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Los fondos del Golfo Pérsico ya son el cuarto mayor accionista de la bolsa española

Los fondos del Golfo Pérsico ya son el cuarto mayor accionista de la bolsa española

Larry Fink es la viva imagen del capitalismo y del mundo de la inversión. Todo gran empresario de una compañía cotizada de cualquier país está conectado con él, de una forma u otra. BlackRock, el grupo estadounidense que fundó, preside y dirige, es el gigante financiero que más dinero gestiona en Estados Unidos y en todo el planeta en general con unos 9 billones de dólares en activos. Si el Palacio de la Bolsa de Madrid celebrase una comida con los principales accionistas del capital cotizado en España, Larry Fink presidiría desde hace años la mesa, compartiendo espacio con otras grandes figuras de Wall Street y con más inversores internacionales que han ido apareciendo con un perfil muy distinto al del banquero americano (y no solo por el traje y la corbata).

En la misma mesa, Fink se sentaría ahora con el jeque catarí Jassim bin Hamad al-Thani o el recién invitado Mohammad bin Salmán bin Abdulaziz Al Saud -conocido como Bin Salmán-, príncipe heredero y primer ministro de Arabia Saudí. Este nuevo comensal representaría al fondo soberano saudí, que ha sorprendido con la entrada en el capital de Telefónica, a través de una de sus participadas (Saudi Telecom).

Los vínculos entre España y Arabia Saudí llevan años entrelazados, pero es la única inversión que tiene el país árabe en el capital de una firma de la bolsa española. Arabia Saudí se une a las otras dos monarquías del Golfo Pérsico que ya tienen presencia en las cotizadas españolas: Catar y Emiratos Árabes Unidos. Entre los tres países acumulan cerca de 12.000 millones de euros en participaciones de cotizadas españolas (si finalmente Saudí Telecom logra la aprobación para tener el 9,9% de Telefónica). En algunas de ellas, además, tienen asientos en los consejos de administración.

Sus inversiones situarían a este grupo de fondos, en conjunto, solo por detrás de BlackRock, Vanguard y Norges en la bolsa española. Catar, por sí solo, ya ocupaba la sexta posición de los grandes inversores, con algo menos de 8.700 millones de euros, según datos que recoge Bloomberg, por detrás de Capital Group y Fidelity (ver gráfico).

En un mundo cada vez más globalizado, casi la mitad del capital de la bolsa española está en manos de inversores extranjeros; en el Ibex, la cifra alcanza el 53%, según el Banco de España. BlackRock lleva años al frente. Está presente en al menos 75 cotizadas del país y su inversión directa supera los 23.000 millones, según datos de Bloomberg. Saca una abultada ventaja al segundo en el ranking, Vanguard, con unos 15.500 millones en participaciones.

Las figuras que hay detrás de los grandes inversores institucionales no son todo gestoras como BlackRock o Vanguard, que invierten buena parte del dinero a través de numerosos fondos de inversión. También han ganado presencia los fondos gubernamentales de pensiones que tratan de asegurar el futuro financiero de su población; los fondos soberanos en general, que aprovechan sus ingresos extraordinarios para invertir; o los de capital riesgo, vehículos privados que aunque invierten sobre todo en empresas no cotizadas también buscan firmas en las bolsas donde ven potencial para salir pasados unos años.

Auge de los fondos soberanos

El fondo soberano como vehículo de inversión ha tenido un crecimiento reciente exponencial, diversificando su inversión en cada vez más empresas de todo el planeta, fuera de las propias fronteras y centrándose en muchos sectores claves de las economías como la energía, la banca, las telecomunicaciones, el turismo o el motor. De los cien mayores inversores institucionales del mundo, casi el 37% del patrimonio gestionado está en manos de fondos soberanos, según Thinking Ahead Institute.

Su historia se remonta décadas atrás. Kuwait fue uno de los países pioneros en el mundo en crear, en los años 50, una junta estatal de inversiones con la que puso los cimientos del gran fondo soberano que es hoy. Su objetivo no ha cambiado: invertir los excedentes de los ingresos del petróleo y reducir así su dependencia del recurso energético y garantizar nuevas vías de rentas para las futuras generaciones. Muchos de los fondos soberanos, de hecho, están diseñados por países ricos en petróleo. Kuwait, de momento, no ha seguido los pasos en España de Catar, Emiratos Árabes Unidos y ahora Arabia Saudí; no tiene presencia en cotizadas españolas. De hecho, dentro de la zona euro, solo invierte en firmas cotizadas alemanas como Mercedes o Daimler Truck.

