Menú Cerrar

Juan Fernando Lpez Aguilar: «Queremos una repuesta a la migracin a escala europea fundada en la solidaridad y la responsabilidad compartida» | elmundo.es

Juan Fernando Lpez Aguilar: "Queremos una repuesta a la migracin a escala europea fundada en la solidaridad y la responsabilidad compartida"

Poltico, profesor y jurista, Juan Fernando Lpez Aguilar ejerci como ministro de Justicia espaol entre 2004 y 2007. Desde 2009 es eurodiputado y en la actualidad preside la Comisin de Libertades Civiles, Justicia e Interior del Parlamento Europeo, donde lucha «a brazo partido» -confiesa en esta entrevista con EL MUNDO- por una poltica europea digna para los migrantes y solicitantes de asilo y basada en la solidaridad de los 27.

Pregunta. En las negociaciones de la UE sobre el Pacto sobre Migracin y Asilo se han producido este ao algunos avances. Cules son los principales escollos?

Respuesta. En la Comisin que presido hemos tramitado la iniciativa de cinco reglamentos en la que se ha traducido el nuevo Pacto de migracin y asilo. Hemos trabajado denodadamente en un Parlamento en el que nadie dispone de mayora con cargo a sus escaos propios y donde todo hay que negociar con leyes de geometra variable 24 horas al da, para que el Parlamento -tres aos despus de negociaciones muy duras- llegase a aprobarlos en primera lectura, que significa, por tanto, el primer mandato legislativo del Parlamento Europeo. Los cinco reglamentos estn interrelacionados, forman un sistema y no admitiremos su despiece. Hemos hecho valer lo que ha sido mi prioridad desde que estoy en el Parlamento Europeo: que se cumpla el mandato del artculo 80 del Tratado de Lisboa por el que el sistema de migraciones tiene que estar fundado en la responsabilidad compartida y en la solidaridad vinculante.

Lo ms difcil, de lejos, ha sido exactamente el pilar de solidaridad del que estoy a cargo, porque adems del presidente de la comisin legislativa, soy el ponente del reglamento de crisis, que articula una respuesta de solidaridad de escala europea a travs de programas de realojamiento obligatorios para todos los Estados miembros despus de operaciones de salvamento y rescate. Estoy pensando en esas fronteras vulnerables de los Estados en primera lnea, que son los que se asoman a la cornisa africana en el Mediterrneo: Espaa, Malta, Italia, Chipre y Grecia. Con una situacin delicada de Espaa porque es el nico pas de la Unin Europea que tiene fronteras terrestres con el continente africano, nada menos que Ceuta, Melilla. Y adems, tiene Canarias en la ruta atlntica hacia Europa, que es de lejos la ms mortfera. Digo todo esto ahora, con ms carga de conviccin si cabe, viendo cmo est la situacin en El Hierro, dramtica, en la que todo mundo se pregunta -como en Lampedusa, en la que ha estado varias veces como en las islas griegas-: Dnde est Europa? Hay una solidaridad intraespaola, la llamamos derivacin y est orquestada por el Gobierno de Espaa. Segn ponen en pie en El Hierro, el Ministerio del Interior los deriva en 48 horas a las islas centrales y, en apenas una semana, a la Pennsula. Eso queremos a escala europea de una vez. Esa es la pelea y es lo ms difcil.

P. Cules son, adems de la solidaridad, los valores que debe proteger el Pacto?

R. El Parlamento Europeo es una institucin plural que sigue respirando una mayora proeuropea y lo hemos dicho claro al aprobar los cinco reglamentos en nuestra primera lectura, pendiente ahora de la negociacin en el Consejo: La migracin es un hecho, no es una amenaza. Ningn repunte migratorio es una crisis si somos capaces de gestionarlo en comn. Y, de hecho, gestionarlo de forma comn, es la nica forma de ser eficaces. Por supuesto, exige ser coherente con nuestros valores y con nuestra legislacin, que incluye el Derecho Internacional martimo y humanitario -flagrantemente violado con demasiada frecuencia por Estados miembros en situaciones apuradas-. Viola el Derecho Internacional y el Humanitario la Italia de Giorgia Meloni cada vez que niega desembarco en el primer puerto seguro a personas rescatadas en la mar con el argumento falaz de que las ONG que los han rescatado son cmplices de las mafias. Es una violacin flagrante cada vez que la guardia costera griega los rechaza en devoluciones en caliente contrarias al Derecho Internacional, a la Convencin de Ginebra y al propio Derecho europeo. Por tanto, lo que queremos es por fin una respuesta de escala europea que sea coherente con lo que proclamamos: el mandato de responsabilidad de solidaridad compartida. Y esa es la nica forma de ser eficaces, porque cualquier otra est condenada al fracaso.

