Descubre los animales que se esconden en la arena de la playa

El periodo de vacaciones en la playa es una buena oportunidad de encontrar fauna muy diversa. Hay animales que pueden observarse, con más o menos éxito, mientras se practica buceo, en el fondo del agua, semienterrados en el limo o camuflándose entre las rocas. Y si miramos al cielo desde la playa, veremos aparecer varias especies de aves, a veces sorprendentemente atrevidas, que se acercan a la gente.

Pero, aparte de estos animales que reconocemos a simple vista, la playa es un ecosistema con más vida de la que parece, y así como en los bosques o praderas abunda la fauna escondida bajo el suelo, en la playa también hay animales que habitan entre los granos de arena. Hay mucha vida escondida bajo la toalla.

La meiofauna, diminutas criaturas intersticiales

La arena de la playa es un medio relativamente hostil para la vida. Hay muy poca vegetación, por lo que suele estar a merced de los elementos. El sol puede calentar la arena a temperaturas inasumibles, y si se seca, una simple ráfaga de viento puede destruir el entorno, desplazar la duna de un lugar a otro. A cambio, también cuenta con ciertas ventajas. Las partículas de suelo son más grandes que en el limo o en la arcilla, y en consecuencia, queda más espacio abierto entre los granos por el que puede entrar más agua, si el mar está cerca, por otro lado, las cámaras de aire sirven como aislante térmico, de modo que el calor del sol no llega más allá de unos pocos centímetros de profundidad.

En este medio viven abundantes criaturas que reciben el nombre de intersticiales —habitantes de los intersticios—. La mayoría de estas criaturas son tan diminutas, que no son visibles en un microscopio. A estas criaturas, que tienen entre 50 y 500 micras de tamaño, se las denomina meiofauna.

Entre los granos de arena se encuentran animales realmente extraños, como los rotíferos; un grupo de animales, que comprende en torno a 2200 especies, y que suelen habitar entornos muy hidratados; hay especies adaptadas al agua dulce y a la salada. Se alimentan de organismos unicelulares, como bacterias o protistas, que succionan por la boca gracias al denominado órgano rotador, que da nombre al grupo. Este órgano se compone de un par de bulbos, que enmarcan la boca, que presentan abundantes cilios que se mueven concéntricamente, dando la apariencia de rotación.

Otros organismos muy parecidos a los rotíferos, pero sin el órgano rotador, son los gastrotricos. En lugar de la característica corona ciliada, estos disponen de púas y espinas defensivas.

Y por supuesto, también se pueden encontrar los archiconocidos tardígrados, llamados coloquialmente ‘ositos de agua’, una de las formas de vida más resistentes que se conocen.

Entre los intersticios de la arena también abundan los gusanos de distintos grupos, entre los que destacan los platelmintos (y no el de siempre), los nematodos y los poliquetos. Algunas especies de poliquetos superan el tamaño considerado para la meiofauna. Estos suelen construir un tubo, a partir de secreciones de la piel, que aglutina los granos de arena y otros restos del entorno. En el tubo viven a refugio, y sacan la cabeza por el extremo, con unos apéndices muy llamativos en algunas especies.

Crustáceos de la arena

Enterrados en la arena viven muchos crustáceos. Aunque la imagen mental de este grupo es la de un cangrejo —y sí, hay cangrejos que se esconden bajo la arena, como los cangrejos violinistas—, lo cierto es que se trata de uno de los grupos de seres vivos con mayor diversidad de la fauna.

Existe un grupo de crustáceos diminutos, que viven en los intersticios junto a tardígrados y rotíferos: los copépodos, uno de los grupos más abundantes de seres vivos, que viven en aguas dulces y saladas. Se alimentan de algas, microorganismos y materia orgánica en descomposición.

Aunque en la playa, probablemente los crustáceos más conocidos son las llamadas pulgas de playa (Talitrus saltator). Pese a su nombre, no son insectos; forman parte del grupo de los anfípodos, pequeños crustáceos que recuerdan a una gamba. Excavan galerías en la arena, alimentándose de algas y restos orgánicos, y cuando salen al exterior, pueden dar grandes saltos para huir del peligro. Son animales inofensivos.

Los moluscos, los más conocidos

Entre toda la fauna que se esconde en la arena de la playa, los moluscos son, seguramente, los más fáciles de encontrar y reconocer. Muchas especies de bivalvos excavan refugios en la arena.

Una de las más populares es la navaja, también conocida como muergo (Ensis siliqua); sus conchas alargadas recuerdan al mango de una navaja. Tiene un pie extensible que le ayuda a introducirse en la arena, verticalmente, a una velocidad asombrosa. Otros bivalvos comunes en la arena son la almeja (familia Veneridae), el berberecho o la coquina (Donax trunculus).

Referencias: