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La lucha de dos hermanas rusas contra su padre, retornado de Ucrania: «Ha vuelto roto. Dice que no ha matado a nadie, pero la guerra en s es un crimen» | elmundo.es

La lucha de dos hermanas rusas contra su padre, retornado de Ucrania: "Ha vuelto roto. Dice que no ha matado a nadie, pero la guerra en s es un crimen"

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En enero, cuentan, les anunci que sala unos das de maniobras a Bielorrusia. No volvera hasta seis meses despus tras pedir abandonar el ejrcito

Las hermanas Grigorieva, en su casa de Pskov.OLGA MALTSEVAAFP

En la foto que muestran las hermanas Grigorieva, su padre intenta sonrer, vestido con la camiseta de rayas blancas y azules de los paracaidistas rusos. Fue antes de las batallas en Ucrania, antes del horror y la muerte. En junio volvi del frente y pidi dejar el ejrcito. Durante su ausencia, sus dos hijas, gemelas de 18 aos, se manifestaron en Rusia contra la ofensiva del Kremlin. Segn ellas, su padre volvi «roto».

La historia de esta familia devastada por el conflicto, y que cuentan las hermanas, ilustra la falta de apoyo general en Rusia a la campaa militar de Vladimir Putin, y da una idea de su coste humano en el lado ruso, que Mosc intenta suavizar de cara a la galera.

Fsicamente, su padre «no ha cambiado, pero la guerra obviamente ha tenido un impacto en su estado mental», suspira Anastassia Grigorieva, una adolescente tmida con el rostro salpicado de piercings, como el de su hermana Elizaveta.

Ambas viven en Pskov, una bonita ciudad del oeste de Rusia famosa por su historia medieval. Tambin es la guarnicin de la 76 Divisin Aerotransportada de Rusia. La del padre de las hermanas Grigorieva.

Ms sobre la guerra en Europa

En enero, cuentan, les anunci que sala unos das de maniobras a Bielorrusia. No volvera hasta seis meses despus, tras participar en la invasin de Ucrania ordenada por Vladimir Putin.

Conmocionadas por el estallido de la guerra, las dos hermanas se manifestaron casi solas el 6 de marzo en el centro de Pskov con un cartel: «Paz en Ucrania, Libertad en Rusia». Inmediatamente fueron arrestadas por la polica. Conducidas a comisara, amenazadas con penas de prisin, liberadas, sermoneadas en sus casas por los soldados, luego en la escuela por sus profesores, recibiran finalmente, en julio, una multa de 20.000 rublos (328 euros) por «organizar» una manifestacin no autorizada .

Mientras se sucedan los reveses legales su padre, un suboficial, luchaba en Ucrania. Su divisin participa en la batalla de Kiev. Ante la resistencia ucraniana, las tropas rusas se retiraron del norte del pas a finales de marzo.

El medio de investigacin ruso Historias importantes afirma que miembros de la 76 Divisin Aerotransportada de Pskov estuvieron presentes en Bucha, cerca de Kiev, durante la ejecucin masiva de civiles, unas acusaciones que Mosc niega.

Las hermanas Grigorieva se preguntan si su padre habr participado de los crmenes de guerra.

«l dice que no ha matado a nadie», seala Elizaveta. «Pero la guerra en s misma es un crimen», replica Anastassia. «S, participar o apoyar la guerra es un crimen», concluye Elizaveta.

Confesiones en la dacha

En mayo, el padre de 43 aos pidi a su familia iniciar los trmites administrativos para regresar del frente. A mediados de junio fue repatriado por «motivos de salud» y ahora est realizando los trmites para ser desmovilizado tras 20 aos de servicio.

Como soldado, no puede hablar en pblico sin autorizacin, so pena de fuertes sanciones. Pero este verano, durante sus muchos das de cavilaciones en su apartamento o en su dacha, en el campo, sus hijas aseguran que les confi sus tormentos.

«Estuvo en los lugares ms duros, bajo los bombardeos. Moralmente no est bien, cuenta que estar seis horas bajo los cohetes tiene un efecto devastador, tantos muertos… Todo eso hay que tratarlo», lamenta Elizaveta.

«Este estrs cambi su visin del mundo: perdi hombres, vio cadveres por todas partes», contina. Lo describe como agresivo y afirma haber tenido muchas discusiones con l. No est recibiendo asistencia psicolgica. Segn Elizaveta, el regreso de ms soldados traumatizados conducir a un mayor descontento y criminalidad en Rusia.

En agosto, las dos jvenes abandonaron el hogar familiar y ahora viven en un apartamento encontrado con la ayuda de una asociacin feminista. Viven en parte gracias a las donaciones recibidas durante una colecta online para pagar su multa.

Sin embargo, no planean romper con sus padres. «Amamos a nuestro padre, no vamos a negar a nuestra familia», subraya Elizaveta. Se han distanciado y evitan hablarles del conflicto.

Segn ellos, su padre y su madre, de 38 aos, no estn interesados en la poltica, como muchos rusos desilusionados. Por el contrario, ellas desarrollaron una militancia temprana gracias a los vdeos del opositor encarcelado Alexei Navalny.

Las hermanas Grigorieva juran que seguirn militando en la oposicin. Dicen que «no tienen miedo» a la prisin y admiran la «fuerza» de los ucranianos frente a la violencia extrema.

Y aunque a menudo hablan con voz insegura, apuntalada por risas nerviosas, lo que dicen no puede estar ms claro. «Somos liberales», dice Elizaveta. «Criticamos el poder, tenemos que construir la democracia en casa».

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Fuente de TenemosNoticias.com: www.elmundo.es

Publicado el: 2022-09-14 02:05:04
En la sección: Internacional // elmundo

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