El francs marca el tanto de la victoria en la ltima jugada del partido, tras 11 minutos de aadido (2-1). Hermoso adelant a los rojiblancos en el descuento y cometi un penalti que acab siendo anecdtico
El amanecer tiene su peligro porque a veces el sol, rosceo an, puede llegar a deslumbrar. Otras, simplemente, emboba por su encanto. Esos destellos vienen a ser una suerte de embrujo hipntico. Y en el amanecer de la Champions, en un arranque que pareca destinado a un final similar al del curso pasado, el Atltico se encontr con una victoria de insospechado guion (2-1) ante el Oporto. No se dej deslumbrar. Lo que la bota de Hermoso pareci arreglar, volvi a emborronarse en su propia mano. Hasta que lleg Griezmann, redentor, y en esa media hora (que acabaron siendo unos peligrosos 41 minutos) escap con honores de su crcel para besarse el escudo y meterse en el bolsillo, otra vez, a ese Metropolitano donde una vez fue leyenda.
Fueron los destellos de Joao Flix los que trataron de iluminar los primeros pasos de la ruta. Tras un sentido homenaje a Paulo Futre, presente en la grada y ya recuperado del susto, fue otro portugus vestido de rojiblanco quien trat de imaginar y acelerar el juego, acariciando con intencin cada pelota que entraba en su radar. La noche haca intuir que sera necesario algo ms para quebrar la slida pizarra que Sergio Conceiao sostiene en el Oporto. Un rival que ha perdido el vigor de Vitinha y el veneno de Luis Daz. Ambos formaron parte del equipo que tuvo en vilo al Metropolitano hace justo un ao. Aun as, los Dragones, donde Pepe manda y maneja como si tuviera 20 aos (tiene 39) no han perdido el fuego que suelen llevar dentro.
Ese duelo tctico entre Simeone y su ex compaero en Italia alumbr un nico disparo a puerta del Atltico en toda la primera parte. Fue de Koke. Diogo Costa, el meta blanquiazul, slo tuvo que abrazarlo. Porque los locales, con la velocidad de Llorente, Morata y el propio Joao, se aproximaban a las inmediaciones del rea lusa, pero sin mostrar el menor sntoma de maldad ante la portera. A ese 11 inicial rojiblanco regres de inicio Nahuel Molina, al que sigue faltndole qumica. Ninguna de sus decisiones fue la correcta. Por eso, entre otras cosas, el Cholo lo dej en el vestuario al descanso.
Fue el Atltico quien llev el timn, pero, tambin, quien se llev el mayor susto. Cuando el primer acto agonizaba, Taremi se adentr como si tal cosa por el rea y lleg a encontrar la orilla de la portera de Oblak, recuperado a tiempo para la cita. A Simeone se le aceler el pulso. A Taremi le falt lucidez y compaa, para fortuna de un Metropolitano que lanz un respingo.
Los destellos de Oblak
Agit el tablero Simeone tras el parn para dar entrada a Lemar y De Paul y darle un poco ms de coco a los engranajes de la medular. La respuesta fue inmediata, pero no sirvi de nada. Koke emboc con clase y festej una diana que result inservible, ya que De Paul, el germen de la jugada, haba partido en fuera de juego. Vuelta a empezar y otro sofocn: Oblak volaba para espantar el malencarado disparo de Eustaquio.
Y en esas lleg el ya famoso minuto 60 donde Antoine Griezmann, como ya es costumbre, se adentr en el Metropolitano. La estrategia de presin al Bara no entiende de competiciones. Todo sea por sortear el pago de los famosos 40 millones. El caso es que el francs, con su pelo plateado, asom justo cuando el Oporto solt otro latigazo. No sospechaba lo que el destino le reservaba. Al remate de Joao Mario volvi a darle rplica Oblak.
El Atltico, con el rumbo an por enderezar, empez a sentir el aliento del Oporto. De nuevo el susto bien metido en el cuerpo. A la osada del conjunto portugus respondi Simeone con dos cambios que la grada no supo cmo digerir. Hermoso mandaba al banquillo a Morata, que no conect ningn remate en toda la noche. Y a continuacin, Joao Flix calcaba el camino de su compaero, acompaado de una estruendosa pitada.
Hermoso, cara y cruz
En esa pesada digestin, la noche se detuvo un puado de minutos por la lesin de Otavio, y el Atltico se desvaneca en esa bsqueda de s mismo. Mirando la luz de un amanecer que, como ya ocurri hace un ao, amenazaba con volver a dejarle algo fro.
Pero, sin buscarlo, los rojiblancos se encontraron con la doble amarilla a Taremi que les reabri la puerta cuando pareca estar bloqueada. El ariete simul una cada en el rea y acab en el vestuario. No pareci ningn remedio para los males del Atltico, al que le cost horrores acercarse a la puerta rival. Hasta que Hermoso, empeado en forjar su leyenda con goles que valen una vida, ech abajo todos los miedos ya en el aadido. Y con su mano en el rea los volvi a desatar.
Pero a Griezmann le bast con media hora (en realidad con 41 minutos) para liberar al Metropolitano. Con su cabeza, en el ltimo aliento del partido, desde el crner, desbord la ilusin de todo un estadio.
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Fuente de TenemosNoticias.com: www.elmundo.es
Publicado el: 2022-09-07 17:18:40
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