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Cimarrón, la banda colombiana que creó “su propio sonido” de joropo para el mundo

Cimarrón, la banda colombiana que creó “su propio sonido” de joropo para el mundo

Al recorrer la región llanera, tanto en Colombia como en Venezuela, es común ver grupos musicales interpretando el joropo, un género musical del lugar, con artistas que tocan el arpa, acompañada por el cuatro: un par de maracas, el bajo, además del canto y del baile.

Así surgió Cimarrón, una banda colombiana del Orinoco, que en el 2000 nació para promocionar este género musical en su tierra, pero que, con el paso del tiempo, fue evolucionando con otros elementos para mostrar su arte, más allá de las fronteras.

El grupo ha subido a diferentes escenarios y ha llevado y tienen previsto llevar su música, este y el próximo año, a festivales y teatros de Japón, Corea del Sur, Francia, Alemania, Estados Unidos, Hungría, República Checa, Noruega, Inglaterra y Gales, a través de ‘La Gira Mundial del Joropo 2023-2024’.

La motivación de la agrupación, que ha brindado más de 500 conciertos en 45 países fue “llevar el joropo, este género, más allá de lo local”, explicó Ana Veydó, directora y cantante de la agrupación, a la Voz de América.

Su primer álbum ‘Sí, soy llanero’, grabado en el 2004, les mereció una nominación los Grammy Anglo, como Mejor Álbum de Música tradicional del mundo. En 2012, ganaron los Independent Music Awards de Nueva York como Mejor Álbum Latino, mientras que en 2014 fueron nominados a los Premios Lunas del Auditorio de México. En 2019, fueron nominados a los Grammy Latinos, con su disco ‘Orinoco’.

Según su directora, para lograr expandirse alrededor del mundo, Cimarrón pensó en ir más allá la letra, de lo lírico: “Nuestro show ha integrado, por ejemplo, percusiones, porque la única percusión de la música llanera, son las maracas. Nosotros integramos el cajón, el zurdo, la tambora costeña y bueno, hemos creado nuestro propio set para crear una masa percutiva.

Nuestra propuesta fue cogiendo como su propio camino, su propio sendero y su propio sonido».

También hemos jugado un poco con estas dos melodías, que son la bandola y el arpa”. También han integrado interpretaciones de cajón afroperuano, surdo brasilero, manguaré amazónico, una antigua ocarina indígena del Orinoco y el zapateo que resuena en las fiestas campesinas de los Llanos de Colombia y Venezuela.

Una propuesta que como, señaló la cantadora de joropo, ha tomado “su propio camino, su propio sendero y su propio sonido”.

Aunque, confesó Ana, han recibido diferentes críticas, con los instrumentos, el vestuario y el estilo que utilizan también le apuestan “a ir a la raíz”; es decir, a “mostrar la diversidad de la región, porque, a veces, se identifica esta región con una única imagen que es del hombre a caballo, el hombre de camisa a cuadros o la mujer que está montada en un caballo. Y la verdad es que esta región es muy diversa, está constituida por muchos grupos humanos, muchos grupos de indígenas, colonos, campesinos y que, sobre todo, hacen distintas labores, económicamente”.

En el exterior

En los múltiples conciertos de Cimarrón, es extraño ver latinos entre el público. Sus integrantes indican que casi siempre acuden espectadores que residen en los lugares que visitan.

“Ellos no van a ver el grupo que hace joropo, quieren ver a Cimarrón, pues ya hay como un nombre constituido y eso nos parece maravilloso, porque eso no nos ata a que tenemos que hacer la tradición tal cual… están esperando un espectáculo, un show que esté a la altura de los espectáculos del mundo”, enfatizó la artista.

Y es que precisamente su show integra, además de canto y música, teatro y “mucho virtuosismo”. Es decir, en palabras de Ana, piezas “desde lo instrumental” que, según ella, los ha llevado a integrar, por ejemplo, lista de reproducción de música clásica en países como el Reino Unido.

Otros de los factores diferenciadores de Cimarrón es la puesta en escena de los músicos. Cuando Ana conoció a Juan Carlos, su esposo y director de Cimarrón, vio que el grupo tenía potencial y recuerda que “los músicos eran muy rígidos, sobre todo Carlos, por ejemplo, era una persona que tocaba sentada y los músicos igual. Eso era lo que les daba supuestamente la seriedad y el nivel”, pero, bajo su lupa, comenzaron a probar otras posibilidades, como ponerse de pie, interpretar solos, entre otros.

“Eso fue un proceso, porque para los músicos de la región eso es muy difícil, es muy difícil, pero eso ha ido cambiando” y le ha ido abierto camino a músicos jóvenes a un género que, en general, se asociaba apersonas mayores, contó Ana.

La directora de Cimarrón también rompió con la tradición, pues acostumbra a vestir con túnicas, flores y cuernos de toro en su cabeza. O, en vez de portar una flor de cayena -común en el Llano- también en la cabeza, seleccionó la flor Inírida, gesto que la ha generado múltiples críticas: “Me acuerdo la primera vez que me puse esa flor, la gente decía: ‘pero, ¿qué es eso?’ O sea, eso no es tradicional, pero era más indígena y más de la región que cualquier otra flor”.

Los hombres, por su parte, lucen pinturas en su rostro que, explica la directora, son pictogramas y figuras que lucen, por ejemplo, los indígenas.

ARCHIVO – Imagen de Cimarrón durante un concierto.

Los desafíos

Son seis artistas en escena, cuando recorren el mundo. En Colombia, la directora de Cimarrón suele invitar a diferentes músicos para que hagan parte del espectáculo.

Ana es la única mujer en la agrupación, un reto que vive día a día, pues afirmó que “ha sido muy difícil”, pues “es una región, una música muy machista, que se ha construido sobre la imagen del hombre. Por eso, dijo que Cimarrón se convirtió para la cantante en “el espacio para poder ser lo que quiero ser y poder construir esa imagen de la mujer y del hombre en el joropo”.

Otro de los retos para la agrupación fue sortear la muerte de su codirector, dejando a la cantante como cabeza de la agrupación.

Cimarrón se ha presentado en diferentes escenarios del mundo, como el Musashino Concert Hall de Japón y el Gran Teatro Nacional de China, en Beijing, y ha hecho parte de festivales de músicas del mundo, entre los que se cuentan Colours of Ostrava de República Checa, Mawazine Festival de Marruecos, Rajasthan International Folk Music Festival, Abu Dhabi Culture & Heritage Festival, la Bienal de Flamenco de Países Bajos, Newport Folk Festival de Estados Unidos, entre otros.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.vozdeamerica.com

Publicado el: 2023-09-16 11:38:48
En la sección: Entretenimiento y cultura – Voice of America

Publicado en Entretenimiento
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