El ocaso y las malas decisiones llevan al portugus a un proceso autodestructivo. La nueva generacin no lo observa cmo lo hacan Pepe o Coentrao.
Los Balones de Oro de Cristiano se produjeron en un pulso con Leo Messi que la dialctica Real Madrid-Barcelona elev por encima del debate futbolstico. La realidad es que ambos los merecieron, como estandartes de una era que encuentra en Qatar su final. Cristiano lo siente en carne y hueso, y eso hiere especialmente a quien, sin duda, es el Baln de Oro de la egolatra. Sobre eso no hay debate posible.
Ni Cristiano ni Messi estn ya en los lugares desde los que alcanzaron la cima, pero ninguno lo quiere admitir. Eso no sera competir. «Me gustara darle a Messi el jaque mate en el ftbol», dijo, ayer, en Doha, el portugus, despus de posar junto al argentino, frente a frente sobre un tablero. Una imagen comercial que jams se habra dado en el pasado. Ni la rivalidad de entonces es ya la misma.
Para saber ms
El individualismo del portugus le haba enseado a vivir solo desde que, como adolescente, dej su Madeira natal para escuchar cmo se rean de su acento en las categoras inferiores del Sporting de Lisboa. No lo soportaba. Entonces fue cuando empez a construir su personalidad y su coraza, pero jams super el sndrome de no sentirse querido. La confianza adquirida en s mismo, casi paranoica, le permiti llegar a la cumbre del ftbol, pero, en el momento del ocaso, le llev tambin a disear mal su final. De Madrid al desastre.
COMPETENCIA INTERNA
Messi era, en cambio, el mejor en el mejor contexto. Lejos del Bara, su obra es mediocre para el nmero uno de un tiempo extraordinario, un oro olmpico y una Copa Amrica. En cambio, la antesala del Mundial en Pars le ha devuelto viejas sensaciones, y ahora las quiere volver a mostrar junto a una seleccin novel, donde le veneran. Para Cristiano, sin embargo, supone un doble tormento, porque, en el peor momento de su carrera, compite hacia afuera y hacia adentro, en una Portugal de grandes nombres, no ya de pajes del Baln de Oro. Ni Joao Flix o Leao sienten el mismo servilismo hacia la figura que sentan los Pepe o Coentrao.
El portugus rompi su cordn umbilical con el Manchester United, el club que le llev a la primera Champions y el Baln de Oro, en una entrevista fratricida con el ‘Daily Mail’, cargada de resentimiento. Salv a Alex Ferguson, con el que lleg a sentirse como junto al padre que perdi, pero las palabras se volvieron en su contra, porque pocos lugares como Inglaterra combinan la ira de los ‘hooligans’ con el respeto. Ahora est a un paso de abandonar Old Trafford, algo que ha provocado, pero difcilmente con un destino Champions. El ftbol de la Disney puede ser su destino.
LA DECISIN DE FERNANDO SANTOS
Ni siquiera su compaero en el equipo de Manchester y en la seleccin, Bruno Fernandes, lo entendi. Ha quitado importancia al desaire con el que le recibi en la concentracin, pero la realidad es que Cristiano ya no tiene el predicamento de antes, porque sus compaeros sienten que Fernando Santos traicionara el sentido de la justicia con su titularidad. Con Erik ten Hag no lo ha sido. La presencia que antes ofreca la tranquilidad del gol a Portugal, ahora genera tensin. El debate en el pas est abierto. La carga pesa sobre Fernando Santos, que ya sabe lo que es ganar un Eurocopa sin Cristiano en la final, lesionado en Saint Denis. Haga lo que haga, ser un cisma.
Por esa razn, Cristiano estuvo ms comedido de lo esperado en su primea comparecencia, con muy buenas palabras para la seleccin, a la que calific de un «buen mix» entre jvenes y veteranos. «A algunos les gusto ms que a otros, pero si con 38 aos tengo algo que demostrar, sera para preocuparme», aadi, como si quisiera dar por bueno lo que otros decidan. Por dentro, no lo piensa.
Ni el salto a la Juve ni el regreso a Old Trafford. En ese trayecto, Cristiano se ha colocado frente al espejo, que no le devuelve lo mismo, y con esa imagen llega a Qatar. La incomprensin no slo le ha llevado a escupir sobre el club en el que se hizo estrella, sino tambin a distanciarse de su agente, Jorge Mendes. Le responsabiliza de no tener el destino que hubiera deseado. Toda incomprensin lleva a un proceso autodestructivo, pero sin perder el ego: «No me falta de nada. Lo tengo todo». Le falta un Mundial. Como a Messi.
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Fuente de TenemosNoticias.com: www.elmundo.es
Publicado el: 2022-11-21 17:44:27
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