Cuánto café toman los colombianos y por qué es necesario consumirlo – Gastronomía – Cultura

En la mayoría de hogares colombianos hay una rutina imperdible: comenzar el día con una taza de café caliente. El café nos da energía. El café nos congrega con los amigos y en el trabajo. Y representa el sustento para cientos de miles de familias en todo el país Hoy se celebra el Día Internacional del Café y en Colombia sí que tenemos motivos para celebrar.

“Representa los sueños y la esperanza del campo. Es un cultivo que involucra a comunidades enteras, a toda la familia. Genera empleo y pasión. Es muy emocionante que nos sigan conociendo en el mundo como el país cafetero”, dice Sergio Londoño, catador Q Grader -certificación internacional para catadores- y propietario de Expedición Café, en Armenia (Quindío) al referirse a los comentaristas deportivos que evocaban ese título al referirse a las jugadoras de la Selección de Fútbol femenina en el reciente mundial. Y, lo mejor de todo, es una delicia: él se toma entre seis y siete tazas de café al día. No en vano, recuerda que el café colombiano es el considerado el más suave del mundo.

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La Federación Nacional de Cafeteros destaca que la frecuencia de consumo de bebidas a base de café es ligeramente superior en el campo (6,03 días a la semana) que en la ciudad (5,29 días a la semana); algo similar ocurre con la cantidad de tazas bebidas al día: 3,7 en el campo versus 3,3 en la ciudad. Esos datos fueron revelados en el 2021, gracias a un riguroso estudio elaborado por la firma Reinova. En ese entonces, se proyectó que el consumo interno de café aumentaría a 2,8 kg per cápita.

Un estudio presentado por la firma Kantar con motivo de la celebración del Día Nacional del Café en Colombia, el pasado 27 de junio, evidenció que los hogares del país adquieren, en promedio, alrededor de 3,8 kilogramos de café al año. Este dato, además, permitió destacar que ciudades como Armenia y Manizales son las que más se caracterizan por su mayor consumo.

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“El café en Colombia va más allá de ser una simple bebida. Se ha convertido en parte integral de nuestra identidad y desempeña un papel esencial en la vida cotidiana de los colombianos. Desde temprano en la mañana hasta tarde en la noche, el café los acompaña en cada momento”, comentó, Julián Forero, Account Manager de la división Worldpanel de Kantar Colombia.

Relevo generacional

La Federación Nacional de Cafeteros también ha insistido en la necesidad de fortalecer el consumo en las nuevas generaciones.

“Necesitamos fortalecer el consumo de café. En Brasil, hace 20 años, se hizo una campaña para que los niños y jóvenes consumieran la bebida. Hoy, ellos son los que mantienen a flote la economía de un producto del que, como en nuestro país, viven millones de personas”, dice el experto Sergio Londoño desde Armenia, donde su hijo Emiliano, de 11 años, participa en el Campeonato de Barismo y Catación, convocado por la Cámara de Comercio de la también llamada capital del ‘Eje Cafetero’ de Colombia.

“Se ha estigmatizado mucho el consumo de café en los niños. Y, con acompañamiento y supervisión, ellos también pueden disfrutar de la bebida. Por eso, apoyamos eventos como este campeonato junior de barismo y catación”, sigue Londoño al lamentar la crisis que atraviesa actualmente esta industria en nuestro país.

Una crisis generada por varios contextos, entre ellos, el del cambio climático, que ha afectado a los cultivos debido a las fuertes lluvias de los últimos tres años. Y también, según los expertos, al incremento del precio de los fertilizantes como consecuencia de la guerra entre Rusia y Ucrania. Es por eso que el precio, en el último año, se ha visto seriamente disminuido.

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“Los cafeteros lo que piden es que haya ciertos beneficios para mejorar el precio de compra y que se disminuya la importación del café, pues cerca del 40 por ciento del que se consume en el país es importado”, sigue Londoño al insistir en la necesidad de impulsar la compra del café cultivado a los productores locales, que producen, sobre todo, cafés especiales de excelente calidad, y no a las grandes marcas comerciales.

“Si apoyamos a los pequeños productores, estamos ayudando a nuestros vecinos, a nuestras familias, a mejorar su calidad de vida”, concluyó.

EL TIEMPO