ruedas, son cmplices de crmenes de lesa humanidad», denunci Suju a EL MUNDO.

La purga militar se suma a las detenciones de cuatro coordinadores electorales de Mara Corina Machado y del lder de los maestros, Vctor Venegas, adems de una operacin de amenazas por todo el pas en forma de pintadas. Nada se sabe de Juan Freites, Luis Camacaro, Toms Sequera y Guillermo Lpez, secuestrados por agentes del gobierno pocas horas despus de que la lder de su partido les nombrara responsables regionales de su comando de campaa.

«El chavismo ha iniciado a su forma la campaa electoral en un contexto no democrtico, y lo hace atacando al entorno de Machado», explic a este peridico el consultor poltico Luis Peche Arteaga, quien record cmo a finales de ao se hizo pblica la orden de captura contra tres dirigentes muy cercanos a Machado.

Conspiraciones

«Ahora han vuelto a la carga contra varios de los responsables regionales de Vente Venezuela, con la excusa de una supuesta conspiracin, una herramienta ya utilizada en el pasado para perseguir a actores de la sociedad civil y partidos polticos. Se est abonando el terreno para limitar an ms la capacidad de Machado sobre el terreno o incluso una decisin judicial contra su rehabilitacin», advirti Peche Arteaga.

Sedes de Vente Venezuela, incluida la principal de Caracas, partidos, colegios de ingenieros y periodistas, radios, sindicatos de maestros y otras organizaciones de la sociedad civil, as como domicilios de dirigentes, tambin aparecieron marcados con tan siniestra firma (Furia Bolivariana) como si fuera la campaa contra los judos en la Alemania nazi, cuando marcaban sus hogares con la Estrella de David.

«En la oscuridad de la noche, como actan los cobardes de la dictadura, fue marcada mi residencia de Barquisimeto con este letrero palurdo que no le mete miedo a nadie. Maduro, queremos la fecha de las elecciones, no te escondas en la represin», protest el ex alcalde y ex prisionero poltico Alfredo Ramos, tras descubrir la pintada en su vivienda.

Fue el propio Nicols Maduro el encargado de poner en marcha esta campaa, que ya forma parte de su discurso poltico y electoral: «Le reitero al pueblo profundo, de las catacumbas: Yo soy uno de ustedes, jams me he rendido y jams les traicionar. Pero si algn da el fascismo me hiciera algn dao, o un atentado, dejo en sus manos lo que tengan que hacer para reponer la paz y la justicia. Llegado el caso: Activen la Furia Bolivariana!«.

La nueva embestida revolucionaria provoc la respuesta de Washington («Profunda preocupacin por las recientes acciones contra oposicin y sociedad civil basadas en acusaciones sin fundamento»), que adems adelant consecuencias por la violacin del Acuerdo de Barbados entre gobierno y oposicin bajo su auspicio. En la consiguiente contraofensiva chavista, la Cancillera venezolana calific al mensaje llegado desde Washington como «intervencionismo evidente y chantaje imperialista».

«La llamada Furia Bolivariana es, a un mismo tiempo, una amenaza y una consigna poltica. El rgimen, tras este eslogan, justifica y hasta celebra el sealamiento y amenaza a actores polticos de la sociedad civil, ONG, periodistas, defensores de DDHH, en definitiva, cualquier persona con disposicin de llevarle la contraria. La Furia Bolivariana es una forma de barnizar, en clave chauvinista, la ms elemental violencia de Estado«, precis para EL MUNDO el socilogo Gianni Finco.