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De Sacchi a Ancelotti, de Desailly a Tchouaméni: una reconversión que ya no es «de emergencia» | elmundo.es

De Sacchi a Ancelotti, de Desailly a Tchouaméni: una reconversión que ya no es "de emergencia"

Hace unos meses, en un programa de televisión, Marcel Desailly admitía que el entrenador con el que le hubiera gustado trabajar era Carlo Ancelotti. El francés lo ganó todo, Liga de Campeones con Marsella y Milán, Mundial con Francia… Su superioridad física era tal que en San Siro, en 1996, tres temporadas después de llegar a Italia, Arrigo Sacchi decidió que iba a dejar de ser mediocentro para pasar al puesto de central. Desde ahí se hizo todavía más grande y lideró a su país en la Copa del Mundo. No trabajó con Ancelotti, pero Carletto, amigo y alumno de Sacchi, tiene ahora en sus manos una situación parecida.

Aurélien Tchouaméni es un pivote extraordinario por el que el Real Madrid pagó 80 millones de euros al Mónaco para que fuera el sustituto de Casemiro. Cinco millones de euros, más o menos, pagó el Milán por Desailly, ancla del Marsella que conquistó la Copa de Europa. Pocos, o nadie, se imaginaban que podría hacerse un hueco entre los Costacurta, Maldini y compañía, pero los años pasaron para la defensa rossonera y el francés se encontró encajando a la perfección en la posición.

A Tchouaméni el futuro a medio plazo parece que no le va a alejar del centro del campo, pero ya ha dejado de ser una solución de emergencia para Ancelotti. Es una realidad. El francés sigue siendo pivote, el eje sobre el que Carletto quiere construir un centro del campo en el que pueda soltar más de posición a Camavinga y a Valverde, con Kroos, de momento, como jefe de la salida del balón en el costado izquierdo y Bellingham en la mediapunta. Nadie, considera el cuerpo técnico, hace tan bien de eje del equipo como Tchouaméni.

«Otra manera de convencerle…»

Pero sin Militao, Alaba ni Rüdiger, Ancelotti ha encontrado en Tchouaméni a su propio Desailly. No es una comparación que se haga lejos de Valdebebas, porque el primero que apostó por el mote fue Luka Modric, que mencionó al ex central del Milán y el Chelsea cuando Tchouaméni ‘debutó’ como central en octubre. «Marcel Desailly», le contestó en una publicación en redes sociales.

«A Aurélien le he contado que jugar de central es una emergencia, pero a ver si busco otra manera de convencerle…», bromeó Ancelotti hace unos días en la sala de prensa de Leipzig. «Él lo veo como una emergencia y la hace con gusto, pero a ver cuando no sea emergencia qué me dice…», añadió el italiano. Ese mensaje del técnico no es casualidad, sino que deja caer, porque quiere, un debate que pretende continuar. Ve en Tchouaméni cosas de gran central. «Tiene salto, es fuerte en los duelos… Parece que siempre ha jugado ahí», explicó.

Contra el Leipzig, Tchouaméni fue el futbolista que más intercepciones realizó, 5, y contra el Girona el que más despejes acumuló, 6. Contra el Rayo, en Vallecas, fue el jugador que más duelos aéreos ganó (4). Las estadísticas ante los alemanes, en un escenario como la Champions, ante el Girona, segundo clasificado, y en una plaza tan complicada como Vallecas dan la razón a Ancelotti, que este sábado estudiará las sensaciones de Rüdiger para decidir quién acompaña a Nacho ante el Sevilla. Un conjunto hispalense que, liderado por Sergio Ramos, amenazará al Madrid por alto. Si Rüdiger está recuperado, Tchouaméni volverá a ser pivote.

«No deberías decir eso»

El centrocampista galo lo tiene claro: quiere ser centrocampista. Pero ya va asumiendo las necesidades del equipo. «¿Jugar con Francia como central? No, por favor. Creo que el seleccionador está viendo esto, no deberías decir eso», bromeó en la televisión francesa en la zona mixta del Red Bull Arena.

A Tchouaméni no le gusta jugar de central y Deschamps confía en él como mediocentro titular al lado de Rabiot o Camavinga, pero la propia selección francesa tiene algunos problemas en la posición. El seleccionador galo cuenta con Konaté, del Liverpool, y Saliba, del Arsenal, como fijos, y con las alternativas de Lucas Hernández, Upamecano o Disasi, pero en Qatar también tenía otras opciones para sustituir a Theo Hernández en el lateral izquierdo y terminó poniendo a Camavinga, que no había jugado ahí en el Madrid.

El futuro a medio plazo, eso sí, le otorga a Ancelotti el beneficio de la emergencia. Con Rüdiger terminando el proceso de recuperación de su lesión, sin Militao hasta dentro de más de un mes, sin Alaba hasta la próxima temporada y con Nacho algo lejos de su mejor versión, el italiano está encantado con su nuevo central. «Mi central favorito», como le dice Vinicius. Todos quieren que sea el nuevo Desailly.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.elmundo.es

Publicado el: 2024-02-23 17:05:25
En la sección: Deportes // elmundo

Publicado en Deportes

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