Esta era una semana que, desde el inicio, podría estimarse como apacible. Salvo sorpresas, el único punto de tensión en los mercados tendría lugar el jueves, con los datos de empleo de EEUU, otra de las referencias que ha funcionado de termómetro para inversores y expertos.
«Estamos firmemente atrapados en un modo de esperar y ver» antes de los datos de empleo, exponen desde IG Australia, según declaraciones recogidas por Bloomberg. «Si el informe es más moderado de lo esperado, respaldará firmemente la postura a favor de un cambio hacia una conducta más moderada. Veo que las posibilidades de un recorte de tipos [de la Fed] en julio aumentan», añade.
Con todo, en esta vigilia, los inversores optan por comprar renta variable y lo hacen de forma generalizada. En Asia, el Hang Seng y el CSI 300 ya han finalizado su jornada con ligeros avances que se replicarán en las bolsas del Viejo Continente aunque con más potencia: el EuroStoxx 50 se anotaría la mayor subida, superando el 0,6% de revalorización este miércoles, y también el Dax alemán avanzaría más de un 0,5%.
Al otro lado del charco, en Wall Street, tanto el S&P 500 como el Nasdaq 100 seguirían extendiendo sus máximos históricos. En esta sesión, el S&P los situaría en el entorno de los 6.260 puntos tras un alza del 0,25%; y el índice tecnológico rebasaría los 22.760 puntos, con un ascenso del 0,3% en el día.
Mientras en Wall Street sus principales índices vuelan por cotas históricas, a la bolsa europea le está costando volver a alcanzar sus niveles máximos de cotización, incluso tras la fuerte recuperación del trumpazo.
A nivel técnico, Joan Cabrero, asesor de Ecotrader, explica que el EuroStoxx 50 se encuentra ahora mismo atascado: «ni avanza ni retrocede». «Para entender dónde estamos, conviene situarse. Venimos de un potente movimiento alcista desde los mínimos de abril y, como ocurre siempre tras una subida así, el mercado necesita tomar aire, consolidar, antes de decidir su siguiente paso. Eso es justo lo que estamos viendo durante las últimas semanas con un proceso lateral-bajista, perfectamente canalizado, que encaja dentro de una clásica bandera de continuidad alcista en el EuroStoxx 50», argumenta el experto.
Cabrero se muestra optimista con el índice paneuropeo y espera que rubrique durante los próximos meses nuevos máximos de toda su historia. Pero añade que para ello es fundamental que el EuroStoxx se mantenga sobre los 5.200 puntos que están funcionando actualmente como soporte.
También el Ibex 35 se encontraría a nivel técnico en una pausa: «El Ibex 35 lleva algo más de un mes consolidando posiciones dentro de un canal descendente que encaja como una clásica figura de bandera, patrón habitualmente de continuidad», subraya el experto y añade que «hasta que no pierda los 13.750 puntos, que es la base de este canal o bandera, no podremos descartar un nuevo tramo alcista que me temo que sería el último antes de una corrección».
Ver al Ibex por debajo de los 13.750 puntos supondría, para el experto, estimar una potencial caída hacia los 13.300 puntos «con extensión posible hacia los 12.650 o incluso los 12.530 puntos», indica. La cesión a estos niveles es, sin embargo, para Cabrero «un auténtico regalo» que proporcionaría «una ecuación rentabilidad/riesgo más atractiva que la que tenemos actualmente».

El euro suma más de un 15% anual
La incertidumbre en la economía norteamericana está teniendo una víctima más que clara: el dólar. El billete verde se deprecia en el año frente a sus cruces con las mayores divisas mundiales. En el caso del real brasileño, la apreciación de la moneda latinoamericana frente a la de EEUU llega a superar el 20%.
Pero todas las miradas están puestas en su cruce frente al euro. En un cambio de tendencia en el que parece que se está ropiendo el statu quo de EEUU, el euro apunta a su año más alcista frente al dólar desde 2003. Desde que empezó el ejercicio, la divisa europea conquista más de un 15% de su valor frente a la americana y, por primera vez en más de 4 años, el cambio se sitúa en el entorno de los 1,18 dólares por euro.
La pregunta que sobrevuela en el mercado es hasta donde puede llegar el euro. Muchas miradas señalan ya al 1,20, otras incluso al 1,25. Sin embargo, un euro demasiado fuerte sería algo que no gustaría al Banco Central Europeo. Un euro extremadamente fuerte frente a la divisa de referencia para el mercado global y que más peso tiene en las reservas de los bancos centrales puede afectar a las exportaciones de la eurozona. También puede contribuir a levantar la inflación en un contexto en el que la política monetaria del BCE está llegando al final del camino en cuanto a recortes de tipos de interés.
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