Sacyr busca ampliar selectivamente los mercados en los que opera y ha puesto sus ojos en el programa de concesiones de infraestructuras de transportes a través de modelos de colaboración público-privada que el Gobierno de República Checa ha puesto en marcha.
La compañía española está analizando las oportunidades que ofrece el país tanto para el desarrollo de nuevas autopistas como de la futura línea de alta velocidad ferroviaria, con inversiones que sumarán más de 30.000 millones de euros en la próxima década.
Directivos del grupo que preside Manuel Manrique han viajado en los últimos tiempos hasta el país centroeuropeo para conocer de primera mano las iniciativas proyectadas y explorar posibles socios y han identificado las primeras actuaciones que podrían ser de su interés.
En el ámbito de las autopistas, República Checa tiene en la rampa de salida dos proyectos: la D35, con una inversión estimada en más de 1.300 millones de euros, y la PRAK al Aeropuerto Internacional Václav Havel de Praga, por más de 1.000 millones de euros. El primero es el más avanzado y contempla la ejecución de los dos tramos que restan para completar la infraestructura entre las localidades de Hradec Králové y Olomouc, al este de la capital Praga. En concreto, el contrato implicará los tramos entre Opatovec y Staré Mesto, de 16,6 kilómetros de longitud, y entre Staré Mesto y Mohelnice, de 18,2 kilómetros.
En el horizonte, las autoridades checas contemplan sacar a concurso otros proyectos viarios relevantes, entre los que destaca la circunvalación de Praga.
República Checa adjudicó un primer proyecto viario en régimen de concesión en 2021, la D4, a un consorcio liderado por las firmas galas Vinci y Meridiam. Su presupuesto se aproximó a los 640 millones de euros.
En infraestructuras ferroviarias, el Gobierno checo planea sacar a través de un proyecto de colaboración público-privada diversos tramos tanto de la red convencional como de la futura línea de alta velocidad, para lo que estima una inversión de 27.000 millones de euros en los próximos 10 años.
En el primer caso, prevé lanzar la modernización del tramo Praga-Veleslavín-Aeropuerto Václav Havel, incluida la construcción de la terminal multimodal Dlouhá Míle y la nueva parada Praga-Liboc. Está prevista que la licitación arranque antes de final de año y las autoridades confían en que abra la puerta a la utilización del modelo de colaboración público-privada para nuevos tramos, tanto de la red convencional como de alta velocidad.
El proyecto de alta velocidad más desarrollado es la RS 1 Brno-Ostrava-Rakvice. También están diseñados los trazados RS 2 Brno-Breclav, RS 4 Praga-Dresde (Alemania) y RS 5 Praga-Hradec Králové.
Sacyr busca así entrar en República Checa, un mercado que despierta el apetito de los inversores internacionales por su estabilidad política, jurídica y económica. Miembro de la Unión Europea, aunque no de la zona euro (su moneda es la corona checa), el país cuenta con grado de inversión y una renta per cápita que está registrando crecimientos significativos. Además, el país tiene una Ley de Concesiones.
Estas condiciones ya han atraído desde hace años a otros grupos españoles que emergen como candidatos a las distintas licitaciones. OHLA dispone de OHLA ZS, una de las mayores constructoras del país y que ya compitió en su día por la concesión de la D4.
También apuntan al plan concesional checo otros grupos españoles con presencia en el país, como Ferrovial, a través de su filial polaca Budimex, y ACS, a través de la alemana Hochtief. El fabricante de trenes checo Skoda pretende, asimismo, hacer valer el plan ferroviario de su país como baza para seducir a Talgo para una eventual fusión. Y de cara a la fase de operación, Renfe podría tener su papel a través de la compañía local Leo Express, adquirida (el 50%) por el operador público español en 2021.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.eleconomista.es
Publicado el: 2024-10-21 00:15:00
En la sección: elEconomista Seleccion