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miles de millones de barriles de petróleo y mucho más

miles de millones de barriles de petróleo y mucho más

Un espacio geográfico que es compartido por siete países que no hacen ‘buenas migas’, que además es una ruta comercial clave para el tránsito del comercio marítimo y que, para colmo, es una zona que cuenta con un ‘tesoro’ energético que todos ambicionan. Estos son los ingredientes de un cóctel explosivo que puede estallar en cualquier momento. La ‘temperatura’ sube poco a poco en el denominado mar de la China (denominado así por los chinos, el resto de los países que comparten sus aguas le dan habitualmente otra denominación). Los sentimientos, los recursos energéticos, la situación estratégica de estas aguas, la implicación directa de China (el país que quiere ampliar su zona de control frente al los otros seis) y la implicación indirecta de otras potencias son más que suficiente para que este conflicto latente ocupe un lugar dentro de la lista de grandes riesgos globales.

Este mar, que pertenece al Océano Pacífico, se extiende desde Singapur y el Estrecho de Malaca en el suroeste hasta el Estrecho de Taiwán en el noreste. Además, baña las costas de varios estados: China, Taiwán, Filipinas, Malasia, Brunéi, Indonesia y Vietnam; todos con intereses económicos y geopolíticos en sus aguas. Más allá de que varios de estos países presentan ya de por sí cierta enemistad por diferentes motivos (políticos, geopolíticos, económicos), el conflicto del mar de China es una batalla que ninguno de ellos quiere perder. Sin embargo, todo hace indicar que habrá un único ganador: China.

El conflicto del mar de China

Taiwán, Malasia, Vietnam, Brunéi, Indonesia y Filipinas se enfrentan a las ansias expansionistas de China, que ve en Taiwán (zona que considera parte de su territorio) y las islas Paracel y Spratly, como las islas chinas de creación artificial como puente para ampliar su Zona Económica Exclusiva (ZEE) dentro de este mar y apoderarse así de una mayor parte de los recursos que alberga. Esto ha generado una división en dos bloques: uno de ellos formado por China y otro conformado por los otres seis países que buscan impedir la expansión de la ZEE que ambiciona Pekín.

Los choques son continuos, aunque siempre tienen un mismo protagonista: China. Por ejemplo, este mismo fin de semana, Filipinas aprobó una orden para incrementar la seguridad en su Zona Económica Exclusiva ante el acoso constante de Pekín. La publicación de esta orden presidencial se produce apenas unos días después de que el presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr. asegurase que aplicaría las medidas para defenderse de mantera «proporcionada» de los ataques «ilegales, acosadores, agresivos y peligrosos» de la Guardia Costera y las milicias marítimas chinas.

Hace algo más de una semana, el ministro taiwanés de Asuntos Exteriores, Joseph Wu, advirtió denunció la existencia de «enormes» bases militares chinas alrededor de la isla Taiping, la mayor del archipiélago de las Spratly, en el mar de China Meridional.

«China ha establecido grandes bases militares en los arrecifes que rodean la isla Taiping, como son los arrecifes Mischief, Subi y Fiery Cross. Estas situaciones deben tenerse en cuenta», subrayó el canciller taiwanés.

Otro ejemplo claro ocurrió a mediados de 2023, cuando el Gobierno de Vietnam pidió oficialmente a China que retirase la flota que tiene instalada en su zona económica exclusiva y en su plataforma continental, después de que Pekín desplegara varios buques en un área de explotación petrolífera vietnamita en su ZEE el mar de China Meridional. ¿Por qué quiere China ampliar más allá su ZEE?

Una zona rica en petróleo y gas

El mar es rico en recursos, tiene un alto potencial para ser fuente de hidrocarburos y tiene una importante importancia estratégica y política. En lo que a recursos naturales se refiere, este espacio geográfico cuenta con grandes caladeros de pesca y grandes reservas probadas de petróleo y gas.

Desde la Energy Information Administration (EIA), perteneciente al departamento de Energía de EEUU, se explica en un informe publicado recientemente que «el Mar de China Meridional está poco explorado debido a disputas territoriales». Sin embargo, buena parte del crudo y gas que se encuentra bajo estas aguas se encuentra en zonas que no presentan dudas sobre su ‘propiedad’. Aun así, la parte que se encuentra en disputa también puede albergar hidrocarburos, además de ser una zona clave para el comercio internacional.

Como señala la EIA, «la mayoría de los yacimientos de petróleo y gas natural descubiertos se encuentran en zonas no disputadas, cercanas a las costas de cada país. Según Rystad, aproximadamente 3.600 millones de barriles (b) de petróleo y 40,3 billones de pies cúbicos (Tcf) de gas natural se encuentran en reservas probadas y probables en el Mar Meridional de China».

Sin embargo, además de las reservas probadas y probables, el Mar Meridional de China puede tener hidrocarburos adicionales en áreas poco exploradas. En 2023, el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS por sus siglas en inglés) analizó el potencial de campos convencionales de petróleo y gas natural no descubiertos en varias provincias geológicas del sudeste asiático como parte de su Proyecto de Evaluación de Recursos Mundiales de Petróleo. Este proyecto del USGS incluyó 13 cuencas, la plataforma del Mar de China Meridional y la plataforma de Palawan dentro del Mar de China Meridional. En conjunto, el USGS estima que estas áreas pueden contener entre 2.400 millones de barriles y 9.200 millones de barriles de petróleo.

