Champions: 50 temporadas despus, vuelta a la Batalla de Glasgow: «Le pegu a un polica y fing ducharme para no ir preso» | Champions League 2023 | elmundo.es

Heredia e Irureta, jugadores de aquel Atltico de Madrid, recuerdan lo que ocurri en aquel partido ante el Celtic de Glasgow en 1974 en el estadio de los escoceses

• Ftbol En Glasgow no quieren homenajes a la batalla del 74: «Nos valoraran por el partido de maana no por la camiseta»

Est el cielo gris en Glasgow. No es novedad en tierras escocesas. Sin embargo, relucen las facciones de la estatua de Jimmy Johnstone, una de las mayores estrellas del Celtic de Glasgow en su historia, a pocos metros de Celtic Park. Ese prototipo de futbolista pequeo, habilidoso y de piernas fuertes, como define a EL MUNDO Javier Irureta, ex futbolista del Atltico de Madrid en los 70. Johnstone fue el gran protagonista del partido que franjiverdes y rojiblancos disputaron un 10 de abril de 1974, hace 50 temporadas. Un partido? «Una guerra», define Ramn Cacho Heredia, otro de los soldados rojiblancos de lo que se calific como la Batalla de Glasgow.

Heredia anda con paso lento por los aledaos de aquel estadio que calific entonces como una caldera. Hoy nadie le molesta. Es un ambiente tranquilo, muy diferente al que se encontr en 1974. «Haba que tener mucho coraje para jugar ese partido. Era como hacerlo en Argentina», cuenta a EL MUNDO. Pero medio Atltico de entonces era del pas sudamericano as que, digamos, el coraje se presupona. «Tenamos un grupo de argentinos muy competitivos. Ovejero, Panadero, Heredia… ramos un cruce de jugadores que nos llevbamos bien», revela Irureta. Con altibajos.

En un rondo antes de aquella ida de las semifinales de la Copa de Europa 1973/74, Panadero y Ovejero se engancharon como perros, segn desvela Heredia. Pelea que encant a la prensa escocesa y se ceb con el incidente titulando: «The killer ko«, con una foto de Panadero en el suelo y Ovejero de pie. Aunque parezca increble, de esa trifulca surgi una unin mayor en el grupo para afrontar lo que vena. Adelardo fue el pegamento que consigui juntar esas dos personalidades fuertes. «Nos tenemos que serenar, porque ya que estamos aqu tenemos que llevar al Atltico a la final», les dijo a ambos la leyenda extremea.

Llega el da del partido y el Atltico sufre la presin de los hinchas escoceses. «Nos golpearon el autobs camino del estadio para asustarnos», cuenta Heredia. Y todos los aledaos de Celtic Park, llenos desde dos horas antes de la hora del comienzo. Entre los jugadores se deca: «No nos podemos achantar». El entrenador, el Toto Lorenzo, tcnico que ya haba dirigido a Heredia en Argentina, les dice que tenan que pasar porque eran mejor equipo. Pero, aunque ellos venan de ganar la Liga, el Celtic haba conquistado la Copa de Europa en 1967.

Salen al campo revolucionados, pero Heredia no achaca tanto la brusquedad del juego a su estilo, sino a la manera de arbitrar de Dogan Babacan. «Cortaba todas nuestras jugadas y a ellos les dejaba tirar centros», explica el defensa argentino, mientras que Irureta, ms pausadamente, admite: «Hubo dos entradas fuertes y aquello se fue de madre». «Fue una batalla campal», exacerba Heredia

Jimmy Johnstone volvi loca a la zaga de un equipo que aquel da llevaba camiseta roja y pantaln azul. En la segunda parte, el conjunto madrileo sufri las expulsiones de Panadero Daz y Ayala, este ltimo amigo de infancia del Cacho Heredia. «Johnstone buscaba la refriega para que fueras a tocarlo y luego pareca que se haba muerto», cuenta Heredia. Quique, que haba entrado por Grate en el minuto 65, tambin fue expulsado y no dur ni 20 minutos sobre el terreno de juego.

Entonces surge la figura del portero Miguel Reina. El verdadero hroe de Glasgow, par todo lo que se pudo y lo que no se poda, tambin. Milagrosamente, los rojiblancos terminan los 90 minutos con un 0-0 en el marcador. Pero todo el mundo haba visto lo que haba ocurrido en el csped. Aquello fue demasiado para los escoceses all presentes.

«Al acabar el partido se juntaron los jugadores del Celtic y pegaron a Becerra, uno que no mataba ni una mosca. Nos enzarzamos todos», rememora Heredia. Cuando habla de «todos», habla de jugadores, cuerpo tcnico e, incluso, policas. «Agarr del cuello a un agente, le met una pia y me tuve que ir corriendo al vestuario a fingir que me duchaba porque me llevaban preso», revela el defensa argentino. «Volaban puetazos», completa Irureta.

Ese mal rollo con la polica se traslad al aeropuerto. «En el control de pasaportes, al presidente le pegaron una patada en el culo, a algunos jugadores les tiraron los pasaportes al suelo e incluso les escupieron», seala Heredia. «No hagas nada, Cachito», le pidi el mximo mandatario, Vicente Caldern, al jugador argentino.

En el partido de la vuelta gan el Atltico 2-0. Un triunfo que le vali la clasificacin para la final contra el Bayern. Aquella semifinal en Glasgow no fue un partido, sino la batalla ms violenta que han visto Heredia e Irureta en terreno de juego. «La llevo grabada en la cabeza y en el sentimiento. Una cosa es jugar y otra es pegar», apunta el argentino. «El ms duro que he jugado y, adems, con cierto temor», replica Irureta.