¿Quién no ama unas buenas croquetas, unas patatas fritas súper crujientes o unos churros recién hechos? En España, donde el arte de freír es casi un deporte nacional, mantener el aceite limpio después de cocinar es un desafío que cualquier cocinillas afronta.
Lo más habitual o común es colarlo o, en el peor de los casos, tirarlo después de usarlo. Sin embargo, la autora estadounidense de libros de cocina, Adeena Sussman, ha revelado en su cuenta de Instagram un truco muy sencillo y sorprendente que puede cambiar el juego de las frituras en la cocina: usar una zanahoria entera al freír.
El truco de la zanahoria para freír
Aunque a primera vista parece algo extraño, este método tiene sus raíces en el norte de África, y además cuenta con una explicación científica. Según Sussman, añadir una zanahoria al aceite ayuda a mantenerlo limpio y también asegura que los alimentos se cocinen de manera uniforme.
El secreto de este método radica en cómo interactúan las partículas de los alimentos, el aceite caliente y la zanahoria. Cuando se fríe algo, pequeñas “migas” de los alimentos se desprenden y flotan en el aceite. Si se quedan ahí demasiado tiempo, terminan quemándose, lo que no solo arruina el sabor de las siguientes tandas, sino que también ensucia el aceite y toca cambiarlo.
Aquí es donde entra la zanahoria. Según Paul Adams, editor de investigación científica en Cook’s Illustrated, este vegetal actúa como una “escoba comestible”. Mientras flota en el aceite, atrae a esas “migas” o partículas que se liberan durante la fritura, evitando que se quemen y manteniendo el aceite limpio por más tiempo.
Esto ocurre gracias a un fenómeno físico conocido como el «efecto Cheerios», que hace referencia a la propiedad que tienen ciertos alimentos flotantes para atraerse. Un ejemplo de este efecto son los cereales que se juntan en la leche. En el aceite caliente, las partículas de los alimentos se sienten naturalmente atraídas hacia cualquier objeto flotante, como la zanahoria en este caso.
Cómo llevar el truco a cabo
El proceso es tan simple como efectivo. Primero, hay que tener una zanahoria fresca y hay que cortarle la parte superior, las hojas, para evitar que se queme. No hace falta pelarla, solo asegurarse de que esté limpia.
Después, se coloca la zanahoria directamente en la sartén o en la freidora con el aceite caliente mientras se cocinan los fritos que se hayan echado. La zanahoria empezará a hacer su efecto, y una vez se termine de cocinar, tan solo hay que sacarla del aceite.
Es importante tener en cuenta que no se debe comer, ya que habrá absorbido restos de alimentos y grasa que no son nada buenos para la salud. Así que, simplemente hay que tirarla a la basura y disfrutar de un aceite completamente limpio y reutilizable.
Otros trucos para cuidar el aceite
Aunque el truco de la zanahoria es eficaz para las partículas o “migas” que flotan en la superficie, no puede hacer nada con los restos que se hunden en el fondo, como los almidones. Para estos casos, se recomienda llevar a cabo otro método adicional: usar una mezcla de maicena y agua para filtrar el aceite después de freír. Esto va a eliminar aún más impurezas y va a aumentar el número de usos de ese aceite.
Otra recomendación es no sobrecalentarlo más allá de su punto de humo, ya que esto puede degradarlo más rápido y hacerlo inservible después de un solo uso, lo que es todo un desperdicio de aceite de oliva.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.20minutos.es
Publicado el: 2025-01-17 13:00:00
En la sección: 20MINUTOS.ES – Gastronomía