Los idus de marzo que cambiarn (an ms) el mundo | elmundo.es

Contbamos recientemente en estas mismas pginas el papel clave que jugaba William Burns, director de la CIA, en el devenir de la guerra de Gaza. Pues bien, Burns se est involucrando a su vez y en gran medida en otro conflicto: el de Ucrania; aquel que nos debera quitar el sueo cada da ms a los europeos.

Dice el jefe de los espas americanos que si Estados Unidos llega a abandonar Ucrania sera un error de «proporciones histricas». No slo por las consecuencias que tendra para Occidente dejar va libre a las ambiciones blicas de Vladimir Putin, sino porque, a ojos del planeta, la decisin de Washington sera absolutamente incomprensible, provocando una desconfianza absoluta sobre la primera potencia mundial a lo largo de los restantes aos del siglo XXI. Como apunta en el diario Financial Times Gideon Rachman, «sera tanto ms incomprensible cuanto que -a diferencia de las guerras de Vietnam o Afganistn- el ejrcito estadounidense no est luchando ni muriendo».

Al presidente ruso le sopla el viento a favor. Disfruta y se aprovecha de la buena racha de la que goza. Aunque en realidad no es cuestin de suerte. En geopoltica casi nada es fortuito, ni siquiera en personajes como el volcnico Donald Trump, quien grita de repente en un mitin a los periodistas «sois el enemigo del pueblo» y los reporteros tienen que salir corriendo. Todo est medido. Es pura estrategia. Y as ha ocurrido con Putin y Trump, dos polticos disruptores cuyos caminos confluyen esta prxima semana para catapultarse a lo ms alto y desestabilizar el orden mundial si la jugada de ambos surte el efecto definitivo el 5 de noviembre, da de las elecciones en Estados Unidos.

Este martes 12, habr una nueva ronda de primarias republicanas en Georgia, Hawai, Mississippi y Washington, y todo apunta a que los electores de estos cuatro estados sern los que coronen de manera definitiva, y oficialmente, a Trump como candidato del Partido Republicano. Cinco das despus, el domingo 17, se celebran elecciones presidenciales en Rusia, donde Putin (jactndose de los votos que consiga sin rival alguno) se aferrar an ms al trono del Kremlin. Todo puede ir a peor en Europa.

Este nuevo momento de gloria del trumpismo-putinismo viene preparndose desde hace largo. Como mnimo, desde la campaa presidencial estadounidense de 2016, repleta de injerencias de Mosc, confirmadas por investigaciones posteriores como la del comit de inteligencia del Senado de EEUU, en las que quedaron demostrados los esfuerzos rusos para influir en las elecciones de hace ocho aos, en las que el republicano Donald Trump derrot a la demcrata Hillary Clinton. «Se piratearon redes informticas y cuentas afiliadas al Partido Demcrata y se filtr informacin perjudicial para Clinton. La intencin de Mosc era daar la campaa de Clinton y ayudar a la de Trump, socavando el proceso democrtico de Estados Unidos», se puede leer en un informe.

Segn esta investigacin, as como la de Robert Mueller (el fiscal especial de la trama rusa) y otras paralelas realizadas por periodistas de medios como la revista Time, el mes de marzo de 2016 fue clave. Ah arranc todo. Y al mximo nivel. Justo en el mismo momento electoral en el que nos encontramos ahora, a ocho meses exactos de la gran cita americana. «Agentes de la inteligencia militar rusa, conocida como GRU, hackearon los correos electrnicos del personal que trabajaba para la campaa presidencial de Hillary Clinton. Estos esfuerzos comenzaron en serio en marzo de 2016. Durante ese mes, los agentes enviaron e-mails que parecan notificaciones de seguridad de Google a muchos empleados y voluntarios de la campaa demcrata. Pero en lugar de ayudarles a bloquear sus cuentas, estos correos indicaban a los destinatarios que hicieran clic en un enlace para cambiar su contrasea, y cuando el usuario lo haca, esto daba a los agentes rusos acceso a sus cuentas», apunta otro documento.

Casi una dcada despus, nos encontramos con el Kremlin de nuevo como un protagonista ms en la carrera a la Casa Blanca. Sin embargo, ahora, con la guerra de Ucrania entrando en su tercer ao, los beneficios de los que espera sacar rdito Vladimir Putin si Donald Trump consigue regresar al Despacho Oval se centran ms en el terreno blico que en lo poltico, personal o comercial. Se trata de poder seguir devorando Ucrania y, quin sabe si Moldavia, Polonia o los Blticos, esto es, llegando al enfrentamiento directo con la OTAN. Pero ya lo ha dicho claro Trump: que Rusia «haga lo que diablos quiera» con aquellos pases que no dediquen el 2% de su PIB en Defensa (Espaa incluida, por supuesto). Y, si se le inflan mucho las narices al republicano, sacar en 2025 a Estados Unidos de la Alianza Atlntica.

Mientras, Mosc juega a darle la vuelta a todo. Injerencias rusas en las elecciones americanas? No, al contrario. As, este jueves, el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso convoc a la embajadora de Estados Unidos, Lynne Tracy, para advertir a Washington de que no interfiera en sus elecciones del da 17, aquellas para las que Putin, en el poder desde el ao 2000, no podra tener el camino ms allanado y despejado.