Paul Van Tigchelt, el hombre que suea con el desafo imposible: intentar sanear la Justicia belga | elmundo.es

Tiene formacin, experiencia y un amplio conocimiento del sistema. Est por ver si tiene el capital poltico, la voluntad, la fe y la fuerza para asumir una de las tareas ms difciles desde que Hrcules completara sus 12 pruebas

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El viernes por la noche, cuatro das despus de los atentados que acabaron con la vida de dos suecos en Bruselas, el ministro de Justicia, Vincent Van Quickenborne, dimiti. Esa maana, el Gobierno se haba enterado de que el yihadista haba sido reclamado por Tnez en 2022 pero la peticin de extradicin no haba sido tramitada. El documento haba llegado al juez, pero ste no haba hecho su trabajo. Fue un «error individual, monumental e inaceptable», pero Van Quickenborne, asumiendo las responsabilidades polticas, se fue a casa.

Ya tenemos sustituto. Su nombre es Paul Van Tigchelt, mano derecha del saliente en cuestiones de Seguridad. De 2016 a 2020, Van Tigchelt dirigi la OCAD, la unidad de coordinacin que analiza todas las amenazas. Y antes haba sido fiscal. Ocupar las carteras de Justicia, Mar del Norte y viceprimer ministro. Tiene formacin, experiencia y un amplio conocimiento del sistema desde todos los flancos. Est por ver si tiene el capital poltico, la voluntad, la fe y la fuerza para asumir una de las tareas ms difciles desde que Hrcules completara sus 12 pruebas: san(e)ar la Administracin de Justicia.

No va a poder. Ni l ni nadie. La Justicia es complicada en todas partes, qu vamos a decir los espaoles. Pero en Blgica, un pas ms pequeo, endogmico, en el que todos no slo se conocen sino que han estudiado juntos, y han trabajado en los mismos bufetes, y en donde las puertas giratorias se mueven a una velocidad endiablada, es todava ms complicado.

Las autoridades han intentado proteger al magistrado que no hizo amago de entregar a un yihadista que haba estado en prisin en Tnez, que fue encarcelado en Suecia y que haba amenazado de muerte a una persona en un refugio en Blgica. Dicen que los jueces estn sobrecargados, que haba completado 30 de los 31 casos, y que fall justo ese. Es posible que sea cierto y quiz hasta la causa del error. Tambin es cierto que ese juez fue expedientado en el pasado cuando manipul un sumario para proteger a un amigo suyo, abogado. Y de nuevo lo mismo con un empresario aos despus. Reprimenda, unos meses al sector privado, y de vuelta como si nada.

Lo mismo que con el juez estrella Michel Claise, que se recus del caso del QatarGate de corrupcin en la Eurocmara cuando trascendi que uno de sus hijos es socio del hijo de la eurodiputada Marie Arena. Que no est acusada y no ha sido interrogada, casualmente, a pesar de que es confidente o ex pareja de alguno de los principales investigados. Claise es ntimo del abogado de otro de los acusados, con el que trabajo en el bufete de su padre, que fue a su vez su mentor. Y digo trascendi porque saber lo saban casi todos, que es un mundo muy pequeo. Y no pas nada.

Qu decir de los jueces o fiscales encargados de la Euroorden de los independentistas catalanes, tomando decisiones censuradas desde el Tribunal de Justicia de la UE. Que en lugar de aplicar las normas y detener a quienes eran reclamados arreglaban una cita llamando a los abogados defensores, sus viejos conocidos. O, justicieros que se ven como hroes de la libertad por encima de cualquier jurisdiccin. Hay ciudades ingobernables, pases irreformables y ministerios insalvables, que parecen un club privado pero sin medios y con bandas criminales amenazando de muerte. El flamenco llega con ganas, pero saldr escaldado. Como todos.