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El BCE estudia cambiar una herramienta clave para la banca que no toca desde 2012 y amenaza su rentabilidad

El BCE estudia cambiar una herramienta clave para la banca que no toca desde 2012 y amenaza su rentabilidad

El Banco Central Europeo debate en estos momentos un posible cambio en el coeficiente de su política de reservas mínimas obligatorias. Estas reservas están conformadas por la parte de efectivo o reservas puras que los bancos privados deben mantener de forma obligatoria en la ‘caja fuerte del BCE’. Cuanto mayor es el porcentaje, menor es la capacidad de extender el crédito de un banco, por lo que un aumento, aunque sea pequeño, de las reservas mínimas obligatorias penalizan, y mucho, la rentabilidad de la banca, reduciendo lo que se conoce como el multiplicador monetario (el mecanismo por el cual la banca ‘crea dinero’ a través de los depósitos que recibe). La liquidez que los bancos tienen que almacenar en la reserva mínima está remunerada al 0%, es decir, no ganan nada con esos millones, que además pierden valor a medida que sube la inflación.

Antes de la reunión crucial de este miércoles, en la se debatirá una posible renovación del marco del BCE para implementar su política monetaria, se ha incrementado la presión de algunos miembros del ala dura del banco central (sobre todo los ‘halcones’) para aumentar los requisitos de reservas mínimas, o MRR, desde el actual 1% a, quizá un 2%, un ratio o coeficiente que lleva sin tocarse en la zona euro desde enero de 2012. Sin embargo, según publica la agencia Bloomberg en exclusiva, los defensores de este aumento están teniendo dificultades para conseguir apoyos, según a personas cercanas a las reuniones de trabajo.

No obstante, desde la propia agencia Bloomberg admiten que aún no se ha tomado ninguna decisión, e incluso si el nivel del 1% se confirma esta semana, los funcionarios no han excluido la posibilidad de que pueda aumentarse en el futuro, según han revelado estas fuentes, que pidieron no ser identificadas porque las discusiones son confidenciales.

Cambios en la remuneración

Hasta el 20 de diciembre de 2022, las reservas de las entidades de crédito se remuneraban al tipo de interés medio de las operaciones principales de financiación durante el período de mantenimiento de reservas correspondiente. Es decir, si el tipo principal estaba en el 4,5%, como es en la actualidad, los bancos recibía ese interés anual sobre el dinero que tenían ahí almacenado.

Sin embargo, el 27 de octubre de 2022, el Consejo de Gobierno decidió que las reservas mínimas se remunerarían al tipo de la facilidad de depósito, que ya era un tipo de interés más bajo. Pero lo ‘peor’ para la banca estaba aún por llegar. Por decisión del Consejo de Gobierno del 27 de julio de 2023, la remuneración se redujo al 0% que se señalaba anteriormente. Ahora los bancos pierden dinero con las reservas mínimas obligatorias.

Desde su creación, el BCE exige a las entidades de crédito que mantengan depósitos obligatorios en las cuentas de los bancos centrales nacionales. Por ejemplo, CaixaBank tiene que mantener una cantidad determinada de dinero en la ‘caja fuerte’ del Banco de España, que se denominan reservas ‘mínimas’ u ‘obligatorias’, cuyo tamaño depende del balance de la entidad en cuestión. Desde el Bundesbank explican que la base de reservas se determina, salvo una serie de excepciones, a partir de los depósitos de las entidades de crédito y títulos de deuda emitidos. Normalmente, cuanto más grande es el balance, mayor es la cantidad absoluta de reservas obligatorias que debe mantener.

¿Por qué importan las reservas mínimas?

Estas reservas son una herramienta clave de la política monetaria de la zona euro. Se pueden usar para ‘controlar’ la cantidad de crédito en la economía, pero también valen como ‘colchón’ o ‘seguro’ ante posibles agujeros en los balances de los bancos. Según los últimos datos publicados por el BCE, las reservas mínimas en la zona euro alcanzan los 161.350 millones de euros.

Este dinero, que pertenece a la banca comercial, no recibe ninguna remuneración. Elevar el ratio al 2% supondría duplicar esa cifra hasta casi 323.000 millones de euros, lo que supondría un duro golpe para la rentabilidad de la banca por dos lados: uno, porque la banca dejaría de recibir la remuneración que hoy obtiene por tener ese dinero en la ‘cañería’ de exceso de reservas del BCE (remunerada al tipo de la facilidad de depósito, que es el 4%). Por otro lado, porque ese dinero, al ser reservas puras, permite a los bancos ‘crear dinero bancario’ a través del multiplicador monetario, generando nuevos créditos por un importe muy superior al de esa liquidez.

