LA HABANA – La acumulación de basura en las calles de varias ciudades de Cuba se ha vuelto, desde hace meses, parte del paisaje urbano, mientras los servicios de aseo no logran resolver el problema por falta de maquinarias, insumos y hasta recursos humanos.
“La situación está tétrica: hay basura en todos lados, que no se recoge a veces por semanas. En algunas zonas, como la mía, ni siquiera hay tanques (contenedores de basura)”, dijo a IPS Claudia Gómez, residente en el municipio de Cerro, uno de los 15 que integran la capital cubana.
Según datos ofrecidos por la Dirección Provincial de Servicios Comunales de La Habana, a mediados de 2024, la generación de basura rebasaba los 30 000 metros cúbicos diarios en la capital, la ciudad más poblada –con unos dos millones de habitantes– de esta nación insular caribeña con una población de 9,7 millones.
En Cuba, se denominan como comunales los servicios del aseo urbano o de la recolección de basura, además de otros varios a cargo de los municipios, como jardinería y servicios necrológicos.
“La suciedad genera suciedad. Cuando las calles están limpias, las personas las cuidan y respetan. Pero si no se ofrecen alternativas para mantener esa limpieza, uno llegará hasta naturalizar esa suciedad, y entonces una empieza a pensar de aquello de que una bolsa de basura más, una bolsa de basura menos, no hará la diferencia”: Claudia Gómez.
Al cierre de 2023, este territorio generaba 23 814 metros cúbicos por jornada, de los cuales 69 % provenía de los servicios y desechos domiciliarios, cifra bastante poco mayor a la de 2019, por lo que en el último lustro ha ocurrido un aumento de 25 %.
Sin embargo, actualmente se recoge menos basura y más espaciadamente. Al cierre de 2023, según los datos más recientes de la Oficina Nacional de Estadística e Información (Onei), 5,9 millones de metros cúbicos de desechos sólidos fueron recogidos en La Habana, 85,3 % del índice de 2022.
Mostraban la misma tendencia 13 de las 15 provincias de la isla, excepto Villa Clara, en el centro de la isla, y Santiago de Cuba, en el este.
A escala nacional, unos 24,9 millones de metros cúbicos de desechos sólidos fueron recogidos en 2023, un 92% de 2022.
Falta de piezas, insumos y cultura
“La demora de los camiones de basura es alarmante, sobre todo cuando uno tiene en todo el barrio solo un par de contenedores. Los desperdicios se acumulan tanto que, luego, para recogerlos, hacen falta excavadoras, maquinarias pesadas, camiones, personas que den pala (paleen). Eso, para solucionar un problema que se repetirá en una semana”, dijo Sandra Corrales, residente en el municipio habanero de Marianao.
Ya en 2013, un estudio publicado ese año en la Revista Cubana de Salud Pública, advertía que la cobertura de contenedores en La Habana no satisfacía las necesidades de la población ni de las instituciones administrativas.
Además del insuficiente número de esos grandes recipientes de desechos en las calles, el gobierno atribuye esta crisis del aseo urbano al déficit de medios de transporte para la recolección de la basura, debido a la falta de piezas de repuesto y combustible.
En 2024, la capital disponía de 57 % de los camiones necesarios para esa tarea. En ciudades de otras provincias, la situación es similar, pero al tratarse de urbes menos pobladas, la crisis es un poco más manejable. En algunas comunidades rurales se recoge la basura, incluso, en carretas tiradas por caballos.
La falta de personal en el sector también figura entre los motivos de la crisis de los servicios comunales de la recolección y gestión de los residuos, aunque no hay una cifra específica de quienes laboran en el área. Sí se sabe que en 2019 sumaban 350 000 quienes laboraban en los servicios comunales, y a comienzos de este año habían bajado a alrededor de 277 000.
El éxodo puede deberse a factores como los bajos salarios que señaló Miguel Gutiérrez Lara, responsable de Supervisión de la Inspección del Gobierno Provincial de La Habana.
