NACIONES UNIDAS – La demanda de cobalto y otros minerales está agravando una crisis humanitaria que dura ya décadas en la República Democrática del Congo (RDC). En su búsqueda de dinero para mantener a sus familias, los trabajadores congoleños se enfrentan a abusos y condiciones que ponen en peligro su vida en minas no reguladas.
Utilizados en una gran variedad de productos, desde vitaminas hasta baterías de teléfonos y automóviles, se tratade minerales que son una necesidad para el buen funcionamiento de las tareas cotidianas en el mundo occidental.
La RDC es actualmente el mayor productor mundial de cobalto, con casi 75 % de la producción mundial. Debido a la gran demanda de este mineral, las explotaciones mineras inseguras y mal reguladas están muy extendidas en toda la RDC.
La explotación de los trabajadores se observa principalmente en las minas irregulares, artesanales y de pequeña escala, que representan entre 15 y 30 % de la producción de cobalto de la RDC.
A diferencia de las grandes minas industriales, que cuentan con máquinas potentes, los trabajadores de las minas artesanales suelen excavar a mano. Se enfrentan a gases tóxicos, inhalación de polvo y al riesgo diario de deslizamientos de tierra y derrumbes de las minas.
Aparte del trabajo forzoso no remunerado, las minas artesanales a pequeña escala pueden ser una fuente de ingresos sorprendentemente buena para las poblaciones con un nivel educativo y cualificaciones limitados.
El Servicio Internacional de Información para la Paz (Ipis, en inglés) informa de que los mineros pueden ganar entre 2,7 y 3,3 dólares al día.
En comparación, alrededor de 73 % de la población de la RDC gana 1,90 dólares o menos al día. Sin embargo, incluso con ingresos ligeramente superiores a los de la mayoría, los mineros siguen luchando por llegar a fin de mes.
Los trabajadores adultos no son el único grupo que sufre abusos laborales. Debido a la escasa regulación y al control de los inspectores de trabajo, las minas artesanales suelen recurrir al trabajo infantil.
La Oficina de Asuntos Laborales Internacionales del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos informa de que niños de entre 5 y 17 años son obligados a trabajar en minas de minerales en toda la RDC.
«No reciben remuneración alguna y son explotados, y el trabajo suele ser mortal, ya que se les obliga a arrastrarse por pequeños agujeros excavados en la tierra», afirmó Hervé Diakiese Kyungu, abogado congoleño especializado en derechos civiles.
Kyungu detalló esto cuando testificó en una audiencia del legislativo Congreso estadounidense en julio de 2022, durante una audiencia sobre el uso de mano de obra infantil en las minas de cobalto respaldadas por China en la RDC.
Kyungu también afirmó que, en muchos casos, los niños son obligados a realizar este trabajo sin ningún tipo de protección.
Los niños entran en las minas » utilizando solo sus manos o herramientas rudimentarias, sin equipo de protección, para extraer cobalto y otros minerales», afirmó Kyungu.
A pesar de la grave crisis humanitaria, la solución para crear un entorno de trabajo más sostenible y seguro para los mineros no es sencilla.
La RDC tiene una larga historia de explotación laboral con fines lucrativos.
Ya en 1880, el rey Leopoldo de Bélgica recurrió al trabajo forzoso de cientos de comunidades étnicas de la cuenca del río Congo para cultivar y comerciar con caucho, marfil y minerales.
Aunque las condiciones forzadas e inseguras matan a miles de personas cada año, el simple cierre de las explotaciones mineras artesanales no es la solución. La minería puede ser una importante fuente de ingresos para muchos congoleños que viven en la pobreza.
Los grupos armados también controlan muchas explotaciones mineras artesanales. Estos grupos utilizan los beneficios obtenidos del comercio de minerales para financiar armas y combatientes. Se estima que, durante los últimos 20 años, la RDC ha sufrido la violencia de unos 120 grupos armados y fuerzas de seguridad.
«Las economías mundiales, las nuevas tecnologías y el cambio climático están aumentando la demanda de minerales raros en el este del Congo, y el mundo está permitiendo que organizaciones criminales roben y vendan estos minerales brutalizando a mi pueblo», dijo Pétronille Vaweka durante un acto en 2023 del Instituto Estadounidense de la Paz (Usip, en inglés).
Vaweka es una abuela congoleña, premiada por su mediación en acuerdos de paz en guerras locales en su país.
«Tanto los africanos como los estadounidenses pueden beneficiarse del fin de esta criminalidad, que se ha ignorado durante demasiado tiempo», afirmó Vaweka.
Una forma de mitigar la crisis es mediante leyes y reglamentos más estrictos.
Muchas organizaciones humanitarias, así como las Naciones Unidas (ONU) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), abogan firmemente por este cambio.
La ONU ha desplegado un flujo constante de fuerzas de paz en la RDC desde la independencia del país de Bélgica en 1960.
Se crearon grupos destacados, como la Operación de las Naciones Unidas en el Congo (Onuc) y la Misión de las Naciones Unidas en la RDC (Monuc), para garantizar el orden y la paz. La MONUC se amplió posteriormente en 2010 para convertirse en la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la RDC (Monusco).
Además de las misiones de paz, la ONU ha puesto en marcha múltiples iniciativas para combatir el comercio ilegal de minerales y en particular la participación de los niños en la actividad.
La OIT ha obtenido buenos resultados con su proyecto de larga duración denominado Laboratorio Acelerador Global (Galab, en inglés).
Su objetivo es aumentar las buenas prácticas y encontrar nuevas soluciones para poner fin al trabajo infantil y al trabajo forzoso en todo el mundo. Entre sus objetivos se encuentran la innovación, el fortalecimiento de la voz de los trabajadores, la protección social y la diligencia debida con transparencia en las cadenas de suministro.
Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.
Uno de los grupos que han creado para coordinar la protección de los niños es el Sistema de Vigilancia y Remediación del Trabajo Infantil. En 2024, la OIT informó de que el programa había registrado más de 6200 niños que trabajaban en la minería en las provincias de Haut-Katanga y Lualaba.
Además, Galab está trabajando en la formación de más inspectores de trabajo y minería para supervisar las condiciones y prácticas.
Si bien el apoyo continuo de diversos grupos de ayuda ha contribuido de manera significativa a la situación actual en la RDC, es necesario adoptar más medidas.
«Esto requerirá una asociación entre africanos y estadounidenses y personas de otros países desarrollados. Pero hemos visto cómo se ha puesto fin a este tipo de explotación y guerra en Sierra Leona y Liberia, y los africanos han desempeñado un papel protagonista, con el apoyo de la comunidad internacional», afirmó Vaweka.
Insistió en que «ahora necesitamos que el mundo despierte para hacer lo mismo en el Congo».
«Será necesario que intervengan las Naciones Unidas, la Unión Africana y nuestros países vecinos. Pero el llamamiento a la acción mundial que puede hacerlo posible sigue dependiendo de Estados Unidos como líder», aseguró.
T: MF / ED: EG
Fuente de TenemosNoticias.com: ipsnoticias.net
Publicado el: 2025-06-26 12:14:00
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