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el escudo de vigilancia espacial que Estados Unidos ha encargado a Elon Musk

el escudo de vigilancia espacial que Estados Unidos ha encargado a Elon Musk

Sabemos que el cielo está plagado de satélites, pero: ¿dónde trazamos la línea entre la comunicación y la seguridad y la vigilancia? En una era donde el espacio ya no es la última frontera, sino un escenario estratégico de confrontaciones geopolíticas, el proyecto Starshield de SpaceX emerge como un nuevo capítulo en la carrera espacial.

Starshield es un proyecto desarrollado por SpaceX, la compañía aeroespacial fundada por Elon Musk, destinado a crear una constelación de satélites de espionaje para la Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.

Este proyecto es parte de un acuerdo de 1.800 millones de dólares que promete transformar radicalmente la capacidad de vigilancia del gobierno y el ejército estadounidense. Su objetivo es centrarse en la construcción de una red de satélites que ampliaría significativamente las capacidades de vigilancia y reconocimiento del gobierno y las fuerzas militares estadounidenses.

La diferencia principal entre Starshield y Starlink, el proyecto de SpaceX que busca proporcionar internet de banda ancha global a través de una constelación de satélites, es que Starshield está específicamente diseñado para cumplir con los requisitos y misiones de seguridad nacional.

Según declaraciones de Elon Musk, Starshield estaría completamente bajo la propiedad y el control del gobierno de EE. UU., específicamente de la Fuerza Espacial del Departamento de Defensa, marcando una clara distinción en su uso y propósito en comparación con Starlink, que está orientado hacia aplicaciones civiles y comerciales.

La nueva frontera de la vigilancia

La reciente revelación de que SpaceX está desarrollando una «red de cientos de satélites espía» para la Oficina Nacional de Reconocimiento de Estados Unidos ha encendido una vez más el debate sobre el papel de las empresas privadas en la defensa nacional y las operaciones militares.

Con más de 5.500 satélites Starlink ya en órbita, el proyecto planea que un contingente de satélites trabajen bajo control exclusivo del Departamento de Defensa de EE. UU. lo que plantea preguntas no solo sobre la militarización del espacio, sino también sobre las implicaciones que conlleva.

La controversia en el campo de batalla ucraniano

El camino hacia Starshield no ha estado exento de polémicas. Antes de esta iniciativa, SpaceX ya había sido centro de atención por restringir el uso de sus terminales satelitales Starlink a las fuerzas ucranianas durante el conflicto con Rusia.

En octubre del año pasado, tras prestar ayuda a Ucrania para que mantuviera su conexión con los satélites de Starlink, Musk revocó el acceso a su red más tarde para actuar sobre la península de Crimea ya que, según explicó, creía «que podría dar lugar a una escalada».

Musk argumentó que la solicitud de Ucrania de usar Starlink implicaría una complicidad explícita de SpaceX en un acto de guerra, lo cual podría escalar el conflicto.

No sorprende que tanto Rusia como China hayan condenado rápidamente el proyecto Starshield, con China instando advirtiendo sobre las nuevas amenazas de seguridad que esto podría suponer.

Rusia, por su parte, ha señalado que los sistemas de SpaceX podrían convertirse en «objetivos legítimos para medidas de represalia, incluidas las militares».

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Fuente de TenemosNoticias.com: www.eleconomista.es

Publicado el: 2024-04-02 11:36:02
En la sección: elEconomista tecnologia

Publicado en Economía y Finanzas

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