SpaceX negocia una operación galáctica que sitúa su valor en los 175.000 millones de dólares

En la Fundación, Isaac Asimov narra la historia de la galaxia después de la caída del Imperio. Durante la narración se producen acontecimientos en la superficie de los planetas que, posteriormente, permiten entender lo que ocurre ahí fuera, en el espacio. En estos momentos estamos ante un momento que merece gran atención, pues SpaceX, firma desarrolladora del cohete Starship y el sistema satelital Starlink, está inmersa en una operación clave para el devenir de la compañía y de la exploración espacial.

La firma encabezada por Elon Musk está valorando una colocación privada de acciones valorada entre los 500 y los 750 millones de dólares. Así lo ha informado Bloomberg, citando fuentes conocedoras de la operación -que es confidencial- añadiendio que SpaceX estaría considerando, en este contexto, una venta de acciones internas («internal shares», en inglés) situada en los 95 dólares por participación. Ello le otorgaría a la empresa un valor cifrado en 175.000 millones de dólares.

Semejante tasación otorgaría a la empresa aeroespacial una capitalización de mercado superior a la de compañías como TotalEnergies, Pfizer o Disney, muy cerca de firmas como Nike, Intel y T-Mobile. Estaría muy por delante de Twitter, actual X, que cuenta con valor bursátil de 41.000 millones de dólares, y lejos de Tesla, joya de la corona de Elon Musk que posee un valor en bolsa de 774.000 millones de dólares.

Este movimiento llega semanas después de que la compañía realizara, el pasado mes de noviembre, un segundo vuelo del cohete Starship con el que SpaceX quiere llegar «a Marte y más allá», según las palabras de la propia firma. Sin embargo, aquel intento acabó con el artefacto desintegrado. Fue el segundo fracaso desde abril, cuando el cohete «destinado a transportar tripulación y mercancías hasta la órbita terrestre, Marte y más allá» explotó al fallar el sistema de separación, cuando sobrevolaba del Golfo de México en su primer vuelo de prueba.

Paralelamente, estas negociaciones se hacen públicas días después de que Elon Musk acordara con Israel el uso del sistema de conexión a internet Starlink en Gaza. Este sistema, desarrollado por SpaceX, está formado por una red de satélites situados en la órbita baja terrestre, lo cual les permite ofrecer una conectividad óptima incluso en lugares remotos.

Además, también ofrece un gran desempeño de la telemetría, el control y el rastreo de diversos objetos, incrementando la precisión para, eventualmente, interceptar misiles enemigos. Así lo han afirmado investigadores chinos en el marco del desarrollo de Guo Wang, el sistema satelital de China destinado a rivalizar con Starlink.