La cuestión es que como estas aguas están disputa, la inversión para explorar y extraer los hidrocarburos no ha sido excesivamente exhaustiva: pocas empresas están dispuestas a gastar millones de dólares en exploración sin tener la certeza casi absoluta de que más tarde pondrán beneficiarse de la extracción de ese crudo. Los choques por el dominio las zonas disputadas han impedido hasta la fecha que se obtenga una cifra certera de la cantidad de petróleo bajo estas aguas. Algunas fuentes han llegado a cifrar la cantidad en más de 11.000 millones de barriles de crudo.

La propia EIA admite lo siguiente: «Debido a que el USGS no examinó toda el área, los recursos no descubiertos podrían ser mayores de los indicados. Estos recursos adicionales no se consideran reservas comerciales en este momento porque la viabilidad económica de extraerlos no está clara», señala el documento.

Sin ir más lejos, hace pocas semanas, Pekín recomendó a los países que comparten las aguas de este mar para que no buscasen apoyo de empresas extranjeras para extraer el petróleo del mar de la China. Este mensaje era una clara amenaza para Filipinas que pretende atraer a empresas extranjeras para explorar y extraer el crudo.

Los planes de Manila para explorar en busca de energía en el mar de la China Meridional no deben dañar los intereses de China ni involucrar a países fuera de la región, aseguró un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino. En una rueda de prensa habitual en Beijing, Wang Wenbin añadió que las disputas territoriales en el mar de la China Meridional deberían ser «negociadas y manejadas adecuadamente y directamente» entre China y los demandantes rivales.

«Con respecto a las disputas relacionadas con el mar, incluida la explotación de recursos, los países involucrados no deben socavar la soberanía territorial y los derechos e intereses marítimos de China en el mar Meridional mediante la explotación de recursos, y no deben invitar a países ajenos a intervenir en tales disputas», aseguró el diplomático chino Wang Wenbin en rueda de prensa a principios de marzo.

Wang estaba respondiendo a las declaraciones del embajador de Filipinas en Estados Unidos, José Manuel Romualdez, que declaró en Manila que Filipinas y sus aliados estaban «avanzando en un plan calculado» para perforar en busca de petróleo y gas en el Mar de China Meridional. Pekín tiene razones para defender que en la extracción de recursos en este mar solo involucre a empresas de los países que bañan sus costas. China teme que la entrada de empresas petrolíferas y de otro tipo provenientes de países avanzados compliquen su propio plan de expansión.

El comercio en el mar de la China

Más allá de los recursos que se ‘ocultan’ bajo este mar, también destacan los que surcan sus aguas, que en muchas ocasiones son los mismos, pero extraídos en otras zonas del mundo. Este mar, además de ser un espacio geográfico sensible a nivel sentimental para varios de estos países, resulta ser una arteria clave para el comercio internacional: el mar de la China es una ‘autopista’ por la que transitan unos 10.000 millones de barriles de petróleo y productos derivados del petróleo y 6,7 billones de pies cúbicos (Tcf) de gas natural licuado (GNL) cada año.

El control de este mar es clave para cualquier potencia en el Indo-Pacífico con voluntad de controlar tanto rutas comerciales como energéticas. Además, es uno de los puntos de encuentro o conexión entre diferentes Estados enfrentados y aliados entre ellos, lo que supone una continua contienda ofensiva y, en ciertos casos, de expansión, aseguraba un documento de 2021 del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE).

En ese mismo documento se destacaba que la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) calcula que aproximadamente el mar de la China Meridional transporta un tercio del transporte marítimo mundial. Lo que conlleva que sus aguas sean especialmente críticas para China, Taiwán, Japón y Corea del Sur, que dependen del estrecho de Malaca (Malasia) que conecta dicho mar y, por extensión, el océano Pacífico con el océano Índico.

«Con más del 60% de su comercio en valor viajando por mar, la seguridad económica de China está estrechamente ligada al mar de la China Meridional, como segunda economía del mundo y a poco de ser la primera, la necesidad de asegurar esta zona se convierte en una cuestión de seguridad nacional. Aunque China sea el país con el mayor valor de mercancías en el mar de la China Meridional, los que la siguen, al contrario de lo que se pueda suponer, no son los que se disputan sus aguas, sino Japón, Estados Unidos, Alemania y la India. Es por ello por lo que los intereses de estos Estados estén en riesgo frente a una posible expansión china y estén dispuestos a hacerle frente para poder conservar sus intereses en la región», sentencia el documento de IEEE.

Es por ello, como se comentaba en párrafos anteriores, por lo que Pekín también está amenazando a países como Filipinas (el más cercano a Occidente junto con Taiwán) para impedir que empresas americanas, canadienses o europeas entren en las aguas del mar de la China, ya sea para explorar o extraer hidrocarburos. La cuestión es que, aunque todos los focos están ahora puestos en Ucrania y Oriente Medio, la tensión no para de aumentar.

Como señalaban los expertos del IEEE da la sensación de que solo se necesitaría un detonante u error para que se produjese algún encuentro militar, que no guerra. Detonante que podría darse, por ejemplo, con un intento de expansión chino en Taiwán. La reacción de Occidente y, sobre todo, de EEUU a esta expansión podrían desencadenar un conflicto mucho mayor. La lucha por el control ‘tesoro’ del mar de la China solo acaba de empezar.

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Fuente de TenemosNoticias.com: www.eleconomista.es

Publicado el: 2024-04-01 08:27:26
En la sección: elEconomista Mercados

Publicado en Economía y Finanzas

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