Con tan solo 13 años, la pianista franco-albanesa Marie-Ange Nguci fue aceptada en el Conservatorio de París, en el que en apenas tres años completó el Máster en interpretación pianística con matrícula de honor. A sus 18, Nguci se convirtió en la candidata más joven en ser admitida a un doctorado en artes musicales en la City University de Nueva York.
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Esta trayectoria ha consolidado a la joven artista de 24 años, que también toca el órgano y el violonchelo. Es un prodigio del piano que ya ha compartido escenario con agrupaciones como la Orquesta de París, la Konzerthausorchester de Berlín y la Orquesta Sinfónica de la BBC (British Broadcasting Corporation), entre muchas otras.
Nguci, que además estudió dirección orquestal en Viena, se presentará por primera vez en Colombia en la decimoséptima edición del Cartagena Festival de Música, que se realizará entre el 5 y el 13 de enero.
El encuentro tendrá como temática central ‘El Canto de la Tierra’, un repertorio que recorrerá la obra de compositores de países de Europa del este que hicieron parte del movimiento del llamado nacionalismo musical.
En sus conciertos, la pianista interpretará piezas del húngaro Franz Liszt, el rumano Bela Bartók y el polaco Frédéric Chopin, quienes incluyeron elementos tradicionales y folclóricos en sus obras.
Usted nació en Albania, y ha desarrollado la mayoría de sus estudios y carrera en Francia. ¿Cómo ha influido esa mezcla de culturas en su desarrollo artístico?
Estoy muy agradecida por la oportunidad que he tenido de estudiar en Francia, y también en Viena y en Nueva York, además de conocer músicos y colegas en varias encrucijadas culturales y artísticas muy importantes.
Es un gran privilegio y una invaluable oportunidad poder enriquecernos a través del contacto con estas diferentes culturas, visiones y antecedentes, ya sean musicales, artísticos, históricos o sobre herencias, tradiciones, costumbres y visiones del mundo.
En este contexto y con esta apertura, cada encuentro es realmente un hito único en nuestro desarrollo artístico y humano, y acojo con alegría la amplitud de lo que aún está por descubrirse.
También estudió dirección de orquesta en Viena. ¿Cómo fue la experiencia de enfrentarse a una formación de esa magnitud?
Estudiar partituras orquestales y estar al frente de una orquesta es una experiencia que cambia la vida en muchas maneras. El director es a la vez un constructor y una inspiración, cuyo poder de sugestión debe tender hacia una meta común, creando una tensión común, construyendo un arco común.
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Cuando estás dirigiendo, los ángulos de visión se amplían sobre la polifonía, el color, la estructura, la arquitectura, el espaciado del sonido. Aprendes a estructurar la música al “capturar el todo sin perder ningún detalle”, parafraseando una expresión de Neuhaus.
Esta experiencia también me hizo pensar sobre lo que representa un director y las muchas facetas de sus actividades. Por ejemplo, los directores no tienen instrumentos en sus manos ni tienen manera de producir sonido por sí mismos; aun así, son el corazón de la interpretación de la orquesta, lo cual es una situación muy ambivalente.
Como instrumentista, la experiencia orquestal nos permite considerar la música mientras nos emancipamos de una ejecución puramente instrumental y nos abrimos a otra dimensión. Mientras tocas con una orquesta piensas en el conjunto y empiezas a formar parte de la interpretación en una manera muy diferente. Tus diez dedos se convierten en diez nuevos jugadores junto a la orquesta existente.
¿Cómo se siente frente al reconocimiento de la crítica y de sus colegas músicos?
Nguci se convirtió en la más joven en ser admitida en un doctorado en la City University de Nueva York.
Cartagena Festival de Música
En general, me mantengo tan abierta como es posible y siempre atenta a las palabras de mis amigos, colegas y profesionales, y estoy muy agradecida con cada uno de ellos por escuchar, por su sinceridad, sus consejos y su apoyo.
Entre los músicos, todos sabemos que nuestra actividad implica cuestionarnos, dudar e investigar. El entendimiento y el apoyo mutuos son esenciales entre nosotros y cada intercambio es, en esencia, constructivo.
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Por supuesto, cada concierto, cada proyecto, cada colaboración es un momento único, incrustado en un contexto temporal que no se puede reproducir una segunda vez. Es también la culminación de un proceso de trabajo intenso y constante, de interminables cuestionamientos, búsquedas y evoluciones.
Chopin ha sido una presencia muy importante en su carrera: ha participado en varios festivales dedicados a él y en el Cartagena Festival de Música interpretará sus piezas más importantes para piano. ¿Qué significa Chopin para usted?
Para cualquier músico, y especialmente para un pianista, Chopin es un eslabón esencial y multifacético de una tradición musical y artística. Es una música de noble delicadeza, de construcción sutil, de gran riqueza y diversidad estilística, cuyas partituras siguen revelándonos conmovedores secretos.
Fui muy afortunada, al igual que muchos otros, de crecer rodeada por su repertorio y espero continuar mi camino artístico junto a él.
En Cartagena, también interpretará piezas de Bela Bartók y Franz Liszt. Ellos, al igual que Chopin, introdujeron elementos tradicionales de sus países a sus composiciones. ¿Qué opina de esa mezcla entre música culta y folclor?
La música folclórica, al igual que los lenguajes vernáculos, son un precioso bagaje y un patrimonio imprescindible en la construcción de una cultura y de una personalidad. Estos definen nuestra reserva cultural más profunda y le dan forma a nuestra percepción musical con sus ritmos, sus modos y sus inspiraciones, siempre tan particulares.
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Encontrar estos elementos en la música que nos han transmitido estos geniales compositores también nos ofrece la oportunidad de una retransmisión inteligente, de un documento único sobre esta música que usualmente no se escribía y que se transmitía oralmente, lo que abre una interesante ventana en las maneras de vida, los sonidos y los estilos en los que estos compositores estuvieron inmersos. Nos transmite información muy valiosa acerca de sus contextos socioculturales, las atmósferas en las que evolucionaron, y también nos demuestra un apego y una lealtad a sus raíces culturales, que son particularmente conmovedoras y especiales.
En su último concierto en Cartagena compartirá escenario con el violinista Giuseppe Gibboni y con la Orquesta de Cámara de Praga. ¿Qué expectativa tiene de presentarse junto a estos artistas?
La profesión de pianista, pese a las increíbles posibilidades que abarca, representa una vida un tanto solitaria. Es una gran oportunidad poder conocer nuevos artistas, iniciar nuevas colaboraciones, descubrir nuevas orquestas, buscar entender, y acompañar su sonido único y personal. Es una experiencia que espero con ansias cada vez.
Sus conciertos en Cartagena
Marie-Ange Nguci protagonizará dos recitales en solitario en el Cartagena Festival de Música el martes 10 y el miércoles 11 de enero, a las 11 a. m., en la Capilla del Hotel Charleston Santa Teresa.
Además, el 11 de enero, a las 7 p. m., se presentará en el Teatro Adolfo Mejía junto al violinista italiano Giuseppe Gibboni y a la Orquesta de Cámara de Praga, bajo la batuta de Zbynek Müller.
Información de programación en: www.cartagenamusicfestival.com
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Fuente de TenemosNoticias.com: www.eltiempo.com
Publicado el: 2022-12-21 23:41:47
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