El 16 de junio de 2022 cambi la historia de Europa. Todo el mundo tiene en mente, y con razn, la noche de febrero en la que las tropas rusas cruzaron la frontera ucraniana y empezaron los bombardeos, pues la secuencia que se desencaden provoc el mayor giro en las relaciones internacionales desde 1989, llev a la UE a un despertar geopoltico, facilit el envo masivo de armas y municin, una docena de rondas de sanciones o la desconexin del gas o el petrleo ruso. Todo eso revolucion el presente. Pero la noche del 15 al 16 de junio, cuando Mario Draghi, Emmanuel Macron y Olaf Scholz se subieron a un tren en Polonia para amanecer en Kiev y dar su apoyo a Volodimir Zelenski, cambi el futuro.
Hasta entonces, las grandes potencias europeas tenan claro que no habra ms ampliaciones, que no habra ms miembros en el club comunitario al menos durante una o dos generaciones, por mucho tiempo que llevaron clamando los aspirantes. Pero en la oscuridad de un vagn blindado, en el silencio de las fronteras atacadas, los lderes continentales dieron un giro sorprendente y volvieron a casa digiriendo lo que ahora mismo ya todo el mundo da por hecho: la ampliacin ya no es una opcin, no es una aspiracin, es una necesidad urgente, una obligacin defensiva, un imperativo poltico, estratgico e incluso moral.
Hasta entonces Alemania y Holanda estaban conjuradas para frenar cualquier avance. Pero Macron, Zelenski y lo que vio en persona hizo cambiar de opinin al alemn, y al resto de escpticos en cadena. Casi 16 meses despus, la ampliacin es imparable, pero hay tantos obstculos como antes, sino ms. Una decena de diplomticos, funcionarios y responsables de las negociaciones explican su inquietud, sorpresa o frustracin por cmo la cuestin ha escapado de las manos. «Antes tenamos en control de este proceso, pero ahora somos un trozo de madera a la deriva, empujados por las corrientes», explica uno de ellos. «Ahora mismo nadie puede decir que no. La presin es demasiado grande, Zelenski es un maestro y todo gira en torno al marco conceptual que ha ido diseando», aade.
En Granada, este jueves, los jefes de Estado y de Gobierno de los 27, y otros 22 vecinos, se reunieron en lo que se conoce como la Comunidad Poltica Europea, un invento de Emmanuel Macron concebido como premio de consolacin y como purgatorio, un lugar intermedio antes de una adhesin. Un formato en el que hablar de t a t, como iguales, en el que limar asperezas, conocerse mejor. Una fase intermedia donde se puedan reconocer los puntos fuertes. Pero tambin una cita bianual (las dos primeras fueron en Praga y Moldavia) en la que poder resolver todo tipo de cuitas.
Pero si el jueves fue la cita con los vecinos y aspirantes, la del viernes fue una reunin clsica, slo entre los Estados Miembros para hablar de muchas cosas. Para intentar consensuar un texto conjunto, la Declaracin de Granada con la que soaba el Gobierno espaol para que en unos aos se evoque este momento con casi el primer paso hacia la nueva Europa. Y si haba un tema principal, adems de la migracin, era la ampliacin. Cmo hacerla, cundo, a quines. Y cmo preparar a la Unin para los cambios drsticos que necesita antes de abrir la puerta una vez ms. Una cita para poner en una lista todas las preguntas que deben ser respondidas en las prximas semanas
«La ampliacin es una inversin geoestratgica en paz, seguridad, estabilidad y prosperidad. Es un motor para mejorar las condiciones econmicas y sociales de los ciudadanos europeos, reducir las disparidades entre pases y debe fomentar los valores en los que se basa la Unin», dice la Declaracin de Granada aprobada este viernes. «Los aspirantes a miembros deben intensificar sus esfuerzos de reforma, especialmente en el mbito del Estado de derecho, en consonancia con la naturaleza basada en el mrito del proceso de adhesin y con la asistencia de la UE. Paralelamente, la Unin necesita sentar las bases y las reformas internas necesarias. Fijaremos nuestras ambiciones a largo plazo y las formas de alcanzarlas», sigue el texto.
