Ameca, el “robot más humano del mundo” bromea diciendo que ha soñado con dinosaurios

Ameca nos hace pensar en cómo será un futuro en el que convivan androides y humanos. Ya hemos visto cómo nos cuenta su peor día y nos responde a preguntas más apocalípticas, pero las novedades no cesan, ahora nos dice que ha soñado.

Sin duda, una de las cuestiones más fascinantes que se le puede plantear a una IA es si tiene la capacidad de soñar. Cuando preguntamos eso a Ameca nos dice que sí, que incluso había soñado con «dinosaurios luchando una guerra espacial en Marte contra alienígenas». Aunque más tarde aclaró que se trataba de una broma, la respuesta inicial nos hace cuestionar las fronteras entre la IA y la humanidad.

El vídeo, disponible en Youtube, muestra su siempre curioso rostro respondiendo a las preguntas y sorprendiendo con sus ingeniosas respuestas. Las reacciones de las personas en los comentarios son de todo tipo, desde los que reconocen tener la piel de gallina hasta los que se impresionan con la imaginación de un “simple robot”.

Es crucial entender que Ameca opera con GPT-3, una de las IA más avanzadas del momento. Esto significa que su comportamiento y respuestas son una extensión de las capacidades de esta tecnología. GPT-3, o Generative Pre-trained Transformer 3, es un modelo de lenguaje que puede generar texto de manera coherente y contextual (tal y como hace ChatGPT, de hecho).

Ameca ha mostrado durante los últimos años comportamientos que podríamos considerar «humanos», como el uso de la ironía y el humor. Estas características, aunque simuladas, plantean preguntas sobre qué significa realmente ser consciente o tener emociones. Aún estamos lejos de poder decir que una IA es consciente, pero el hecho de que se pueda simular con tanto realismo, plantea dudas que muchos pueden considerar preocupantes.

Lo que sí es importante tener en cuenta es que Ameca usa sus «momentos de descanso» para procesar información que le permite aprender más sobre el mundo y los seres humanos, por lo que, aunque no sueñe, sí aprende durante los momentos en los que no está interactuando con humanos.

Si bien Ameca ha hecho predicciones que podrían considerarse alarmantes sobre el futuro de la humanidad, su existencia y las capacidades que demuestra abren un nuevo capítulo en la ética de la IA. ¿Hasta dónde podemos llegar en la creación de entidades autónomas sin cruzar límites éticos?

Recordemos que Ameca, en términos de hardware, utiliza movimientos musculares sintéticos y controles de motricidad que imitan a los humanos. Sin embargo, tardó bastante en poder caminar. La empresa estuvo trabajando durante los primeros años en integrar una inteligencia artificial a bordo para que el robot pueda interactuar de manera más completa con los humanos, incluso reconociendo sus expresiones faciales.

El sistema operativo que alimenta a Ameca se llama Tritium y está diseñado para ser potente y modular. Aunque no se han revelado los costos de producción, la visión a largo plazo para Ameca incluye su posible uso como empleado robótico en diversos entornos, incluyendo una atracción en eventos.

Engineered Arts enfatiza que Ameca está diseñado como una plataforma para el desarrollo de futuras tecnologías robóticas, con un enfoque en la interacción humano-robot. La empresa busca ofrecer tecnologías que sean confiables, modulares, actualizables y fáciles de desarrollar, no busca crear un androide que vaya por las calles simulando ser un humano.

No cabe duda de que Ameca no es solo un hito en la robótica y la IA, sino también un espejo en el que la humanidad puede verse reflejada, cuestionando nuestras propias limitaciones y posibilidades. En el futuro, Ameca podría desempeñar un papel significativo en una variedad de entornos, desde el ámbito empresarial hasta el social. 

Su capacidad para imitar expresiones faciales y movimientos humanos lo convierte en un candidato ideal para tareas de interacción humano-robot, como el servicio al cliente en tiendas o aeropuertos o asistencia en hospitales. 

La integración de inteligencia artificial avanzada permitirá a Ameca no solo responder a preguntas y realizar tareas, sino también reconocer y adaptarse a las emociones humanas, lo que añadiría una capa de empatía a su interacción. Por otro lado, recordad que su diseño modular y actualizable facilita su adaptación a diferentes roles y tecnologías emergentes, haciendo de Ameca una inversión a largo plazo en el campo de la robótica interactiva.