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el error que cometes al hacer las croquetas está en la temperatura del aceite

el error que cometes al hacer las croquetas está en la temperatura del aceite

En España, las croquetas son una religión sin ningún tipo de duda. Tanto, que el 16 de enero es el día internacional y las redes sociales se inundan con dichos como “quien bien te quiere te hará croquetas”, “no le puedes gustar a todo el mundo, no eres una croqueta” o “A grandes males, croquetas”.

Son protagonistas en los bares, casas y en cualquier celebración, despertando auténticas pasiones en todo el mundo gracias a su versatilidad de sabores. Sin embargo, también despiertan enfados cuando se rompen al freírlas, echándole la culpa a la bechamel o al rebozado, pero esa no es la razón. El error suele estar en un factor que no se tiene en cuenta: la temperatura del aceite. 

La temperatura, el secreto de una buena croqueta

A pesar de que no se suele tener muy en cuenta, la fritura es la clave para que salgan bien las croquetas. Por muy bien que se haya trabajado la masa y las capas de empanado, todo se va a echar a perder si la temperatura del aceite no se controla.

Friendo croquetas
Friendo croquetas
Freepik

Cuando está demasiado frío, no se van a freír, sino que se van a cocer lentamente, absorbiendo mucha grasa y dejando como resultado una textura blanda, aceitosa, algo que no es nada agradable al paladar cuando se pretende disfrutar de unas croquetas.

Por el contrario, si el aceite está excesivamente caliente, el rebozado se dorará en cuestión de segundos, pero el interior estará frío, e incluso congelado si se han guardado en el congelador. Además del problema de textura, si el fuego está muy alto y no se vigila bien, el rebozado se puede quemar y echar a perder todas las croquetas.

Por eso, controlar la temperatura, que debe estar entre los 170 °C y 185 °C, es vital para conseguir una fritura perfecta, crujiente por fuera y caliente por dentro. Y no hace falta un termómetro para ello, tan solo hace falta conocer un truco de abuelas que es súper eficaz y sencillo: meter un palillo o un trozo de pan en el aceite.

Si nada más introducirlo se ven burbujas a su alrededor, significa que el aceite está listo para freír las croquetas, pero, si no se ve nada, es señal de que todavía está frío. 

Cómo hacer unas croquetas de diez

Croquetas de jamón
Croquetas de jamón
@loscanosharo

Después de tener un control absoluto sobre la temperatura del aceite, hay que conocer otras claves para conseguir unas croquetas de escándalo.

Por ejemplo, es muy importante saber cuánto aceite hay que echar, ya que tiene que ser suficiente como para cubrirlas por completo. Por el contrario, si nos quedamos cortos, va a hacer que un lado no se fría al no estar en contacto y se haga al vapor, ablandando esa parte del rebozado y provocando que la croqueta se rompa y se salga la masa.

También es importante mantener una temperatura constante durante toda la fritura. Por eso, si se meten muchas croquetas de golpe, el aceite de oliva se enfría bruscamente y, como hemos dicho antes, se cocerán y quedarán muy grasientas. Así que, lo mejor, es freírlas por tandas de 3 o 4.

Por último, pero no menos importante, hay que escurrirlas bien después de freírlas. Para ello, lo ideal es usar el colador de metal y dejarlas ahí bastante tiempo para que suelten todo el exceso. También se pueden poner después sobre un papel de cocina que termine de absorber el resto de aceite.

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Fuente de TenemosNoticias.com: www.20minutos.es

Publicado el: 2025-05-22 12:00:00
En la sección: 20MINUTOS.ES – Gastronomía

Publicado en Gastronomía

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