Piscinas, cafeteras y neveras: la dejadez ‘art dec’ del pas que reniega de la funcionalidad | elmundo.es

A mediados de la dcada de 1920, el arquitecto Michel Polak levant en lo que hoy es el 155 de la rue de la Loi de Bruselas el Rsidence Palace. Lucien Kaisin, el promotor, quera algo nico, especial, y sin duda lo consigui. El edificio, una joya del art dco, estaba dividido en 10 barrios y ofreca 180 apartamentos para ricos. No slo incorporaba todas las comodidades de la poca, desde agua corriente a electricidad pasando por calefaccin o los ascensores, sino los mayores lujos: pistas de tenis en el tejado, dos restaurantes, un teatro, salas de proyecciones, un banco, su propia oficina de correos y, sobre todo, la piscina.

Las aspiraciones eran hijas de sus tiempos. Recuerda a la legendaria Casa del Gobierno de Mosc, proyectada por Bors Iofn e inaugurada en 1931, casi de forma simultnea. Aquella, a la orilla del ro Moscova, delante del Kremlin, era mucho ms grande y estaba destinada a alojar a los principales dirigentes e intelectuales soviticos. Y como ha contado de forma magistral Yuri Slezkine, se convirti en ejemplo perfecto de la locura sovitica, con una mayora de sus inquilinos vctimas de la purgas.

Tras haber sido ocupado por los nazis, y luego rescatado por el Gobierno, el Rsidence Palace sigue siendo hoy parte indispensable de la Eurobruselas y smbolo no de la locura, sino de la dejadez belga. Ya sin viviendas, el complejo se ha reconvertido. Parte est en manos de las instituciones europeas y parte acoge a la prensa internacional, y en sus bajos se organizan eventos cada da. Lo que ya no tiene es tenis, salas de esgrima ni piscina. Bueno, esto ltimo no es cierto. La piscina lleva dos dcadas cerrada y es un crimen Es una maravilla con mosaicos, fuentes y un azul lapislzuli. Una de las mayores creaciones del art dec, de una belleza y elegancia inspirada en Pompeya que conmueven. Y aun as, la mayor parte de los inquilinos actuales o no la han visto o ni han odo hablar de ella.

Es pura histoire belge. Desde 2018, el Estado ha recibido casi 60.000 euros en multas por no restaurarla y dejarla morir. Tenan los permisos, el encargado y nada. Han pagado las sanciones, cada ao escrupulosamente, pero nada. La queja ha llegado al secretario de Estado Mathieu Michel, hermano del presidente del Consejo Europeo, y se han comprometido a que est lista en 2025, justo a tiempo para celebrar el ao de art dec. Claro que es la misma gente que nos ha prometido que en mayo de este ao ya no habr andamios en el Palacio de Justicia tras medio siglo formando parte del paisaje.

Lo de las multas dara en realidad para una larga columna propia. Hace solo unas semanas, la justicia embarg una cafetera y un frigorfico de la oficina de la secretaria de Estado de Asilo y Migracin, Nicole de Moor. La incautacin es consecuencia del impago de las multas impuestas por no proporcionar alojamiento a los solicitantes de asilo mientras se procesan sus solicitudes. El Estado belga ya ha sido condenado ms de 9.000 veces! por tribunales laborales por esta situacin, y nada. As que el juez decidi que el mobiliario que no sea imprescindible para el funcionamiento del gabinete se vendiera al pblico para cubrir el importe de las multas. El alma art dec del pas: historicista, eclctica, que prioriza cualquier cosa por encima de la funcionalidad y que mira al pasado en busca del progreso. La dejadez como leitmotiv.