Si hiciésemos una encuesta de quién es el magnate tecnológico más malvado, podemos estar seguros de que Elon Musk ganaría por goleada, y esto es algo que el dueño de empresas como Tesla o X (antes Twitter) se ha ganado a pulso y seguramente se sienta orgulloso de ello.
Pero eso no quita que no haya otros que sean como él, o incluso peores, lo que pasa es que no lo demuestran de cara al público como hace Musk. Bill Gates, parece un hombre entrañable, pero en sus primeros años de Microsoft, reconoció que se dedicaba a vigilar qué coches había aparcados en el parking de sus oficinas para saber quién estaba trabajando y quién no.
Y es que por desgracia, muchas de estas personas han conseguido llegar a lo más alto por su altísima exigencia, y muchas veces comportamientos fuera de lo normal en donde solo se centran en el trabajo y la productividad, dejando el resto de su vida de lado. Y si es una decisión propia, eso está bien, pero es cuando se demanda (u obliga) a los demás a hacerlo, que se entra en conflicto.
Y es que muchas veces «quien las mata callando» son los peores, y todo apunta a que el CEO de OpenAI, la empresa creadora del famosísimo ChatGPT, Sam Altman es una de esas personas. Y es que aunque Musk lleve diciéndolo varios años ya, las sospechas no comenzaron a saltar hasta el lío que duró 48 horas, en el que Altman fue despedido como CEO y luego reincorporado a su mismo puesto.
Esto provocó una importante división interna, con empleados que apoyaban a Altman y otros a los que no les parecía bien, de hecho, muchos cargos importantes decidieron abandonar la compañía e incluso irse a la competencia, entre los que encontramos expertos en seguridad o el que fue presidente de la compañía, Greg Brockman o Ilya Sutskever, cofundador y científico jefe de OpenAI.
Pero es que en los últimos meses las marchas de la compañía de IA de moda no han parado, y sobre todo alerta que son todos piezas claves del ascenso de ChatGPT que se marchan a la competencia, intuimos que para huir de Altman. Ahora, vuelve a saltar la noticia de que otras dos piezas clave de la compañía (aunque no tan mediáticos) han decidido abandonar OpenAI.
Se trata de Bob McGrew y Alec Radford, quienes se han unido a una empresa de la competencia llamada Thinking Machines Lab, que curiosamente fue fundada por otra exiliada de OpenAI, Mira Murati, exdirectora de la compañía. Llama la atención que la compañía número uno de la tecnología del momento, como es la IA, esté sufriendo esta fuga de cerebros que buscan pastos más verdes, y cada vez son más personas las que apuntan a que Altman es un lobo con piel de cordero.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.eleconomista.es
Publicado el: 2025-04-11 08:13:00
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