Lavrov acusa a Occidente de crear un umbral «aún más peligroso que la Guerra Fría» | elmundo.es

La visita del ministro de Exteriores ruso a la ONU levanta ampollas, con duros ataques del secretario general, Antonio Guterres

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Antonio Guterres, secretario general de Naciones Unidas, acusó a Moscú este lunes de causar «un sufrimiento y una devastación masiva» en Ucrania, aprovechando la presencia en Nueva York del ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, que viajó para presidir una reunión especial del Consejo de Seguridad. El portugués advirtió sobre la situación de tensión entre potencias hasta «un máximo histórico, con riesgos de conflicto por desventura o error de cálculo», un panorama oscuro y reminiscente de la Guerra Fría que alimentó el propio Lavrov en su intervención.

«Como fue el caso durante la Guerra Fría, hemos llegado a un umbral peligroso, quizás incluso más peligroso«, dijo el titular de Exteriores ruso, en una de las visitas más espinosas de la delegación rusa a la sede de la ONU en Nueva York. El tema elegido como parte de la presidencia rotatoria, el mantenimiento de la paz, la seguridad internacional y la defensa de los principios de la carta de las Naciones Unidas a través del multilateralismo, es uno que parecen haber violado de forma sistemáticamente en el último año. Aún así, Lavrov no dudó en cargar contra Occidente por haber actuado de forma unilateral contra el resto del mundo.

En su intervención de unos 20 minutos, Lavrov acusó a Estados Unidos de «estrangular el multilateralismo» y de no respetar la soberanía de los países, uno de los pilares sobre los que se fundó Naciones Unidas, obviando la invasión a Ucrania lanzada por las tropas de su país que ha causado ya miles de muertos y desplazados. «Estados Unidos ha emprendido el camino de la destrucción de la globalización, que durante muchos años presentaron como el mayor beneficio para la humanidad», señaló.

Lavrov criticó con dureza las «medidas unilaterales ilegítimas» impuestas a su país y a otros Estados a raíz de la guerra y denunció la manipulación de normas comerciales y de instituciones como el Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, no hizo referencia a los deseos del régimen de Vladimir Putin de poner fin al conflicto, un asunto al que sí se refirió en su visita a Brasil la semana pasada. Dijo hace siete días que pretenden dar carpetazo a los combates «de forma duradera e inmediata», aunque el clima reinante en los varios frentes abiertos en Ucrania parecen indicar claramente lo contrario: que el final de la guerra sigue siendo lejano.

Se refirió además a la ausencia de prensa rusa en Nueva York para cubrir la sesión del Consejo de Seguridad que preside su país al no haber obtenido los visados necesarios para viajar a EEUU. Solicitó a los periodistas presentes de otros países que hagan una cobertura «imparcial» para que el mundo pueda conocer lo que está sucediendo.

Ya antes de subirse al avión el domingo desde Moscú, el ministro de Exteriores mostró su indignación ante la situación y sugirió que tomarán fuertes medidas como respuesta. «Un país que se llama a sí mismo el más fuerte, el más inteligente, el libre y el justo se ha acobardado y ha hecho algo estúpido al mostrar lo que realmente valen sus garantías juradas sobre la protección de la libertad de expresión y el acceso a la información», dijo desde la capital rusa. «Estén seguros de que no olvidaremos y no perdonaremos», dijo.

Todo ello en medio de la elevada tensión entre ambas naciones tras el arresto el mes pasado del periodista del Wall Street Journal, Evan Gershkovich, acusado de espionaje. EEUU ha tildado el caso de «detención errónea».

No es, ni mucho menos, el clima idóneo para negociar uno de los asuntos claves de la reunión: la renovación del acuerdo para exportación del grano ucraniano a través del mar Negro que ha permitido al Gobierno de Kiev seguir manteniendo sus principales exportaciones. Caduca el 18 de mayo, por lo que es imperativo para Guterres alcanzar un acuerdo para evitar un agravamiento de la situación alimentaria y de inflación que se desencadenó a raíz de la guerra en febrero del año pasado.

Lavrov tenía previsto reunirse con el líder de la ONU el lunes como parte de una agenda de dos días en las que presidirá una reunión del Consejo de Seguridad sobre el conflicto entre israelíes y palestinos. Ni Estados Unidos ni los otros miembros europeos del Consejo enviaron a sus ministros de Exteriores a la cita, representados por sus embajadores ante la ONU.

Todos ellos han manifestado su rechazo a la presidencia rusa del Consejo en las actuales circunstancias, acusando a Moscú de usar su asiento permanente para propagar información falsa sobre la guerra en Ucrania. Antes de la reunión, Olof Skoog, el embajador de la Unión Europea ante la ONU, subrayó el nivel de cinismo que implica la presente postura del régimen de Putin. «Al organizar este debate, Rusia está tratando de presentarse como un defensor de la Carta de la ONU y el multilateralismo», dijo. «Nada puede estar más lejos de la verdad».