Al cierre de 2023, el salario medio mensual en el ámbito de los residuos rondaba los 3813 pesos, 31 dólares según la tasa de cambio oficial de 120 pesos por un dólar, y unos 10 dólares de acuerdo al mercado informal, el más usado por los cubanos. Asimismo, representa 50 % menos que el salario promedio general.
Las autoridades también culpan a los ciudadanos de contribuir a la crisis de salubridad urbana por los desechos. Por ello, el gobierno de La Habana emitió en 2023 la Resolución 190, que establece la imposición de multas a las personas que dañen los depósitos de basura o viertan escombros, maderas, metales u otros objetos inapropiados en los contenedores.
En Cuba no hay contenedores u otros recipientes para el almacenamiento de residuos según sus características, sino que toda la basura va a un solo contenedor, aunque está prohibido desechar en él material de construcción y otros grandes desechos.
“La suciedad genera suciedad. Cuando las calles están limpias, las personas las cuidan y respetan. Pero si no se ofrecen alternativas para mantener esa limpieza, uno llegará hasta naturalizar esa suciedad, y entonces una empieza a pensar de aquello de que una bolsa de basura más, una bolsa de basura menos, no hará la diferencia”, dijo Gómez.

Consecuencias acumulativas
Diversos epidemiólogos coinciden en la relación entre la proliferación de la inmundicia y el incremento de enfermedades en el verano boreal, como vómitos y diarreas causados por moscas; la leptospira asociada a los ratones; y el dengue, el zika, el chikungunya y el oropouche, ocasionados por diferentes especies de insectos que actúan como vectores.
En el caso del oroupuche, por ejemplo, Cuba reportó 626 personas confirmadas como enfermas y 23 639 sospechosas de portar el virus hasta el 10 de enero de 2025, de acuerdo con autoridades sanitarias.
El virus del oropouche está catalogado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) como reemergente en el continente americano y se transmite principalmente por la picadura del jején Culicoides paraensis.
De la suma de sospechosos y enfermos por este virus, 13 588 son mujeres y 10 676 hombres, según informó José Raúl de Armas, jefe del Departamento de Enfermedades Trasmisibles del Ministerio de Salud durante el webinario “Actualización de oropouche en las Américas: experiencia de la respuesta al brote en Cuba”.
Una de las poblaciones más vulnerables ante la enfermedad son las mujeres embarazadas, pues pueden transmitir el virus al feto. Todos los pacientes han presentado varios síntomas que incluso pueden confundirse con los del dengue: fiebre intensa, dolores musculares y de cabeza, náuseas y vómitos.
De acuerdo con un informe de la OPS, también se registraron casos de oropouche en la región latinoamericana, los más graves con neuropatía autonómica y manifestaciones clínicas relacionadas con el sistema nervioso neurovegetativo.
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Por otra parte, la falta de tratamiento y procesos de reciclaje tras la recogida de los desechos sólidos provoca que estos simplemente se acumulen en gigantescos vertederos, con impactos en el ambiente y en las personas que viven cercas, para el caso de los ubicados en las urbes.
Representa, además, un desaprovechamiento de recursos y dinero. Según la Onei, de los 4,1 millones de toneladas de basura recogidos en Cuba durante 2023, solo aproximadamente 10 % fue reciclado.
No es una cantidad despreciable si se tienen en cuenta los índices de América Latina y el Caribe, donde solo se recicla 4,5 % de los desechos, frente al promedio mundial de 13,5 %, de acuerdo con el Banco Mundial.
Cuba tendría en el reciclaje una oportunidad de ahorro de divisas, aumento de ingresos y reducción de la carga contaminante, pero faltan estrategias más proactivas que fortalezcan la gestión eficiente de los desechos.
ED: EG
Fuente de TenemosNoticias.com: ipsnoticias.net
Publicado el: 2025-07-02 14:27:00
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