¿Cuándo se descubrió la fisión nuclear?

El descubrimiento del neutrón en 1932, la partícula sin carga eléctrica que forma parte del núcleo atómico, abrió una nueva etapa en la síntesis de nuevos elementos químicos. Al ser eléctricamente neutro, puede entrar libremente en el núcleo atómico y provocar cambios, posibilidad que fue investigada por el físico italiano Fermi en 1934. Que esto permitiera producir nuevos elementos químicos espoleó a los científicos alemanes Otto Hahn y Fritz Strassmann, del Instituto de Química Káiser Guillermo en Berlín, a bombardear átomos de uranio con neutrones lentos. En sus experimentos descubrieron que había algo que no sabían explicar, y es en este momento cuando entró en juego una antigua colega de ambos, Lise Meitner, que había empezado a trabajar con Hahn en 1907 sin sueldo y a escondidas, pues en la Universidad de Berlín no gustaba ver a mujeres merodeando por los laboratorios. En 1938 Meitner vivía en Estocolmo, debido a que, pese a ser protestante, era de origen judío y había tenido que huir, como tantos otros, de la Alemania nazi. Trabajaba en el laboratorio del físico Manne Siegbahn, en el Departamento de Física del Instituto Nobel de la Academia de Ciencias Sueca, donde la ignoraron por completo (solo su intercambio epistolar con Hahn y Strassmann y con el padre de la teoría cuántica Niels Bohr la mantenía en el mundo de la ciencia).

El 10 de noviembre de 1938 Hahn, que había ido a Copenhague a dar una conferencia, se reunió con ella, Bohr y Otto Frisch (sobrino de Meitner, de quien heredó la pasión por la física) porque ciertos resultados no le convencían: al bombardear uranio con neutrones parecía haber obtenido torio y radio. Estos datos no convencieron a Meitner que le urgió a repetir de nuevo el experimento. Para ella, era imposible que hubiera aparecido radio. Hahn lo hizo: el 19 de diciembre escribió a Meitner que el radio que decía haber encontrado se comportaba químicamente como bario. Hahn no podía aceptar que fuera bario porque ningún proceso co-ocido producía un núcleo con una diferencia de masas tan grande con el antecesor, y la que había entre el uranio y el bario era de un 40 %. ¿Cómo se había podido formar bario a partir de uranio?

Se acercaba la Navidad y Hahn y Strassmann querían dejar todo cerrado, así que no esperaron la respuesta de Meitner y enviaron sus resultados a la revista Naturwissenschaften el 22 de diciembre. Para Meitner, lo que había en juego era un fenómeno nuevo, y junto con Frisch dedicó las Navidades a articular una teoría que explicara el modo en que el núcleo de un átomo podía dividirse en otros más pequeños y por qué se liberaba tal cantidad de energía. Cuando se lo contaron a Bohr, este se golpeó la frente con la mano y dijo: “¡Qué tontos hemos sido!”. Tenían ante sí un nuevo fenómeno que necesitaba de un nombre. Frisch habló con el biólogo William Arnold y le preguntó cómo se decía en biología cuando una célula se dividía en dos: fisión, le contestó.

El 7 de enero de 1939 Bohr debía viajar a Estados Unidos para asistir a un congreso en la Universidad de Princeton. Quedó con Meitner y Frisch en que no mencionaría nada de su descubrimiento hasta que estuviera publicado y estos lo enviaron a la revista Nature el 16 de enero de 1939 (apareció publicado al mes siguiente). Pero, en el viaje en barco hacia Estados Unidos, Bohr le comentó a un colega el nuevo fenómeno de la fisión nuclear y olvidó decirle que era algo confidencial. Este colega, cuando en una reunión informal le preguntaron si sabía de algo nuevo, lo contó. Cuando Bohr se enteró, avergonzado, envió una nota a Nature defendiendo la prioridad de Meitner y Frisch, algo que molestó mucho a Hahn, pues en la nota no los mencionaba ni a él ni a Strassmann. La fisión nuclear ya era un hecho científico.

Años después, la Real Academia de Ciencias de Suecia anunció que Hahn recibiría el Premio Nobel de Química de 1944 por su descubrimiento de la fisión de los núcleos atómicos pesados, y olvidó a quienes realmente supieron lo que estaba pasando: Meitner y Frisch.