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Los artistas callejeros de Covent Garden plantan cara a las restricciones | elmundo.es

Los artistas callejeros de Covent Garden plantan cara a las restricciones

Actualizado

Un artista camina por la cuerda floja en Covent Garden, Londres.AP

Qu. El distrito de Westminster intenta regular desde 2021 los ‘shows’ al aire libre junto al emblemtico mercado londinense.

Quines. La Covent Garden Street Performers Association (SPA) se ha rebelado contra las restricciones y prefiere autoregularse.

Por qu. Los magos, malabaristas, mimos y cantantes llevan actuando desde hace cuatro siglos en el ‘circo al aire libre’ junto al West End y lo han convertido en una gran atraccin de Londres.

En 1662, el popular Samuel Pepys, el mayor cronista de la vida diaria de Londres durante la Restauracin inglesa, daba ya cuenta del primer espectculo de marionetas en Covent Garden. Durante cuatro siglos, los espacios que rodean al popular mercado han sido algo as como la alternativa popular al West End, el circo al aire libre con mayor solera del mundo.

Los tragasables, los escupefuegos, los malabaristas, los equilibristas con monociclo, los mimos, los magos, los cantantes callejeros y las aspirantes a soprano despliegan desde tiempo inmemorial sus mejores artes y cautivan todos los das del ao a cientos de turistas a cambio de los aplausos y de voluntarias donaciones de grandes y pequeos (se admiten micropagos con tarjetas).

«Que no pare el espectculo!» es la consigna con la que un centenar de artistas hicieron pia en la Covent Garden Street Performers Association (SPA), que vela por la libertad de los artistas y garantiza un mnimo de autorregulacin para no interferir con los comercios y dar seguridad al variopinto pblico.

Tras el parn de la pandemia, los artistas volvieron a tomar la calle con ansias renovadas, pero de pronto se toparon con el muro del distrito de Westminster y en la tesitura de pedir y pagar licencias y atenerse a reglas muy estrictas para poder actuar

Entre otras, la prohibicin de montar escenarios de ms de cinco metros cuadrados, un espacio superado con creces por casi todos. O las limitaciones para el uso de amplificadores, que dejara a los cantantes sin micrfono. O una lista de objetos peligrosos que afecta muy directamente a las actuaciones de los magos y los malabaristas.

Ante las quejas de los artistas y la falta de accin de la polica, el distrito convoc a las partes a una reunin el 4 de diciembre para buscar un punto de encuentro y en todo caso introducir «pequeos cambios». Las reuniones seguirn en 2024: los artistas podrn sacarle al menos todo el jugo posible a las Navidades en Covent Garden.

«Llevo 15 aos haciendo malabares con cuchillos y nunca he tenido un accidente», recalca el australiano Richard Filby, una de las voces ms notorias contra la ofensiva municipal. «Lo que nos piden es una desconsideracin total hacia nuestra profesionalidad. Nunca ha existido una queja que yo sepa por parte del pblico hacia lo que yo hago».

El clmax de la actuacin de Filby llega cuando lanza al aire tres sables mientras se mantiene en un imposible equilibrio sobre una torre improvisada de tablas y tubos. El pblico jalea la actuacin y guarda una prudente distancia. Pese a las indicaciones de Westminster, Filby asegura que la polica le ha dejado de momento tranquilo con sus cuchillos: «Bastante trabajo tienen con los delincuentes».

No muy lejos, el polaco Daniel el Mago hace desaparecer en el acto cualquier objeto que cae en sus manos, ya sean pelotas o carteras. Daniel lleva ms de siete aos en Covent Garden y asegura que los nicos problemas los han creado «los cantantes con licencia municipal que se instalan con todo su equipo de sonido».

Sammie Jay es precisamente cantante callejera, pero jura y perjura que nunca ha tenido un percance en los ocho aos que lleva tocando al aire libre o bajo techo en el mercado cuando llueve o hace demasiado fro: «Somos como una familia extendida de artistas: nosotros nos bastamos para alimentar nuestros sueos y cuidar unos de otros».

«Lo mejor es seguir funcionando como siempre lo hemos hecho», concluye Gabriel, el mimo. «La gente quiere autenticidad, y eso es lo que les damos. Si empezamos con las restricciones, acabarn cortndonos las alas».

Fuente de TenemosNoticias.com: www.elmundo.es

Publicado el: 2024-01-01 12:11:01
En la sección: Internacional // elmundo

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