La granada es una fruta que ha estado y está muy presente en la historia de la humanidad. Es una fruta de temporada otoñal, que solemos encontrar en el mercado desde septiembre hasta noviembre. Con un sabor que oscila entre el dulzor y el amargor, las semillas o granos de la granada son deliciosos y tienen un gran simbolismo detrás.
Las granadas son originarias de Asia central y se cultivaron por primera vez en Persia durante el año 3000 A.C., distribuyéndose después su cultivo hacia Babilonia, Egipto e India. Este fruto es muy apreciado en zonas desérticas, pues su piel gruesa la protege de la desecación y permite su transporte en caravanas a través de largas distancias sin que afectara en la conservación de sus apreciadas cualidades. Fueron los árabes los que introdujeron este delicioso fruto en España, desde donde más adelante fue exportada a América tras la conquista.
Su sabor y su resistente cáscara no fueron los únicos factores que favorecieron al éxito de esta fruta. La granada posee grandes beneficios para el cuerpo humano: tiene un gran poder antiinflamatorio, es rica en minerales como el potasio, el fósforo o el magnesio, aporta vitamina C y tiene un gran poder antioxidante, mediante el cual se previene el cáncer y se favorece la circulación sanguínea, reduciendo la presión arterial y el riesgo de ataques cardíacos.
La granada cuenta con un aspecto muy característico. Su textura rugosa en el exterior esconde y protege una parte carnosa compuesta de pequeñas semillas de color rojizo, la que sería su parte comestible. Estas semillas se pueden comer por sí mismas, aunque también se utilizan en elaboraciones dulces y saladas e incluso para hacer zumos o infusiones.
613 granos y 613 preceptos
Si alguna vez has probado esta fruta y te has preguntado cuántos granos hay en cada una de ellas, la tradición judía tiene una respuesta. Cada granada tiene exactamente 613 granos. ¿Por qué esta cifra tan exacta? La respuesta se encuentra en el Torah, el libro sagrado que contiene la ley y el patrimonio identitario del pueblo judío.
Por supuesto, no todas las granadas tienen exactamente este mismo número de pepitas, ya que las hay de muchos tamaños, pero sí es cierto que la cifra suele ser muy parecida a esas 613.
La fruta de la granada siempre está presente en la celebración del año nuevo judío, llamado Rosh Hashana, ya que dicho número de pepitas es el mismo que preceptos tiene la Torah. Por lo tanto, cada una de las 613 pepitas de cada granada simboliza cada uno de los mitzvà que deben cumplirse durante el año que comienza. Además, el hecho de que todas ellas estén «pegadas» también simboliza la unión de la familia, un elemento clave en la religión judía.
La cultura judía no es la única que considera sagrada esta fruta. Los babilonios tenían el convencimiento de que si comían sus granos, serían invencibles en la batalla. Los romanos relacionaban la granada con Juno, diosa del matrimonio y de la fecundidad de las mujeres, por los numerosos granos que contiene, algo que también comparten otras culturas como la egipcia o la de los pueblos mesopotámicos. Los griegos incluso llegaron a afirmar que la diosa del amor Afrodita había plantado el primer granado para que los humanos pudieran disfrutar de sus propiedades y de su sabor.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.20minutos.es
Publicado el: 2023-04-03 08:22:04
En la sección: 20MINUTOS.ES – Gastronomía