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La estacionalidad invita a ser más prudentes a corto plazo

La estacionalidad invita a ser más prudentes a corto plazo

Acabamos de cerrar el primer semestre del año y los principales índices bursátiles acumulan fuertes revalorizaciones. Con la vista puesta en este segundo semestre, vamos a repasar la situación y las perspectivas para la economía y los mercados de renta variable. Para ello, como en otras ocasiones, nos centraremos en EEUU.

No termina de llegar la temida recesión, que muchos pronosticaban el año pasado. La economía continúa creciendo, ayudada por la robustez del consumo. El último dato del PIB de finales de marzo ha sido del 2%, y el consumo personal crece a tasas del 4,2% a la misma fecha. El consumidor americano está viendo mejorar su renta disponible por dos motivos principalmente. En primer lugar, sus ingresos de trabajo crecen más rápido que los precios.

Los costes laborales se están incrementando a tasas del 4,8% según el Employment Cost Index (ECI), mientras el índice subyacente de Precios de Gasto del Consumidor (PCE) ha sido del 4,6%, ambos datos a 31 de marzo. El segundo motivo es que, al haber bajado el precio del petróleo, el consumidor afronta un menor gasto en combustible y esto le permite contar con más dinero para incrementar su demanda de otro tipo de bienes y servicios.

Tal vez lo más relevante en los próximos meses a nivel económico vaya a ser el nivel de la inflación y su persistencia. El IPC hizo pico en junio del año pasado en el 9% y desde entonces ha ido reduciéndose hasta el 3% de este miércoles. En cuanto al subyacente del PCE –que es la medida preferida de la autoridad monetaria (Fed)– ha sido del 4,6% a la misma fecha y se muestra más resiliente (ver grafico).

Por ahora, ambos índices continúan muy por encima del 2%, que es el objetivo de la Fed a medio plazo. Por otro lado, las expectativas de mercado apuntan a que los incrementos de precios sigan disminuyendo en los próximos meses. Si esto se cumple, permitiría que la Reserva Ferderal pudiese eventualmente relajar la política monetaria, lo cual apoyaría a la financiación, a la actividad económica, a los resultados empresariales y sería un factor positivo para los mercados.

Sin embargo, no está tan claro que el camino a recorrer sea tan sencillo, ya que seguimos observando un mercado laboral muy tensionado con una tasa de desempleo del 3,7% a finales de mayo (ver gráfico) (prácticamente en mínimos), y que continúa alimentando fuertes subidas salariales.

Si ponemos el foco en los mercados, las dinámicas que observamos son, en general, positivas para la renta variable. En primer lugar, la tendencia general de la bolsa es alcista. Es verdad que en los últimos meses la subida se ha concentrado mucho en las compañías de mayor capitalización, que son además las que más pesan en los índices. Sin embargo, estamos viendo como poco a poco van mejorando más compañías.

En segundo lugar, continúa el mejor comportamiento de sectores cíclicos (industriales, tecnología y consumo discrecional) frente a sectores defensivos (consumo básico, salud, eléctricas e inmobiliario), síntoma de que los inversores siguen confiando en la recuperación económica.

En tercer lugar, las condiciones crediticias siguen apoyando la financiación de las empresas. Los diferenciales de crédito que pagan las compañías por emitir deuda siguen en niveles contenidos y alejados de los máximos que marcaron en el mes de marzo, cuando se produjo el estallido de la crisis bancaria en EEUU. Si empeorasen las perspectivas económicas futuras, cabría observar un deterioro en el crédito. Por ahora, no está sucediendo.

En cuarto lugar, el sentimiento de los inversores ha mejorado recientemente, tras la recuperación de la bolsa desde mínimos. Y todavía no es un impedimento para que las subidas en bolsa continúen, ya que no hay euforia ni hay una sobreponderación extrema a renta variable.

Por último, y a pesar de los todos los factores positivos comentados anteriormente, encontramos dos factores que pueden dificultar la subida bursátil. Por un lado, la valoración de la bolsa permanece alta, tanto en términos absolutos como relativos. En términos absolutos, el índice S&P 500 cotiza a 20 veces beneficios para los próximos 12 meses, lo cual es superior a su media histórica de 15 veces.

Y en términos relativos, y dado el nivel de tipos de interés, la renta variable ha perdido atractivo frente a la renta fija. Por otro lado, cabe recordar que el periodo entre agosto y octubre suele coincidir con un peor comportamiento de la bolsa; por eso, tácticamente y para determinados inversores, puede tener sentido modular el riesgo de las carteras y reducir el peso en renta variable.

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Fuente de TenemosNoticias.com: www.eleconomista.es

Publicado el: 2023-07-14 01:20:13
En la sección: elEconomista Mercados

Publicado en Economía y Finanzas