Kuwait, Catar, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí tienen fondos soberanos situados entre los mayores del mundo, con Abu Dhabi Investment Authority liderando por tamaño a los vehículos de inversión del Golfo Pérsico con 820.000 millones de dólares bajo gestión. Este fondo de Emiratos tiene su mayor apuesta en la bolsa española en Cellnex, cuya inversión está valorada ahora en cerca de 700 millones de euros, aunque el país también está presente en otras como Enagás, en este caso a través del fondo Mubadala Investment Company.

El de Arabia Saudí podría controlar un 9,9% de Telefónica tras su desembarco en la teleco española, siempre que logre la autorización necesaria dentro del escudo antiopas vigente en España. «No creo que suba más del 10%. Lo natural sería que el fondo hiciera más compras no solo en España, sino en otros países de Europa», opina un reconocido gestor que prefiere no ser citado. El país creó en los años 70 el Fondo de Inversión Pública Saudí (PIF) y en los últimos años se está abriendo al exterior dejando de centrarse en las empresas estatales. Así lo plasma en su plan estratégico, con el que busca triplicar su tamaño en 2030 y gestionar más de 1,8 billones de euros.

El paquete que podría completar en Telefónica tiene un valor actual de más de 2.200 millones, que la convierten en una de las dos principales apuestas de los fondos árabes en España. La primera es Iberdrola. El fondo soberano de Catar encontró en la eléctrica una ventana a las energías renovables y lleva años en su capital, con una participación que aumentó por encima del 8% y que hoy estaría valorada en más de 5.800 millones de euros. Sin embargo, nunca ha estado en el consejo.

Catar también vio en el sector de las aerolíneas a IAG como otro encaje en su cartera de inversiones. Su paquete accionarial realmente está construido a través de Qatar Airways, por lo que es un esquema similar al que ha seguido Arabia Saudí en la entrada en Telefónica mediante una firma participada de la misma industria. Controla un 25% del capital, y en 2020 propuso a dos consejeros no ejecutivos dominicales que actualmente forman parte del consejo.

La otra apuesta catarí en la bolsa española es Inmobiliaria Colonial. Es el mayor accionista con una participación del 19% y tiene dos puestos en el consejo de la socimi. Las inversiones de Catar en la bolsa española representan un porcentaje importante de su cartera, ya que nuestro país solo está por detrás de las que tiene en los mercados de EEUU, Reino Unido y Suiza.

Aunque los fondos soberanos árabes tengan un papel cada vez más relevante en España y en el mapa mundial, lo cierto es que el de Noruega sigue liderando el ranking con un patrimonio superior a los 1,4 billones de dólares. El Norges Bank Investment Management, que también gestiona el conocido fondo de pensiones del país, sigue como tercer accionista de la bolsa española, con una inversión valorada en cerca de 13.000 millones de euros, según Bloomberg.

Otro países asiáticos

Si hablamos de fondos gubernamentales de pensiones, el rey de las últimas dos décadas, por delante de Noruega, es el fondo público de Japón, con más de 1,4 billones de dólares gestionados. Está presente en más de una treintena de cotizadas españolas y su inversión total en la bolsa nacional supera los 2.300 millones.

En el continente asiático, los fondos de pensiones de Corea del Sur, Singapur y China también se encuentran en el top 10 mundial de estos vehículos. El de Corea del Sur no tiene participaciones en la bolsa española, según datos de Bloomberg, pero sí el de Singapur, el Central Provident Fund.

Al igual que en Noruega, el fondo soberano (GIC) gestiona al de pensiones y es a través del primero con el que Singapur tiene puesto un pie en España. Entró en Cellnex de la mano de los Benetton en 2018, su 7% actual vale 1.750 millones y desde 2020 tiene un asiento en el consejo.

De momento, en la mesa de los dueños de la bolsa española los fondos del Golfo Pérsico, del Asia Occidental, tienen más que decir que los del Este y Sudeste asiático.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.eleconomista.es

Publicado el: 2023-09-16 08:40:51
En la sección: elEconomista Mercados

Publicado en Economía y Finanzas