Descubre el palacio al estilo de Versalles que está oculto en Madrid

¿Has estado en la actual sede de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles? Entonces puedes decir que has visitado el palacio similar a Versalles que oculta la capital de España, Madrid. Aunque hoy día se conoce con este nombre, su verdadero bautismo arquitectónico es el de palacio de Fernán Núñez, que se construyó en 1790 bajo las órdenes del I Duque de Fernán Núñez, un ducado nobiliario español en referencia al municipio andaluz de Fernán Núñez.

Este palacio está situado en la calle Santa Isabel, cerca de la estación de Atocha de Madrid y lleva siendo la sede de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles desde 1940, fecha en la que Renfe instaló las oficinas de su Consejo de Administración. Actualmente es propiedad de Adif y de Renfe.

Su construcción

Construido en 1790, este espléndido edificio no es sólo un testimonio de la grandeza de la aristocracia española, sino también un ejemplo fabuloso de cómo las influencias arquitectónicas francesas, en particular las del icónico Palacio de Versalles, impregnaron las propiedades de la nobleza europea.

En este caso, El palacio de Fernán Núñez fue construido inicialmente para los duques de Fernán Núñez, título concedido por el rey Carlos III a Francisco Javier Caro y Sureda en 1761. A pesar de su “antigüedad”, el palacio ha llegado hasta nuestros días en perfecto estado, incluso manteniendo su mobiliario, lámparas y adornos originales, como prueba de la grandeza de la aristocracia española de la época fuertemente inspirada por los estilos rococó francés y neoclásico.

La inspiración en el palacio de Versalles francés no es casual; finales del siglo XVIII fue un período en el que la élite española estaba absolutamente enamorada de la cultura francesa. Y es que, no solo en la moda o el arte, sino que también la arquitectura era imitada en toda Europa como símbolo del lujo y el esplendor real donde el palacio de Versalles era considerado el epítome de todas estas cualidades suntuosas y de clase.

Está muy bien conservado

El palacio de Madrid también es opulento, lujoso, rococó. No pasa desapercibido. Inicialmente, fue edificado con un estilo neoclásico pero con el paso del tiempo, el palacio sufrió una remodelación por parte del conde de Cervellón orientado a darle un aire mucho más romántico -propio también de la época-.

Si bien la fachada del Palacio Fernán Núñez puede ser más sobria en comparación con la antigua residencia real construida por el rey Luis XIV de Versalles, los interiores cuentan una historia diferente. Podemos encontrar intrincados estucos, lujosos tapices y amplios frescos que celebran temas relacionados con la naturaleza y la mitología, muy parecidos a los que podemos encontrar en los grandes salones franceses. También hay una gran variedad de espejos ornamentales, candelabros de cristal y detalles en madera dorada que realzan esta influencia barroca, creando un ambiente continuo de grandeza. 

A esto se suman alfombras y tapices (de la Real Fábrica de Santa Bárbara), incluyendo réplicas de cartones de Goya, junto a la seda, el mármol y otros elementos igualmente lujosos. La parte noble del palacio de Madrid es la que mejor conservada está (la parte de servicio y las caballerizas no tanto). De obligada visita para los turistas son: el Salón Rojo, el Comedor Principal, el Salón de Estuco, el Salón de Pasos Perdidos y la Logia, el Patio de Recibo, el Comedor de los Niños, el Salón Isabelino, el Salón de Baile o la Escalera de Nogal. (El jardín y el invernadero también merecen nuestro tiempo).

Función

En su época de mayor esplendor, el palacio era un centro de reuniones sociales entre la élite de Madrid. Allí se celebraron numerosos bailes, banquetes y reuniones de lo más granado de la sociedad madrileña. Sin embargo, con el paso del tiempo, el papel del palacio se transformó y, a mediados del siglo XX, había pasado a usarse para distintos menesteres, incluido un breve período como escuela.

Desde 1940 se erige como la sede antes mencionada, una transición que marcó un cambio significativo del lujo privado a la utilidad pública. La fundación, dedicada a promover el patrimonio y la innovación ferroviaria en España, utiliza el palacio no sólo como oficina sino también como espacio cultural. Allí se celebran conferencias y exposiciones para aprovechar el incomparable escenario para el arte y la divulgación.

Si te apetece visitar este ‘Versalles’ madrileño, es posible hacerlo mediante una visita guiada de hasta 25 personas por grupo (no se puede realizar un recorrido por libre del palacio, únicamente mediante las visitas con guía), de lunes a viernes (no están abiertos ni en fines de semana ni en festivos), de 10.00 a 17.00 de la tarde (el precio de la entrada es de 10 euros por persona).

Referencias: