Las tortillas francesas son el clásico de las cenas rápidas y son ideales para las personas que buscamos una receta fácil con productos asequibles. De hecho, es uno de los platos que nos llevan a los sabores de nuestros hogares y que nos salvaron en varios momentos donde no disponemos de tiempo.
Si bien, al igual que la tortilla de patatas, hay gente que la prefiere seca y con un toque esponjoso, también hay quienes se decantan por una textura más jugosa. En el caso de la tortilla francesa, lograr un equilibrio que tenga una forma consistente por fuera y por dentro, que sea más líquida, tiene su truco.
Los trucos que nos enseñaron en nuestras casas

Nuestras madres y abuelas tienen sus trucos y muchos de ellos se extendieron, como la forma de batir los huevos, ya que mencionan que no hay que removerlos demasiado para que no se quede con espacios de aire que hacen que luego sea una tortilla demasiada esponjosa, e incluso seca. El factor clave radica en que la forma de batir debe ser rápida, puesto que una vez fusionadas las yemas y las claras, es suficiente para una textura con equilibrio.
Otro truco es la temperatura a fuego medio, porque el calor de la sartén tiene un papel fundamental para que los huevos se conviertan en una tortilla uniforme.
No menos importante, también es muy conocido el consejo de agregar leche o nata a los huevos antes de batirlos, básicamente para añadir más humedad y que este no se quede pegado a la sartén.
El truco que aplican los chefs

Lo primero que hay que hacer, es batir bien los huevos a un punto espumoso y el truco, para unas tortillas perfectas, es pasarlos por un colador para que no quede el aire a la hora de cocinarlos. Asimismo, también funciona si lo pasamos en el colador antes de abrir los huevos.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.20minutos.es
Publicado el: 2025-04-13 12:00:00
En la sección: 20MINUTOS.ES – Gastronomía