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Francia se aleja de lo prometido y mantendrá el grueso del escudo aniinflación en 2024

Francia se aleja de lo prometido y mantendrá el grueso del escudo aniinflación en 2024

La disciplina fiscal se empieza a escuchar a lo largo de toda Europa. Los distintos gobiernos están ya preparando sus cuentas para 2024 y todos pasan por corregir el gasto público, pero no tanto. Este miércoles el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, presentó los presupuestos para el próximo ejercicio ante el Consejo de Ministros en el que se plantea un ajuste de 16.000 millones, de los cuales 14.000 provienen de la supresión del escudo energético y las ayudas para la industria electrointensiva.

Este ajuste no entraba dentro de lo que pretendía el gobierno de Macron. En mayo, Le Maire había anunciado que iban a realizar un ajuste para el próximo año eliminando el escudo antiinflación «a familias y empresas» por la «vuelta a la normalidad». Lo que debería suponer el final de «lo que sea necesario», un mantra que el Ejecutivo galo sostuvo desde la crisis del Covid-19, ahora es algo más descafeinado por parte de Bercy (como se conoce al Ministerio de Economía).

Para el ejecutivo le es imposible imponer actualmente una ortodoxia presupuestaria porque todavía va a mantener el escudo a los alimentos. «Nuestra principal premisa es responder a la crisis inflacionaria más grande desde los años 70″, explicó Le Maire en la mañana del miércoles durante la presentación de las cuentas.

Estos son los séptimos presupuestos que presenta Macron desde que entró en el Elíseo en 2017, pero estos presentan varios condicionantes peligrosos. Por una parte, el déficit público debería rematar 2024 en el 4,4%, frente al 4,9% de este año, pero este objetivo está basado en hipótesis consideradas «optimistas» por el propio Consejo Superior de las Finanzas Públicas. Lo mismo sucede con el crecimiento previsto, que esperan desde el Gobierno que sea del 1,4% para el próximo ejercicio.

Le Maire recalcó que en el próximo horizonte deberán responder «a un triple desafío», en el que se encuentra la inflación, reducir la deuda del país y «la necesidad de invertir en defensa, educación y ecología», aseveró. El propio ministro hizo un llamamiento a volver «al espíritu de 2017» para iniciar el proceso de «la reestructuración de nuestras finanzas públicas».

Por tanto, con este ahorro previsto con la supresión parcial del escudo energético, Bercy pretende bajar el gasto del Estado de los 496.000 millones a los 491.000, al mismo tiempo que hacen un «rearme de los servicios públicos», comentó el ministro de Cuentas Públicas, Thomas Cazenave.

El documento de presupuestos, al que ha tenido acceso elEconomista.es, reza que el déficit debe «entrar en la trayectoria» de vuelta al 3% del PIB en 2027 y la deuda debe reducirse al 101,8% para ese año. Al mismo tiempo, Le Maire y Cazenave aseguran que estas cuentas les van a permitir «seguir bajando impuestos a las empresas y despejar los márgenes para invertir y que la economía crezca».

Consideran partidas presupuestarias «prioritarias» la defensa (ejército, policía y justicia), a la que dotarán de 4.000 millones de euros; la transición ecológica, 40.000 millones para 2024 con 7.000 millones en créditos adicionales, y la educación que tendrá una dotación de 5.500 millones de euros.

Mantienen la subvención al carburante

En una entrevista televisada, el presidente de la República, Emanuel Macron aseguró que pidió al gobierno que «en el próximo presupuesto sigan apoyando a los franceses que necesitan su vehículo para ir a trabajar». Ante la negativa de las compañías de vender carburante a pérdidas, Macron ordenó que se mantenga la ayuda actual de 100 euros para personas que necesitan desplazarse en su vehículo para acudir a su puesto de trabajo.

Así lo anunció este miércoles Le Maire: «A partir de enero de 2024, estableceremos el servicio de combustible de los trabajadores. Estará dirigido al 50% de los trabajadores más modestos y afectará a casi 4,3 millones de personas. Será una ayuda de 100 euros por vehículo durante seis meses». Esta partida costará 430 millones de euros a las arcas públicas francesas.

Esto es un claro intento del presidente Macron para que los ‘chalecos amarillos’ no vuelvan a la calle. Por eso está intentando todo lo necesario para que el encarecimiento de la gasolina desde principios de verano no socave más su popularidad.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.eleconomista.es

Publicado el: 2023-09-27 08:16:05
En la sección: elEconomista economia

Publicado en Economía y Finanzas