El funcionamiento del multiplicador monetario se entiende mejor con un ejemplo. Suponiendo que el coeficiente de reservas fuera del 10% (porcentaje de los depósitos que el banco central exige que los bancos mantengan forma de reservas obligatorias): Javier tiene 100 euros y no sabe qué hacer con ellos, de modo que los deposita en su cuenta corriente del banco X. El banco X, de esos 100 euros, aparta el 10% (10 euros) en reservas, en la cajita del BCE o de su banco central nacional ¿Qué ocurre con los otros 90 euros? El banco X los usa para prestarlos a cambio de un tipo de interés.

Por ejemplo, Juancho quiere una guitarra nueva y se acerca al banco X a pedir un crédito de 90 euros, que es lo que cuesta el instrumento de cuerda. El banco X le da esos 90 euros (los ha ingresado Javier) con los que va a la tienda del barrio a comprarse la guitarra. El vendedor de guitarras coge esos 90 euros y los vuelve a depositar en el mismo banco, como el coeficiente de caja es del 10% el banco tiene que coger 9€ (el 10% de 90) y depositarlo en la caja de reservas del BCE. Los 81 euros restantes los vuelve a prestar y así sucesivamente hasta que se acaba el depósito inicial: esto es el multiplicador monetario. Con sólo 100 euros físicos, el banco X ha prestado 1000 euros a diferentes agentes, creando dinero. Por ello, cuanto más elevado sea el coeficiente de las reservas mínimas (ahora en el 1%), menor será el negocio de la banca.

No obstante, esta herramienta lleva años en funcionamiento y ha sido mucho más restrictiva en el pasado que en la actualidad. El BCE aplica un coeficiente de reservas mínimo que se sitúa en el 1% desde el 18 de enero de 2012. Pero esto no siempre fue así, más bien al contrario. El BCE aplicaba históricamente un 2% que se introdujo el 1 de enero de 1999. Para cumplir con sus requisitos de reservas, las entidades de crédito deben mantener saldos en sus cuentas corrientes en los bancos centrales nacionales.

La presidenta Christine Lagarde reveló el jueves pasado que el BCE busca alcanzar un consenso esta semana, después de meses de revisar su marco, y aseguró que el ratio o coeficiente de las reservas mínimas formará parte del anuncio. Los analistas esperan ansiosamente la decisión, ya que algunos consideran que el resultado podría influir en el flujo de crédito a la zona del euro, según Bloomberg.

Las expectativas han variado hasta ahora: los analistas de Commerzbank creen que habrá un aumento hasta el 2%, mientras que los economistas de UniCredit no prevén ningún cambio. Independientemente de lo que se decida y anuncie el miércoles, en teoría es posible realizar ajustes en el ratio en cualquier momento.

De Holzmann a De Cos

Un portavoz del BCE se negó a comentar sobre cualquier posible decisión acerca de las reservas mínimas. No obstante, algunos miembros del BCE apuestan decididamente por obligar a los bancos a mantener más efectivo en el BCE, argumentando que esto reduciría la liquidez aún abundante en el sistema financiero y también reduciría las pérdidas incurridas por los mayores intereses que el BCE y sus 20 bancos centrales nacionales pagan ahora sobre los depósitos.

Sin ir más lejos, el año pasado, el austriaco Robert Holzmann planteó la idea de aumentar la proporción a un rango del 5-10% (en teoría, una cantidad tan elevada generaría un auténtico terremoto en la banca). Joachim Nagel, del Bundesbank, también ha indicado que apoyaría un movimiento al alza. La propuesta de Holzmann provocó la alarma en el lobby bancario, que aseguró que un requisito tan estricto equivaldría a un impuesto y perjudicaría sobremanera a la concesión de crédito.

Por su parte, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha dicho en el pasado un posible cambio o nuevas medidas «no me parecen obvias». El belga Pierre Wunsch tampoco ve «ningún argumento sólido» a favor de un mayor coeficiente de reservas mínimas.

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Fuente de TenemosNoticias.com: www.eleconomista.es

Publicado el: 2024-03-12 08:37:21
En la sección: elEconomista Mercados

Publicado en Economía y Finanzas

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