la película que revela lo que callan las parejas

“Mucho ojito que en esta terapia no hay inocentes”, dice enojado Daniel mientras la cámara cierra un poco su plano y no pierde de vista a este hombre maduro, preocupado porque la llama de la pasión que antes sentía con su pareja (Laura) ahora parece más una débil señal de humo, una señal de auxilio.

La escena hace parte de la comedia Bajo terapia, del director Gerardo Herrero, quien decidió apostar por una trama cerrada, con una cámara por momentos casi encima de los personajes, pendiente de acercarse a sus desgracias, a la cotidianidad y a un experimento que tiene la buena intención de encauzar la vida de Daniel (Fele Martínez) y Laura (Alexandra Jiménez), junto a otras dos parejas que también están pasando por su peor momento.

Todos han llegado a una casa buscando ayuda y a una terapeuta (que no aparece por ningún lado), pero en su lugar hay unos sobres con instrucciones para cada uno.

El director no se volvió loco, ni ha querido emular alguna jugarreta de un reality barato de convivencia con este elemento; al contrario, en su película esas instrucciones les dan una base sólida a los acontecimientos que están por venir y no se sienten artificiales ni predecibles.

Poco a poco todos van a ‘sacar los trapos al sol’, a ‘lavar la ropa fuera de casa’, a confesarse, a discutir y hacer catarsis y a pagar las consecuencias de sus secretos. Pero recuerden, esto no es un drama, es una comedia cuya fuente de inspiración es la obra de teatro homónima (del argentino Matías del Federico) en la que aparecía el mismo actor Fele Martínez. Gerardo Herrero fue un par de veces a verla, se enamoró de ella y se obsesionó por llevarla a la gran pantalla.

Bajo terapia ya se encuentra en las salas de cine y, aunque su premisa ya ha sido explorada antes, con ejemplos claros como Perfectos desconocidos o la claustrofóbica Carnage –que dirigió el intenso Roman Polanski–, en la que dos parejas se encuentran en un pequeño apartamento para arreglar un problema escolar entre sus hijos y terminan en una salvaje batalla campal de golpes, insultos y confesiones crueles.

La cinta española no llega a esos extremos de violencia, pero con sus diálogos bien coreografiados logra una faena de humor fino e hiriente y lanza sin cesar unos dardos cargados de tensión para hablar hasta de machismo y de salud mental.

“Hemos sido un solo personaje con seis cabezas creando algo al unísono”, reconoció la actriz Alexandra Jiménez, al tratar de definir el proceso de interpretación de este filme, que también contó con la participación de Malena Alterio, Juan Carlos Vellido (que fue parte de la obra teatral), Antonio Pagudo y Eva Ugarte.

Los temas más serios están escondidos –posiblemente como la psicóloga del filme– entre capas de ironía y sarcasmos que hacen reír, pero que pueden ser incómodos en esta especie de ‘lo que callamos las parejas’ que no teme conquistar terrenos tan insólitos en su trama como el suspenso y la intriga, mientras la cámara se sigue moviendo nerviosa, tratando de captar en esos planos tan cercanos el dolor y el miedo de personas en apariencia comunes y corrientes. Bajo terapia es divertida, inesperada, y posiblemente sea mejor no verla en pareja.

CULTURA

@CulturaET