El objetivo est claro, pero hay divisin en la senda. «La ampliacin significa que los pases candidatos tienen reformas que implementar y saben lo que tienen que hacer. Y por nuestro lado, por el lado de la UE, tenemos que prepararnos», afirm ayer el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, el primero en fijar un plazo para las entradas: 2030. Hay tres cuestiones que es necesario abordar, dijo el belga: qu queremos priorizar en el futuro, cmo decidir juntos y cmo prepararnos econmicamente para esos ambiciones. «Varios pases quieren unirse a la Unin, pero debemos hacerlo de manera responsable. Esto significa atenerse a un proceso de reformas duraderas y condiciones, por ejemplo en el mbito del Estado de Derecho. Tambin debemos reflexionar sobre los efectos de la ampliacin. Por eso es til la discusin», recalc el holands Mark Rutte. «La ampliacin es una oportunidad para unir el continente. No debera convertirse en rehn de cuestiones institucionales. Dada la importancia geopoltica, primero debemos tomar decisiones sobre la ampliacin de la UE y slo despus hablar de reformas institucionales», replic el lituano Gitanas Nausedas, el pas que ms claro est siendo en sus preferencias.
La secuencia est bien marcada. El 8 de noviembre la Comisin Europea har pblico su informe sobre Ucrania y Moldavia, pases a los que hace unos meses se les dio el estatus de candidatos a la adhesin. Todo el mundo espera que el dictamen sea positivo, aunque tenga reservas. Y se espera tambin que unas semanas despus, en el Consejo Europeo de diciembre, los 27 den formalmente el visto bueno para arrancar las negociaciones.
Empezar no es irreversible, pero tiene un enorme valor simblico y poltico. Las fuentes consultadas explican que es ms que improbable que haya un no, pero que el s tiene ser muy cuidadoso. Los equipos de los 27 llevan meses buscando la mejor forma de proceder. Y el Consenso es que la decisin del Consejo Europeo debe tener tres partes diferentes: la luz verde, las condiciones para la entrada y las condiciones para la reforma completa interna de la UE.
«El lenguaje va a ser un prodigio de diplomacia, narrativa y escapismo», aventura una de las personas que est trabajando en ello. Dir que s, pero inmediatamente tendr que haber dos clusulas. La primera que recuerde tajantemente que la adhesin es un proceso que se sustenta en los mritos, no en la voluntad ni la urgencia. Y que insista radicalmente en el Estado de Derecho. Es el gran problema hoy y lo ser maana. El dinero, el presupuesto e incluso el proceso de toma de decisiones es importantsimo, pero palidece ante el Estado de Derecho y los principios fundamentales recogidos en los tratados. Con Polonia y Hungra ha sido un fiasco y la Unin no puede permitirse ms casos. De ah la obsesin, la prioridad. Sin garantas clarsimas no puede haber ni un paso.
La segunda clusula, la que quizs genere menos titulares, ser irnicamente la importante. Segn algunas delegaciones es la que tendr que dejar por escrito que la ampliacin est sujeta a que se complete tambin la transformacin interna. De esa manera no slo se forzarn los cambios necesarios, imprescindibles, sino que el control del timing quedar totalmente en manos comunitarias. Es decir, que se podr jugar con esa baza para retrasar el proceso incluso si hipotticamente algn candidato fuera completando todas las reformas exigidas y aprobando los requisitos. «Ahora nos arrastra la corriente de los tiempos, pero con algn mecanismo de ese estilo podramos marcar los plazos y asegurarnos de que hasta que no estemos de verdad listos todos, aspirantes y los de dentro, no habr movimientos», resumen.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.elmundo.es
Publicado el: 2023-10-06 13:44:52
En la sección: Internacional // elmundo