P. Cmo se puede imponer un mecanismo de reparto a los pases que estn en contra de la solidaridad?

R. La respuesta a la pregunta de cmo superar a los enemigos declarados de toda solidaridad es: minorizndolos. Como minorizamos a la extrema derecha en el Parlamento Europeo y sacamos adelante las leyes sin contar con ella. El Consejo, en el procedimiento legislativo, decide por mayora cualificada y es posible que una mayora cualificada minorice a quienes se niegan a toda solidaridad. Y la legislacin que pongamos en vigor, sin embargo, les vincule. Esa es la regla del juego europea. El Tratado de Lisboa les vincula y el Derecho europeo de migraciones y asilo les vincula, aunque no lo voten. Porque el club consiste en ser parte del debate, pero tambin en asumir tus obligaciones. Incumplir el Derecho Europeo no es inane, tiene consecuencias: procedimientos de infraccin, multas millonarias, sentencias condenatorias del Tribunal de Justicia y, en ltima instancia, el reglamento de condicionalidad del Estado de Derecho, que tambin lo hemos puesto en vigor en el Parlamento Europeo, de manera que si incumples tus obligaciones reiteradamente no tienes acceso a los fondos europeos. Lo que ha sucedido con Hungra y Polonia. Ambos han sido durante aos campeones de la insolidaridad.

P. Con lo que estamos viendo en El Hierro y en Lampedusa en las ltimas semanas, es hora de rescatar operaciones europeas de bsqueda y rescate, como lo fueron ‘Mare Nostrum’ o ‘Sophia’ en su da?

R. Ese es un mandato constante del Parlamento Europeo, que una y otra vez ha reclamado un mecanismo europeo, un marco europeo de salvamento y rescate que cree sinergias positivas entre los esfuerzos ahora fragmentarios y desconectados entre s, cuando no en contradiccin, de las guardias costeras de los Estados miembros. He hablado en el Parlamento Europeo varias veces de una tragedia conmocionante: la de Pilos [el 14 de junio]. Una embarcacin frgil con ms de 700 personas a bordo se va al fondo del mar con cientos de nios y apenas sobreviven 70 personas. Por qu? Porque la Guardia Costera griega verifica que el destino es Italia y, a pesar de que la embarcacin no puede conseguirlo por su fragilidad palmaria y por las condiciones de la mar, la deja pasar porque en la actualidad la responsabilidad entera es del Estado de primera entrada. Y lo que calcula la Guardia Costera es «que sea un problema de Italia, pero que no sea el mo». Tenemos que acabar con esto, es siniestro. Tiene que haber un marco europeo reglado de coordinacin de operaciones de rescate. Queremos que haya un mecanismo europeo con una implicacin de Frontex cooperativa y positiva; no como hemos visto hasta ahora, implicada en infames devoluciones en caliente.

P. En Europa, algunos partidos y lderes polticos utilizan la inmigracin como arma arrojadiza. Por qu cree usted que este tema polariza tanto a las sociedades?

R. Lo tengo muy claro: es el asunto ms divisivo en Europa. Lo es geogrficamente. Nada que ver el estado mental de los ministros del Interior blticos con respecto de los ministros del Interior del Mediterrneo, que conformaron durante un tiempo un llamado MED5 de voluntad estratgica hacia la solidaridad, de apuesta estratgica por la solidaridad, a pesar de sus distintos colores polticos. Es divisivo ideolgicamente. Hay enorme distancia entre la aproximacin nacionalista reaccionaria, no ya digamos la de extrema derecha, y la aproximacin progresista, calificada de «buenista» o de «efecto llamada» por los enemigos de la solidaridad. Todo es «efecto llamada» para los enemigos de la solidaridad: rescatar en el mar, tratarles dignamente cuando llegan; es «efecto llamada» garantizarles una ducha y tres comidas al da, no ya digamos integrar menores. Eso para para los reaccionarios es el «efecto llamada» superlativo porque significa que el menor es el garfio del que vendr luego la familia. Y es electoralmente divisivo. Porque lamentablemente en los ltimos aos se han multiplicado los gobernantes insensatos que primero propagan el miedo al migrante y luego explotan electoralmente ese nicho de miedo que ellos mismos han propagado. Por tanto, s hay que dar una batalla infatigable por cambiar la mirada y eso pasa por cambiar la narrativa. Insisto siempre: la migracin no es una crisis ni una amenaza. La migracin es un hecho, siempre ha existido.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.elmundo.es

Publicado el: 2023-10-30 19:11:48
En la sección: Internacional // elmundo

Publicado en Clasificadas