El Ibex 35 echa el cierre a una semana de movimientos mínimos, pero perdiendo los 13.000 puntos en una jornada de broche marcada por cierta volatilidad para el índice patrio debido al vencimiento mensual de los derivados y su réplica en el mercado al contado. Así, el mercado español rompe su mejor racha desde noviembre 2006 tras ocho semanas consecutivas de ganancias al clausurar sobre los 12.952 puntos (-0,12%), registrando una caída del 0,33% desde el lunes.
Dentro del selectivo, Repsol ha sido el farolillo rojo de la sesión en un movimiento a la baja que se entiende como una toma de beneficios tras la fuerte subida de este pasado jueves después de anunciar una subida del dividendo complementario de 0,5 euros por acción, correspondiente al ejercicio de 2024, el cual se abonará este verano. La multienergética ha terminado con una caída del 3,2% este viernes. Junto a ella, Inditex y Grifols también se han sumado a las cesiones con retrocesos del entorno del 2%. En el extremo contrario de la tabla, se han situado Cellnex, que subía un 2,7% al cierre, Colonial (1,6%) y Puig Brands (1,5%).
En el resto de plazas europeas, el selectivo paneuropeo, el EuroStoxx 50 se ha mantenido plano sobre los 5.474 puntos. El Dax en los 22.287, el CAC sobre los 8.154 enteros y el FTSE 100 de Londres en la zona de los 8.659 puntos.
Tras haber alcanzado máximos históricos del último cuarto de siglo hace apenas siete días, el mercado de capitales europeo ha visto condicionado su comportamiento en las últimas horas por la ralentización de la actividad económica en el sector privado. El dato adelantado de PMI compuesto logra mantenerse en zona de expansión, sobre los 50,2 puntos, en el último mes aunque con expectativas poco optimistas por parte de las empresas y consumidores quienes no descartan que una ralentización macroeconómica aún mayor pueda materializarse a lo largo de las próximas semanas. Una de las causas que podría acentuar el freno de la actividad en Europa pasaría por la previsible guerra comercial que pretende abrir la administración estadounidense de Donald Trump contra la Unión Europea. Más allá, también ha provocado un efecto arrastre el índice de sentimiento del consumidor de la Universidad de Michigan que ha caído en enero hasta los 64.7, una disminución del 10% y una caída más pronunciada de lo esperado, a medida que los consumidores aumentan sus temores a que una mayor inflación pueda terminar afectando a sus bolsillos. La perspectiva de inflación a 5 años ha sido del 3,5%, la más alta desde 1995.
Además, la cautela persiste a 48 horas de la apertura de las urnas en Alemania. La ‘locomotora’ del Viejo Continente está pendiente del resultado que salga de las elecciones federales de este próximo domingo en Alemania y la nueva composición del Bundestag. Desde hace semanas, el candidato de la CDU-CSU, el conservador Friedrich Merz, suena como el ganador. Los últimos sondeos apuntan a una victoria con el 30% de los votos. De cerca, con el 21% del apoyo popular, se sitúa la ultraderecha de Alternativa para Alemania y en tercera posición el Partido Socialdemócrata (SPD) del actual líder del país, Olaf Scholz, quien podría alcanzar el 15% de la intención de voto.
«Alemania debería reconocer que sus principales problemas sociales han cambiado desde los años 80 y 90. Durante ese tiempo, el desempleo fue muy alto por muchas razones estructurales y supuso un enorme riesgo para las personas y los hogares. Este no es del todo el escenario actual», admite el economista jefe de la gestora JSS, Karsten Junius, al tiempo que envía un recado al nuevo gobierno que debería, a su juicio, liberalizar sus leyes de protección del empleo. «Esto facilitaría la contratación en industrias nuevas e innovadoras que Alemania necesita», expone.
Más allá de lo Berlín, lo que también preocupa en Bruselas son las trabas comerciales que se puedan terminar imponiendo contra el sector del automóvil, algo que a la larga terminaría acentuando la crisis económica de potencias industriales del Viejo Continente como Alemania. De momento, Washington ha anunciado aranceles del 25% sobre al acero y al aluminio a partir del 12 de marzo. Con el ánimo de evitar una escalada de las tensiones, este pasado jueves, el comisario de Comercio de la Unión Europea, Maros Sefcovic, aseguraba que el bloque comunitario está abierto a negociar con la Casa Blanca una reducción de los aranceles los automóviles al 10%.
En este contexto de crisis arancelaria, el estratega senior de Crédit Mutuel, François Rimeul, comenta que el oro se presenta, de nuevo, como un activo refugio para los inversores. «Más allá de las compras de los bancos centrales o de la cobertura que proporciona frente al riesgo de inflación, la probabilidad de un cambio en el ‘orden mundial’, como pocas veces se ha visto en la historia, es probablemente el principal argumento a favor del oro en la actualidad», asevera.
La IA marca el compás en Asia
En las bolsas asiáticas, la semana se ha saldado con subidas para el conjunto de parqués chinos ante el furor de los inversores por los nuevos desarrollos en inteligencia artificial que han llevado al selectivo tecnológico Hang Seng de Hong Kong a rebotar un 4%; la plaza de Shanghai ha ganado apenas nueve décimas porcentuales, aunque el índice japonés Nikkei apenas ha modificado sus cotizaciones después de que la inflación haya tocado máximos de los últimos dos años en enero al escalar hasta el 4%, apoyando las tesis que defienden un aumento de tipos de interés por parte del Banco de Japón (BOJ, por sus siglas en inglés).
Más allá del mercado de renta variable, la rentabilidad del bono español a diez años se coloca en el 3,154%; el petróleo Brent, de referencia en Europa, cae hasta los 75,8 dólares; el oro cotiza sobre los 2.939 dólares y el euro se queda en los 1,0456 dólares.
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