En un día en el que los bancos centrales toman el mando, con el mundo mirando a Jackson Hole, diversos miembros del Banco Central Europeo (BCE) han querido trasladar su optimismo tras los datos de salarios que se conocieron ayer. Hasta ahora, al ser preguntados por los futuros movimientos en los tipos de interés, siempre se desentendían alegando que hasta que no vieran las nuevas proyecciones macro de la reunión de septiembre no tocarían el precio del dinero. Sin embargo, ahora el discurso ya empieza a cambiar.
Martin Kazaks, presidente del Banco de Letonia y por tanto miembro del BCE, ha ido más allá de decir que en septiembre tendrán más información y ha señalado que «la tendencia de la inflación es coherente con nuevos recortes graduales». Preguntado sobre la intensidad de los mismos ha señalado a las previsiones del mercado de swaps. Según las mismas se espera un triple recorte, uno por reunión, de 25 puntos básicos, en las citas de septiembre, octubre y diciembre. Esto dejaría la cuenta en cuatro bajadas en 2024, contando la que se produjo en junio.
Por su parte, Kazaks ha alegado que «no hay motivos para no seguir adelante» respecto a esas previsiones. El banquero señaló que está «totalmente abierto a un recorte en septiembre» pero que la clave de cara al futuro son los datos inflación de agosto. Sin embargo, señaló que incluso tras un par de recortes más, las condiciones financieras seguirán siendo restrictivas, lo que seguirá empujando a la baja la inflación.
Boris Vujcic, miembro del Consejo de Gobierno y gobernador del Banco Nacional de Eslovaquia, también ha hablado y ha argumentado que «la incertidumbre sobre el rumbo de la inflación ha disminuido» en la eurozona y, aunque señala que los riesgos persisten y por lo tanto «hay que actuar con cautela», ha señalado como la opción más probable un escenario de «bajadas graduales de tipos«. Asimismo, ha expresado que los últimos datos de los salarios europeos, que muestran al fin una desaceleración suponen «una gran noticia».
El alto cargo, proseguía explicando que pese a que «aún quedan algunos datos por conocer hasta la próxima reunión», afirmó. «Pero hasta ahora no hemos visto ninguna sorpresa importante en los datos en términos de nuestras expectativas o previsiones». Sin embargo señaló que «toda la incertidumbre no ha desaparecido» y señaló su preocupación con el sector servicios, donde los precios aún están en el 4%. «Las empresas tienen aún poder de fijación de precios y la productividad es débil todavía». Respecto a lo último, Vujcic señalaba que «Esperamos que repunte para reducir los costos laborales unitarios, pero hasta ahora eso no está sucediendo.
Concretando más en los datos de salarios que han generado confianza en los recortes. La subida del 4,7% del primer trimestre se ha moderado al 3,55%, muy por debajo del 4% que esperaban los expertos. Los salarios habían generado una gran preocupación como un factor clave que podía volver a hacer que prendiese la llama de la inflación. Concretamente en Alemania, la locomotora de Europa, donde el Bundesbank esperaba que estos acelerasen por los nuevos acuerdos salariales que se lograron este año con los sindicatos. «Este problema mantendrá nerviosos a los responsables políticos respecto al compromiso con futuros recortes.
«Las expectativas a pueden ralentizar el proceso desinflacionista»
Sin embargo, este mayor optimismo en algunos de los miembros contrasta con la encuesta del Banco Central Europeo (BCE) sobre las expectativas de los consumidores para la eurozona, relativa a julio. El estudio muestra que la tasa mediana de inflación percibida durante el último año volvió a reducirse «notablemente» del 4,5% (dato de junio) al 4,1%. Sin embargo, una vez más la mediana de las expectativas de inflación para los próximos 12 meses se mantuvo estable en el 2,8%, el nivel al que descendió en mayo y que es el más bajo desde septiembre de 2021. En cuanto a la expectativa a tres años vista, la mediana subió ligeramente al 2,4%.
«La evolución de las percepciones y expectativas de inflación siguió siendo relativamente similar entre los distintos grupos de ingresos«, ha indicado el BCE en su nota de este viernes. En cambio, ha añadido: «Los encuestados más jóvenes (de 18 a 34 años) siguieron manifestando percepciones y expectativas de inflación más bajas que los encuestados de más edad (de 35 a 54 años y de 55 a 70 años)».
«Las percepciones están cambiando lentamente», afirma en un comentario Riccardo Marcelli Fabiani, economista sénior del think tank Oxford Economics. «Si bien la corrección de la subida de los precios de la energía y de los desequilibrios mundiales significa que los factores inflacionistas están remitiendo, las expectativas aún en fase de adaptación pueden ralentizar el proceso desinflacionista«, explica. Y resalta que esto último «dará más voz a los halcones del Consejo de Gobierno del BCE». Los halcones son aquellos banqueros centrales que prefieren una política monetaria restrictiva, que no estimule la economía (o lo haga lo mínimo posible), mientras que las palomas se decantan por lo contrario (adquisiciones de bonos, tipos de interés bajos, etc.). El objetivo del banco central es situar la tasa de inflación en el 2%. El mes pasado el índice de precios al consumo (IPC) de la eurozona repuntó al 2,6% interanual.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.eleconomista.es
Publicado el: 2024-08-23 07:08:00
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