cuesta 10 euros y se elabora con patatas de cosecha propia

No hay carta de tapeo en España que se precie sin ensaladilla rusa. Ya sea la clásica o cualquier otra versión gourmet moderna y divertida, este platillo elaborado a base de patata, atún y mayonesa, entre otros ingredientes, es un imprescindible del recetario de nuestro país. 

Aunque estamos seguros de que en tu casa se elabora la mejor ensaladilla rusa del mundo y la receta ha pasado intacta de generación en generación, el Campeonato Nacional de Ensaladilla Rusa que ha tenido lugar el pasado martes en el marco de San Sebastian Gastronomika nos ha dejado algunas versiones de lo más interesantes, como la de Pampín Bar, que se ha coronado como la mejor entre las mejores. 

Una ensaladilla con patatas de cosecha propia

El jurado encargado de revelar el veredicto de la séptima edición de este concurso ha estado formado por el chef Pedro Subijana, de Akelarre, y los críticos gastronómicos Carlos Maribona y José Carlos Capel, entre otros profesionales. 

De entre los ocho finalistas que han optado a convertirse en el restaurante con la mejor ensaladilla, Pampín Bar, ubicado en Santiago de Compostela, ha sido el vencedor de este año. 

Alen Tarrío, el chef de este restaurante recomendado por la Guía Repsol y la Guía Michelin aprovechó la ocasión para explicar a los asistentes questa ya premiada ensaladilla la elaboran con patata kennebec, de origen gallego, que ellos mismos plantan porque están cansados de «patatas amarillas de color radioactivo». 

Se trata de una patata blanca de origen gallego que en Pampín cuecen entera para elaborar la ensaladilla rusa que podemos encontrar en su carta -especialmente durante los meses de verano- por un precio de 10 euros. 

Santiago de Compostela, referente gastronómico

Se podría decir que la ciudad compostelana se está coronando como uno de los destinos de tapeo en San Sebastian Gastronómika, ya que el pasado fin de semana otro restaurante de Santiago se alzó con el primer puesto en el Campeonato Mundial de Callos.

Fue el cocinero Áxel Smyth, del restaurante Simpar, quien con una materia prima de calidad y cocinados con tranquilidad durante horas consiguió una receta melosa que conquistó los paladares del jurado. 

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