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las grandes filosofías de inversión chocan como no lo hacían desde la crisis ‘puntocom’

las grandes filosofías de inversión chocan como no lo hacían desde la crisis 'puntocom'

La bolsa estadounidense está cara, y eso no es una novedad. Las subidas que ha experimentado Wall Street en 2024, y que, por el momento, continúan en 2025 a pesar de haber sufrido episodios puntuales de volatilidad, han llevado a los principales índices de Estados Unidos a cotizar muy por encima de la media histórica de valoración, pero esa no es la única señal que hace presagiar la formación de una burbuja en los principales índices bursátiles del planeta. La última señal la ha dado el Russell 1000, el índice de pequeñas y medianas capitalizadas del país: si se divide el selectivo entre las firmas ‘growth’ (de estilo crecimiento) y las ‘value’ (de estilo valor), el diferencial que se ha abierto entre ellas no era tan alto desde el momento álgido de la burbuja tecnológica de principios de siglo. Así, el dinero parece estar buscando a toda costa el sector ‘growth’, representado habitualmente por la tecnología, a pesar de que su beneficio se paga casi el doble de caro que el de las firmas ‘value’.

Cuando los inversores se abalanzan sobre las empresas consideradas de más riesgo, y se olvidan de las firmas más ‘tradicionales’ de la bolsa, es momento de extremar la cautela, por la posibilidad de que se hayan producido excesos que desemboquen en una fuerte corrección, o incluso en el estallido de una burbuja bursátil. Al menos, así ocurrió en la última crisis bursátil pura que se ha vivido en Estados Unidos, la burbuja tecnológica que reventó a principios de siglo.

Ahora, los niveles a los que han llegado los representantes de los dos grandes estilos de inversión en el índice Russell 1000, que recoge empresas de pequeña y mediana capitalización estadounidenses, están avisando de la posibilidad de que el mercado se haya sobrecalentado. El diferencial entre el índice ‘Russell 1000 Growth Total Return’ y el ‘Russell 1000 Value Total Return’ ha alcanzado niveles que no se veían desde el momento de mayor burbuja que se vivió hace 23 años, en 2000. La cotización del primero es 1,49 veces más alta que la del selectivo de estilo valor, y sus beneficios se pagan mucho más caros que los de su homólogo ‘value’: el índice de crecimiento cotiza a un PER de 34,2 veces, según el beneficio previsto por el consenso de analistas para el año 2025, frente a las 19,1 veces del índice ‘value’.

Esta amplitud del diferencial parece indicar que los inversores están depositando mucha confianza en los valores de estilo crecimiento, los más relacionados con el sector tecnológico. En este sentido, el mercado está tratando de aprovechar las buenas perspectivas que hay depositadas para los beneficios del sector por el desarrollo de la Inteligencia Artificial, pero hay analistas que llevan ya meses planteándose la posibilidad de que se haya formado una burbuja en la bolsa americana, y ven similitudes a lo sucedido hace ya un cuarto de siglo.

Amadeu Alentorn, gestor de renta variable en Jupiter AM, explicaba a finales de 2024 cómo «aunque no estamos pronosticando una caída similar, la burbuja puntocom dibuja una similitud intrigante con el mercado dominado por la tecnología que tenemos en la actualidad», explica. «A finales de 1990, el entusiasmo comprador se originó en el nacimiento de Internet, mientras que hoy lo hace en las perspectivas de la inteligencia artificial (IA). Un sesgo conductual típico de los inversores confrontados con una nueva tecnología, como Internet o la IA, es sobrevalorar sus resultados a corto plazo y subestimar su poder transformador a largo plazo«, señala el experto.

Esta situación a la que ha llegado el mercado puede corregirse por distintas vías, y no tiene por qué tener un desenlace dramático: si la inteligencia artificial terminase incrementando los beneficios de las empresas del sector ‘growth’ más de lo que esperan los analistas, las valoraciones de este tipo de compañías podrían ajustarse a medidas más normalizadas, y acercarse a las que mantienen las firmas ‘value’. Sin embargo, los inversores deben estar precavidos, porque otro posible desenlace es que las acciones de crecimiento sufran una corrección en bolsa, que ahora puede tener un impacto especialmente significativo, teniendo en cuenta el peso que han adquirido en los últimos años las firmas del sector en los grandes índices de bolsa estadounidense, como el S&P 500.

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Fuente de TenemosNoticias.com: www.eleconomista.es

Publicado el:
En la sección: elEconomista Mercados

Publicado en Economía y Finanzas

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