La presidencia de Dina Boluarte rompe un récord tras otro, pero ninguno positivo para Perú. Gustavo Adrianzén se ha convertido en las últimas horas en el octavo premier (presidente del Consejo de Ministros) caído durante la actual legislatura tras permanecer 14 meses al frente del gobierno. Y lo hizo a regañadientes, ante la amenaza de moción de censura que se iba a votar este miércoles en el Congreso. Tanto es así que horas antes nombró tres nuevos ministros, que ahora deben presentar sus renuncias ante el nuevo premier que elija Boluarte. Entre ellos el de Interior en medio de una crisis de violencia que mantiene aterrado al país andino.
La presidenta Boluarte, transcurridos dos años y medio desde su llegada a la Casa de Pizarro, concita contra ella el hastío de un país. Según la última encuesta de Ipsos, el 94% de los peruanos desaprueban su gestión y sólo el 2% la aprueba. Lo nunca visto.
«Las páginas de la Historia que hoy estamos completando no son sino aquellas que leerán nuestros hijos y nuestros nietos. Sólo entonces se hará justicia al atrevernos a gobernar al país en sus horas más difíciles. Sólo entonces se sabrá que lo hicimos todo por el Perú y que lo hicimos con punche», se despidió Adrianzén, aplaudido con energía por la presidenta.
Entre Boluarte y Adrianzén suman tantos escándalos que pareciera imposible resumirlos en una sola crónica. Boluarte, pese a formar parte de la candidatura del partido marxista Perú Libre, ha sobrevivido un huracán constante en su contra gracias al apoyo de fujimoristas, trumpistas, centristas e incluso de la izquierda radical. El escándalo de los Rólex, que provocó el allanamiento y registro de su vivienda particular y de la famosa Casa de Pizarro por orden de la Fiscalía, dio a conocer sus gustos por el lujo: usó públicamente una colección de 14 relojes de alta gama, incluidos al menos tres Rólex, una pulsera Cartier y otras joyas, valoradas en torno al medio millón de dólares. Su salario anterior como funcionaria no daba para tantos excesos.
Después le tocó el turno a las operaciones secretas de cirugía estética, realizadas en 2023. Fiscales y Parlamento la acusan de ocultar que se realizó una operación y permaneció dos noches ingresada sin poner en marcha el relevo que obliga la Constitución.
Adrianzén tardó sólo unos meses en pedir que le subieran el sueldo a su jefa, hasta 35.000 soles (casi 9.000 euros). Pero la gota que colmó el vaso de la paciencia nacional llegó con el secuestro de 13 jóvenes en las minas ilegales de Pataz, que el premier negó en rueda de prensa. Sus cadáveres fueron encontrados días después.
La misma mayoría parlamentaria que estaba decidida a forzar la caída de Adrianzén debe votar ahora dos decisiones trascendentales: el visto bueno del nuevo elegido como premier y el permiso para que Boluarte pueda viajar al Vaticano para asistir a la entronización del Papa León XIV, misionero y obispo en Perú durante tres décadas. El Parlamento ya le negó hace tres semanas a la mandataria la posibilidad de asistir a los funerales del papa Francisco.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.elmundo.es
Publicado el: 2025-05-14 01:49:00
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